Guillermo I de Inglaterra (Falaise, Normandía, c. 1028 – Ruan, Francia, 9 de septiembre de 1087). Conocido también como Guillermo I El Conquistador, fue un Noble, Líder militar, Conquistador y Monarca, quien se convirtió en el primer rey de Inglaterra de origen normando.
Su vida estuvo marcada por constantes luchas contra sus enemigos por conservar sus dominios y posesiones. Algunos especialistas consideran que su influencia en Inglaterra cambió este país para siempre, sentando las bases de lo que fue posteriormente el reino inglés durante la Edad Media, razón por la que es catalogado como uno de los reyes más importantes de la Historia.
Vida temprana
Guillermo I nació en el castillo de Falaise, en Normandía, entre los años 1027 y 1028. Fue hijo del duque de Normandía, Roberto I, y de su concubina Arlette. Su condición de hijo ilegítimo le confirió a Guillermo I el nombre histórico de Guillermo El Bastardo. Con el tiempo, su madre se casó con Herluin de Conteville, con quien le dio tres medios hermanos: Odón de Beyeux y Roberto, quien llegó a ser conde de Mortain, y una hermana. Igualmente, tuvo otra hermana por parte de padre, quien fue bautizada como Adelaida de Normandía.
Ducado de Normandía
En 1035, su padre, murió en Nicea, capital del imperio Bizantino, cuando regresaba de su viaje a tierra santa. De inmediato, Guillermo I asumió el ducado, tal cual había sido el deseo de su padre. No obstante, tuvo que hacerle frente a varias dificultades, provocadas por facciones que pretendían desconocer su mando, argumentando su poca edad y su situación de hijo ilegítimo. Contó con el apoyo del rey de Francia, Enrique I, y del arzobispo Roberto, quien era tío abuelo de Guillermo I. Sin embargo, la muerte del arzobispo Roberto, acaecida en 1037, lo dejó sin uno de sus mayores apoyos y fue el inicio de una época de caos y rebeliones en Normandía.
En 1046, sucedió una de las más importantes y graves sublevaciones, encabezada por Guillermo II, quien apoyado por los vizcondes Ranulfo y Cotentin, pretendían alzarse contra el ducado desde la Baja Normandía. Sin embargo, el plan falló, y Guillermo I logró huir y refugiarse en el reino francés de Enrique I. Unos meses después, en 1047, junto al soberano francés, Guillermo II marchó sobre Normandía, derrotando a sus enemigos en la Batalla de Val-ès-Dunes. Esta victoria fue decisiva para afianzarse en el poder. No obstante, las luchas internas continuaron hasta 1060.
Otro de los elementos que lo ayudaron a consolidar su mandato fue su matrimonio con Matilde de Flandes, ocurrido en 1050, y que le permitió ganarse para su ducado el apoyo del condado de Flandes, uno de los más poderosos de Francia. Con su esposa tuvo nueve hijos, y aunque el Papado se negó en un principio a la unión, sin esgrimir argumentos claros, tuvo que aceptarlo posteriormente.
Igualmente, en esta época, Guillermo II colocó en puestos eclesiásticos de gran importancia, como obispados y abadías a partidarios suyos, entre ellos a su hermano Odón, a quien designó obispo de Bayeux. Su mandato se distinguió por sus buenas relaciones con el clero y por su generosidad con la Iglesia, llegando a financiar y construir al menos veinte monasterios. Conseguida la estabilidad de su ducado, en 1060, Guillermo II decidió expandir su territorio, logrando hacerse con el control de la provincia de Maine.
Batalla por el trono de Inglaterra
Desde 1051, Guillermo II se había convertido en pretendiente a la corona de Inglaterra, esperando suceder en el trono a Eduardo El Confesor, quien era su primo y no tenía hijos. No obstante, en 1066, tras la muerte del Rey Eduardo, el conde Haroldo Godwinson fue coronado como sucesor, a pedido de éste soberano en su lecho de muerte. Guillermo protestó, afirmando que la corona le pertenecía, pues el rey Eduardo le había prometido el trono en 1051 y Haroldo le jurado su apoyo.
Decidió marchar sobre Inglaterra. Preparó una gran flota, que zarpó de Saint-Velery-sur-Somme y desembarcó al sur de Inglaterra en septiembre de 1066, con cientos de soldados, provenientes de Normandía, Maine, Inglaterra, Francia y otras regiones europeas. El 14 de octubre de 1066, las tropas de Guillermo II lograron vencer al ejército de Haroldo en la batalla de Hastings, la cual le hizo ganar para sí el trono. El 25 de diciembre de 1066, Guillermo II fue coronado Rey de Inglaterra. Sin embargo, la lucha por consolidar su poder en suelo inglés se extendió hasta 1075.
Monarca de Inglaterra
Su reinado en varias regiones de Europa se caracterizó por no crear un imperio, sino por el contrario administrar cada reino por separado. En relación con su mandato sobre Inglaterra, éste se distinguió por la construcción de numerosos castillos y fortalezas de piedra. Igualmente, se le comenzó a exigir a la nobleza el pago y la contribución de Caballeros, para las campañas militares.
La mayoría de los nobles británicos fueron sustituidos en sus títulos nobiliarios por señores normandos y de otras nacionalidades europeas. Despojó de sus propiedades a los terratenientes ingleses, para dárselas a sus seguidores. Tomó para sí las tierras reales, convirtiéndose en el mayor terrateniente de Inglaterra. En diciembre de 1085, Guillermo II decretó la creación del Libro Domesday, a fin de registrar detalladamente cada una de sus tierras y propiedades, así como la de sus súbditos.
Últimos años
De sus últimos años poco se conoce, se cree que se dedicó a gobernar sus dominios, trasladándose de un sitio a otro, junto a su gobierno, para legislar y administrar cada uno de ellos. El 9 de septiembre de 1087, Guillermo II falleció en el priorato de San Gervasio de Ruan, a donde fue trasladado después de haberse enfermado gravemente, mientras lideraba una campaña militar contra Mantes. Después de una ardua pelea entre hermanos, sus hijos se repartieron sus dominios: su primogénito, Roberto asumió el ducado de Normandía, mientras que Guillermo fue coronado rey de Inglaterra, siendo conocido en la historia como Guillermo El Rojo.
Fuente de imagen: sobreinglaterra.com