Una antigua leyenda africana

Se trata, de acuerdo con los testigos, de un animal semejante a un bonobo, con rasgos humanoides, manos largas y hábiles y de pelaje rojizo, aunque algunas versiones mencionan que puede ser negro o gris. Es llamado Agogve en las zonas de Kenia y Tanzania y kakundakari o kilomba en las zonas de Zimbabue y el Congo, y hace parte de muchas de las leyendas tradicionales de los cientos de pueblos que habitan esta región.

Avistamientos históricos de la criatura

El primer avistamiento documentado de un Agogve ocurrió en 1900, cuando un capitán llamado William Hichens encontró una pareja en la región de los bosques de Ussure y Simibit, al occidente de las llanuras de Wembare), quien después relataría:

“Hace algunos años fui enviado a una caza oficial de leones en esta área, y mientras esperaba junto a un lindero por una de estas criaturas, vi dos criaturas pequeñas, de abundante pelo marrón, que salieron del denso bosque al lado del lindero y desaparecieron en lo profundo del otro lado de la selva. Eran como hombres pequeños, de poco más de un metro de altura, caminaban erguidos pero estaban completamente cubiertos por un vello rizado. El nativo que me acompañaba tembló del asombro y lo que parecía ser miedo. Eran, me dijo, Agogwe, los pequeños hombres peludos que no se ven más que una vez en la vida”.

Hichens fue ridiculizado cuando realizó este relato (lo que por cierto sucedió 37 años luego de que sucediera). Sin embargo, mientras las críticas a su leyenda arreciaban, otro explorador afirmó haber visto algo muy semejante 10 años atrás, en la zona portuguesa de África Oriental (actual Mozambique) mientras estaba a bordo de un carguero japonés. En este caso se trataba de Cuthbert Burgoyne, quien afirmó que estaban cerca de la costa y con unos binoculares pudo ver una pareja de lo que creía era la misma especie salir de la densidad de la selva y buscar alimento junto a un grupo de babuinos.

Burgoyne también afirmó que uno de sus amigos – un fanático de la caza – había visto una de estas criaturas en una expedición por estas mismas regiones, y los nativos le habían prohibido de manera terminante que les disparara.

Charles Coldier, un recolector de fauna, afirmó haberlo visto en los 50’s, cuando uno de ellos cayó en una de las trampas de aves que él había puesto, pero la criatura se levantó y salió corriendo antes de que pudieran hacer nada.

Un último relato habla de cómo un grupo de zoólogos británico se encontró con uno de estos primates en 1983, pero la población con la que trabajaban les prohibió de manera terminante que los mataran, capturaran o sedaran. Por lo tanto, jamás se ha podido verificar la existencia de la criatura.

¿De qué podría tratarse?

Quienes creen en la existencia de agogve afirman que se trata de descendientes de los antiguos australopitecos, en particular del tipo de australopiteco grácil, más pequeño y liviano que sus parientes. Este animal habitó por dos millones de años en las selvas y sabanas africanas, y desapareció del registro fósil hace unos 2,5 millones de años.

En este caso no se trata de una población remanente, sino de una verdadera especie extendida a lo largo y ancho del centro y el sur de África. Como en el caso de las Almas, resulta fascinante la posibilidad de que una criatura así haya permanecido oculta por tanto tiempo.

Quienes no creen en la supervivencia de los australopitecos, proponen teorías como una subespecie de gibón africano (primate que, se supone, solo vive en Asia, y coincide parcialmente con los avistamientos) o simplemente la confusión con poblaciones de chimpancés y bonobos. ¿Qué opinas tú?

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