Venus
Ya hemos hablado en esta página de Venus, el hermano (casi) gemelo de la Tierra, de su trágica historia (en “Venus, el planeta que pudo ser”) y su potencial futuro (en “Venus, el planeta que podría ser”)… si la humanidad sobrevive lo suficiente (y tiene muchos recursos a su disposición).
Venus ha sido tradicionalmente dejado de lado a favor de Marte, un planeta más pequeño, frío y lejano. Marte, sin embargo, presenta muchas más similitudes con la Tierra que Venus, y ante todo tiene una atmósfera traslúcida que permite ver la superficie desde nuestro planeta. Venus, por otra parte, tiene una densa capa de nubes que hace casi imposible saber qué pasa allá abajo.
Pero de lo poco que hemos podido ir aprendiendo, hay algunas cosas que sencillamente no encajan.
La gran ola
La llamada “ola de gravedad” detectada en Venus tenía 10.000 kilómetros de longitud y permaneció en la atmósfera por varios días. Esta “ola” no es una onda gravitacional (las cuales hacen parte del campo de la física cuántica, y solo recientemente han sido detectadas) sino una especie de onda creada en los gases de la atmósfera por la interacción entre la gravedad y las distintas densidades de los materiales.
Lo interesante del asunto es que, de acuerdo con la información de que disponemos, una ola de este tamaño y duración no debería existir ni siquiera en los planetas más grandes del sistema solar, y mucho menos en un planeta pequeño como Venus.
Así, por ahora los científicos se encuentran perplejos. Originalmente se pensó que había sido un error de medición, pero ya quedó claro que los descubrimientos del Akatsuki (el satélite japonés que detectó el asunto) son precisos. Así, parece ser que nuestro vecino resultó ser mucho más misterioso de lo que creíamos.
¿Vida en la atmósfera?
La atmósfera terrestre, pese a ser un lugar relativamente inhóspito, tiene vida microscópica en grandes cantidades (aunque no se compare con las densidades de la vida terrestre y la acuática).
Recientes descubrimientos indican que hay un “cinturón” importante en la atmósfera venusina en la que su presión y temperatura prácticamente igualan a la terrestre, permitiendo incluso la aparición de agua líquida. Se presume que si dicho cinturón ha permanecido de manera relativamente constante por mucho tiempo podría haber vida microscópica allí. Sin embargo, por ahora no tenemos medios de ir a verificarlo.
Imagen: dailymail.co.uk