Cristóbal Vaca de Castro (Izagre, León, España, c. 1492 – Valladolid, España, 1564). Abogado, Explorador y Líder político y militar de origen español, quien fue designado por el Emperador Carlos I como juez pesquisidor, siendo enviado al Perú, para resolver el conflicto entre Diego de Almagro el Mozo y Francisco Pizarro. Igualmente, fue Gobernador del Perú, entre 1542 y 1544. Entre sus aportes, destaca el descubrimiento de Tucumán, hecho en 1543 por una expedición española, comandada, a su pedido por Diego Rojas.
Vida Temprana
Cristóbal Vaca de Castro nació en una villa, propiedad de su padre, ubicada en la ciudad de Izagre, en el reino de León. En cuanto a su fecha de nacimiento se cree que éste pudo tener lugar en el año 1492. Sobre su vida temprana se conocen muy pocos datos, salvo que habría cursado la Licenciatura de Derecho en la Universidad de Valladolid. Una vez graduado, fue empleado al servicio de García de Loaysa, en la condición de criado. Su amo, habría ganado poco a poco una posición poderosa, llegando a ser nombrado Presidente del Consejo de Indias y Arzobispo de Sevilla, hechos que beneficiaron a la larga a este abogado.
Designación
En 1537, el influjo de su poderoso amo hizo efecto, siendo nombrado con el título de Señor de Siete Iglesias y de los lugares de Izagre y de Santa María de Loreto. Igualmente, gracias al consejo de Laoysa, el Emperador español Carlos I escogió a Vaca de Castro para enviarlo al Perú, como juez perseguidor, a fin de solventar el conflicto armado entre los almagristas y los pizarristas, entre otros enfrentamientos, como el circunscrito a la Nueva Granada, entre Pascual de Andagoya y Sebastián de Benalcázar.
De igual manera, se le asignó la misión de visitar las fortalezas ubicadas en San Juan y en la Isla de La Española, así como la de reformar la Audiencia de Panamá. A fin de que contara con el poder suficiente, el soberano Carlos I de España lo invistió con la facultad de poder sustituir al actual gobernador Francisco Pizarro, en caso de fallecimiento, o cualquier circunstancia inhabilitante. Así mismo se le confirió el hábito de la Orden de Santiago, al tiempo que fue designado como miembro al Real y Supremo Consejo de Castilla.
Viaje al nuevo mundo
El 5 de noviembre de 1540, Vaca de Castro partió de España, zarpando del puerto ubicado en San Lúcar de Barrameda. Lo acompañaba una escuadra conformada por diecisiete naves, con las que se enfrentaría a las múltiples tempestades que tuvo que atravesar, antes de su llegada a Santo Domingo, el 30 de diciembre de 1540, ocurrida, al no poder llegar a San Juan, cuando su tripulación fue desviada de su rumbo por una tormenta caribeña.
Dos meses después, pisó Panamá, a donde arribó el 24 de febrero de 1541. Según su tarea, presidió y reorganizó la Real Audiencia de Panamá, haciéndolo con la de Valladolid como ejemplo. Luego, zarpó hacia Perú, el 19 de marzo de 1541. Sin embargo, un fuerte temporal, lo hizo escoger la vía terrestre, anclando sus naves en Buenaventura, desde donde partió hasta Cali, y luego hasta Popayán, donde intervino eficazmente en el conflicto entre Pascual de Andagoya y Sebastián de Belalcázar. Mientras se encontraba en esta ciudad, recibió la noticia sobre la muerte de Pizarro, y de la asunción de Diego de Almagro el Mozo, como gobernador.
Batalla de Chupas
Vaca de Castro partió de inmediato hacia Perú. Finalmente, el 7 de agosto de 1542, llegó a Lima, acompañado de las tropas del mariscal Alonso de Alvarado, con quien se unió en Huaura. De inmediato comenzó a organizar el combate contra los almagristas. Vaca de Castro se trasladó a Jauja, donde se proclamó Gobernador del Perú y Capitán General del Ejército, frente a las tropas del Rey. Investido con los nuevos poderes, marchó hacia Huamanga, conociendo que Almagro El Mozo avanzaba desde el Cuzco al frente de 500 soldados. Vaca de Castro agotó la vía diplomática, intercambiando cartas con este caudillo, ante la negativa, decidió esperarlo en Chupas, donde lo derrotó el 16 de septiembre de 1542. Después de una ardua persecución, logró apresar a Al Magro El mozo, ordenando su ejecución.
Mandato
Su primer acto como gobernador fue emitir varias providencias, a fin de premiar la lealtad, de quienes se mantuvieron en defensa de los dictámenes del Rey. Igualmente se dio a la tarea de reorganizar la ciudad. En 1543, una expedición comandada por Diego Rojas, bajo sus órdenes, se dirigió hacia Río de la Plata, descubriendo Tucumán. Otro asunto de importancia abarcado por Vaca de Castro fue el de meter en cintura a los encomenderos. En 1542, el Rey proclamó las Leyes Nuevas, que venían casi a suprimir las encomiendas, por lo que estos se rebelaron. Ante las posibles sublevaciones, el Rey decidió enviar al Perú un Virrey.
Arresto y años finales
Vaco de Castro regresó a Lima, en septiembre de 1543, a fin de esperar al nuevo virrey del Perú, Blasco Núñez Vela, a quien le entregó el poder el 15 de mayo de 1544. No obstante, bajo la aparente acusación de conspiración, Vaco de Castro fue arrestado y entregado a la Casa Real, donde le fue impuesta una fianza de 100 mil castellanos. Fue confinado a una embarcación, que se encontraba anclada en la rada del Callao. Cuando la rebelión de Gonzalo Pizarro llegó a Lima, Vaco de Castro logró convencer a la tripulación, de zarpar hacia Panamá, desde donde partió a España.
A su llegada a la península ibérica el 23 de junio de 1545, fue encerrado por diez años por enriquecimiento ilícito. Sin embargo, unos años después logró su absolución, e incluso consiguió una plaza en el Consejo de Castillas, por parte del rey Felipe II, quien también le reconoció los sueldos no pagados desde el año 1545. En 1562 se retiró de la vida pública de sus funciones, internándose en el Convento de San Agustín, lugar donde falleció en 1564.
Fuente de imagen: memoriachilena.cl