Miryang
En Corea del Sur, hay una ciudad llamada Miryang. Es un hermoso sitio rodeado de montañas y un destino ideal para turistas, pues en época de verano es perfecto para divertirse. Sin embargo, muchos, muchos años antes sucedió una tragedia que se convirtió en una historia muy recordada: la leyenda de la joven Arang.
Corría el año de 1550 d.C. y la joven Arang se había mudado con su padre, quien era un prestigioso magistrado, a su nuevo sitio de trabajo: Miryang. El nuevo Magistrado tenía como meta lograr cierto orden y mejoras en la localidad y ambos, padre e hija, se adaptaron muy bien al lugar.
Arang, como toda noble que se respetara, contaba con la ayuda y compañía de una fiel sirvienta, quien llegó a convertirse en su gran amiga y acompañante: compartían secretos, se aconsejaban mutuamente y siempre estaban juntas.
Los años pasaron, y Arang se convirtió en una hermosa mujer llena de muchas virtudes atrayentes que la convertían en una gran joven, lo que ocasionaba que generara mucha atención por porte de los hombres. Fue así que a la edad de 18 años el padre de Arang decidió que había llegado la hora de que su hija se casara.
No obstante, su padre era un hombre exigente y quería que su Arang se casara con el mejor hombre; muchos ilusionados declaraban sus sentimientos con entusiasmo pero con más entusiasmo eran rechazados por el Magistrado.
Entre todos los pretendientes, había un soldado llamado Vega quien era muy consciente de su posición: para un soldado era casi imposible poder obtener la bendición para casarse con una noble. Aun así, el joven muy decidido y casi obsesionado con Arang, convenció a la fiel sirvienta de la joven para que intercediera por él y le otorgará una oportunidad para llegar a la señorita de la casa.
La sierva ideó un plan con Vega, y una noche donde la luna lucía más esplendida, la acompañante le sugirió a Arang de dar un paseo por los alrededores; observar la luna y pasear cerca del lago. Arang estaba emocionada, estaba haciendo una travesura pues la joven tenía rotundamente prohibido salir sin el permiso de su padre.
La muerte de la noble
Arang se encontraba tan embelesada viendo el paisaje que no notó que su acompañante la había dejado sola, y aprovechando ese momento de distracción Vega salió de los arbustos y se acercó a la joven, quien se asustó cuando notó su presencia.
El soldado le pidió que se tranquilizara y le confesó su amor, pero la bella confesión se tornó en algo horrible y Arang asustada salió corriendo y llegó al pabellón de Yongnamru, Vega le dio alcance rápidamente y tras un forcejeo Vega apuñaló a Arang y ocultó su cadáver cerca del pabellón.
Al día siguiente el Magistrado buscó desesperadamente a su hija y al no hallarla, lleno de tristeza y de frustración renunció a su cargo y abandonó el pueblo.
Sale a luz la verdad
Como el puesto de líder de Miryang estaba vacante, un nuevo magistrado tomó el cargo pero ese puesto se encontraba con una maldición. El nuevo magistrado solo duró un día como gobernante, ya que a la mañana siguiente lo encontraron muerto en extrañas circunstancias: no había sangre ni signos de violencia cerca del cuerpo.
Fue de esa forma que otro magistrado asumió la reciente vacante, pero sucedió lo mismo: al otro día lo encontraron muerto. Éste suceso se siguió repitiendo con otros 4 dirigentes y como podrán imaginarse los rumores y el terror no se hizo esperar. La gente estaba asustada, parecía que nadie quería ser el gobernante del pueblo y eso estaba alejando no solo a los agentes del gobierno sino también a comerciantes, quienes creían que Miryang estaba maldito.
Las historias y las habladurías llegaron a los oídos de un hombre llamado Yi (trabajaba con el gobierno en la capital), quien interesado en la historia y en hallarle algún tipo de explicación se ofreció como voluntario para ir al pueblo.
Ni cortos ni perezosos los demás aceptaron su ofrecimiento y fue así como el señor Yi se embarcó al supuesto pueblo maldito. Todos estaban sorprendidos de que alguien hubiera deseado dirigir Miryang e inclusive los empleados y siervos de la casa donde se hospedaba el nuevo magistrado Yi, ya estaban disponiendo su funeral para la mañana siguiente.
Ya entrada la noche, el señor Yi se encontraba leyendo a la luz de una vela, cuando la ventana de su habitación se abrió de un fuerte golpe, de repente por la ventana entró una joven con el cabello largo y despeinado, y con la mirada triste: era el espíritu de Arang.
Yi no se inmutó ni se asustó, y con gran calma le preguntó a la chica quien era y que era lo que le había sucedido. Arang se sorprendió, puesto que los anteriores magistrados se asustaban hasta tal punto que morían.
Arang le contó toda la historia, de como ella había sido engañada y traicionada, de que su cuerpo había sido ocultado. Yi le preguntó a Arang quien había sido el responsable de su muerte, pero la chica no podía mencionar su nombre, sin embargo le dijo que era un soldado y agregó que si reunía a todos los soldados, una polilla amarilla se posaría en el hombro del culpable.
Al otro día los empleados estaban sorprendidos de ver al dirigente vivo y en proceso de reunir a los soldados, quienes era un total de 50. Desde una buena posición, Yi observó a los hombres y cómo repentinamente aparecía una polilla amarilla y se posaba en el hombro de uno de los presentes.
Yi se acercó al soldado y se lo llevó a un sitió aparte, ahí el magistrado le preguntó quién era y éste le dijo que su nombre era Vega, el dirigente le dijo que Arang se le había manifestado la noche anterior y que sabía sobre lo que había hecho.
Vega rompió en llanto y confesó lo que había hecho. Yi apresó al hombre mandó a llamar al padre de Arang, quien pudo darle sepultura a su hija y ver como el criminal pagaba por lo que había hecho. Este es el fin de la historia, pero Arang sigue viviendo no sólo en el monumento que hay en el pueblo sino también en dramas y películas que llevan su nombre.
Fuentes:
- https://aprendecoreano.com/corea-del-sur/leyenda-joven-arang/
Imágenes: 1: facebook.com, 2: aminoapps.com