Biografía de Pablo de Tarso

Sus enseñanzas y pensamientos constituyen la corriente conocida como “cristianismo paulino”, una de las cuatro líneas de pensamiento que tuvo el cristianismo primitivo. Dedicó su vida a la misión de predicar la palabra de Cristo y crear iglesias cristianas por el mundo, llegando a las regiones más apartadas de Asia y Europa.

Primeros años y Conversión

La mayor fuente histórica para conocer su vida son sus comunicaciones, conocidas como “epístolas paulinas”, en donde se dirige a los romanos, los corintios, los gálatas, los filipenses, los tesalonicenses, a Filemón, las cuales -junto a su libro Hecho de los Apóstoles– se han constituido en el espacio donde historiadores e investigadores han logrado rastrear sus señas biográficas, a fin de lograr establecer una biografía, permitiendo tener una cronología de su vida y una imagen de su personalidad.

Se cree que nació entre el año 5 y el año 10 d.C en Tarso, actual Turquía, que para esa época constituía la capital de la provincia romana de Cilicia. Históricamente fue contemporáneo de Jesús de Nazaret, aunque no lo conoció personalmente. Por el contrario, aunque no se conocen sus razones iniciales, Pablo de Tarso participó durante su juventud en la persecución de cristianos, que para su época no era un culto permitido dentro del Imperio romano. Según la historia cristiana, un día, entre el año 33 y 36 de nuestra era, mientras recorría el camino a Damasco tuvo una visión de Jesús, que lo cegó por tres días. Pablo fue curado por un cristiano de nombre Ananías de Damasco, hecho que hizo que se convirtiera al cristianismo, y dedicara su vida a predicar su mensaje. La Iglesia católica celebra el 25 de enero como la fecha de la conversión de San Pablo.

Misión

Como misionero recorrió los territorios a lo largo del mediterráneo llevando el mensaje de Jesús a los pueblos. Por sus escritos se puede saber que estuvo en Asia menor, visitando la isla de Cypress, así como en Lacaonia, Pisidia y Panfilia. Así mismo, recorrió las poblaciones de occidente, llegando hasta España. Fundó iglesias cristianas en Antioquía de Pisidia, Listra, Iconio y Derbe. Siendo Efeso el sitio donde más actividad misionera realizó.

Su obra fue clave para mediar entre las discusiones doctrinales que se daban en los primeros años del cristianismo sobre la adopción de la nueva fe y el abandono de las costumbres judías. Por ejemplo, su participación fue crucial para establecer que la circuncisión no era una práctica a la que estaban obligados los cristianos. De igual forma sus enseñanzas fueron claves para conformar la doctrina de la expiación, predicando que los cristianos eran salvos, gracias al sacrificio hecho por Jesús en la cruz, quien a través de su sangre había salvado a la humanidad. Y que el único requisito para salvar el alma era la fe en la resurrección.

Últimos años y legado

En el año 57 d.C, Pablo de Tarso es arrestado en Jerusalén, debido a sus prédicas sobre el abandono de las tradiciones judías. Según se conoce estuvo en prisión por dos años, hasta que ejerciendo sus derechos como ciudadano del Imperio romano logró su libertad. Sus últimos años, los dedicó fervientemente a la escritura de cartas a las iglesias a fin de velar por la propagación del mensaje de Jesús y la inculcación de la fe en Dios. Las circunstancias y el año de su muerte no están claros. Se piensa que murió en Roma hacia el año 60 d.C, algunas versiones indican que tal vez fue decapitado, aunque otras se inclinan a pensar que tal vez murió en prisión, después de ser arrestado nuevamente.

Pablo de Tarso fue crucial en la expansión del cristianismo y en la conformación de la doctrina teológica de este. Su pasión y entrega, lo hicieron recorrer miles de kilómetros a través de Asia y  Europa a fin de llevar el mensaje de Jesús. Es considerado por la religión cristiana como uno de los pilares de su religión.

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