Elizabeth Parrish
Nacer, crecer, desarrollarse, reproducirse, envejecer y morir. El ciclo normal de los animales y de la mayoría de los seres vivos de este planeta. Pero para el ser humano que razona, que puede reflexionar sobre este proceso biológico y el sentido filosófico que conlleva, esta cuestión tan natural se ha convertido en toda una pesadilla en la que casi nadie quiere detenerse a pensar. Sólo vivir lo mejor posible y no atormentar la mente con estas cosas.
Pero aun así, lo hemos dicho antes y lo repetimos ahora: la inmortalidad es quizás el sueño más recurrente de la humanidad. Pues bien, en esta ocasión presentamos el caso de una empresa dedicada a buscar nada más ni nada menos, que la tan anhelada vida eterna con todo y cuerpo físico. Veamos de qué se trata:
En la antigüedad miles de alquimistas entregaron sus vidas en la búsqueda de un elixir de la eterna juventud, experimentando con métodos y sustancias desconocidas y en ocasiones consumiendo productos que terminaron por generales la muerte. En la actualidad, gracias al desarrollo del estudio de la genética sabemos que estos esfuerzos fueron en vano y que la eterna juventud es un sueño mucho más difícil de conseguir.
Pero seguimos esforzándonos por lograr el mismo resultado que ellos… en ocasiones recurriendo también a experimentos que pueden ponernos en peligro.
Elizabeth Parrish es la fundadora y CEO de la compañía BioViva, la cual tiene como objetivo el desarrollo de medicinas que reviertan en el proceso de envejecimiento. Sin embargo, al contrario que otras compañías BioViva busca resultados rápidos y por esta razón su fundadora ha realizado varios experimentos en su cuerpo con los que espera demostrar que curar el envejecimiento sí es posible.
Terapia con telómeros y miostatina
En el artículo Es Posible la Inmortalidad hablamos de varias especies animales que en teoría podrían vivir para siempre. Estas especies tienen características diversas, pero parecen indicar que una de las causas de nuestra insuperable mortalidad son los llamados telómeros.
Los telómeros son trozos de ADN “de sobra” ubicados en los extremos de los cromosomas. Básicamente, cada vez que una cédula se divide sus cromosomas se vuelven más cortos, y la célula va perdiendo material genético. Los telómeros sirven para que durante la primera parte de la vida de un individuo el material genético que se pierda no sea vital y el cuerpo pueda seguir funcionando con normalidad. Sin embargo, eventualmente los telómeros acaban y la célula comienza a perder información vital y a fallar en su funcionamiento.
Por esta razón, la primera estrategia de Parrish fue desarrollar un tratamiento genético que permita la elongación artificial de los telómeros. Este tratamiento se le aplicó en el año 2015 (cuando tenía 44 años) y consistió exclusivamente en la elongación de los telómeros de sus linfocitos, es decir, de sus células blancas. En teoría, su sistema inmune debería ser 20 años más joven en este momento.
Por otro lado, Parrish también decir experimentar con la miostatina, una sustancia conocida por inhibir el crecimiento muscular. En el artículo Proyecto Odín hablamos de otra persona que había modificado genéticamente su cuerpo para producir menos miostatina y así producir más músculo. Algo así es lo que busca la fundadora de esta empresa.
Por ahora, ambos tratamientos parecen estar funcionando… o al menos no han generado efectos negativos. Pero varios científicos han alertado sobre la posibilidad de que este tipo de experimentos salgan muy mal y la necesidad de ceñirse a las salvaguardas y limitantes establecidos por la legislación de la mayor parte de los países.
Efectos secundarios
En efecto, a principios del milenio dos ciudadanos franceses murieron por un cáncer agresivo causado, al parecer, por una terapia genética experimental a la cual se estaban sometiendo. Esto sirve para ilustrar lo peligroso que puede ser el campo de la modificación genética y lo cuidadosos que debemos ser a la hora de manejar este tipo de tecnologías.
Por esta razón, BioViva no puede operar en los Estados Unidos ni en la Unión Europea y Parrish se vio obligada a establecer la empresa en Fiji y viajar a Colombia para realizar los tratamientos. Aún está por verse si su arriesgado experimento presenta los resultados esperados o sí, por el contrario, se convierte como los alquimistas de antaño en una víctima más de nuestro perenne deseo por alcanzar la eternidad.
Fuentes:
- https://www.quora.com/Are-scientists-on-the-verge-of-finding-out-how-to-slow-down-aging-and-increasing-how-long-humans-live/answer/Roey-Tzezana
- https://en.wikipedia.org/wiki/BioViva#cite_note-woman-9
- https://www.theguardian.com/science/2016/jul/24/elizabeth-parrish-gene-therapy-ageing
Imágenes: 1: twitter.com, 2: blogs.discovermagazine.com