Marihuana
De todas las drogas que han estado en el centro del conflicto por los últimos 30 años, la marihuana es sin lugar a dudas la más popular, la más conocida… y la más inocua. Por décadas ha sido bastante perseguida: se considera peligrosa tanto por sus efectos físicos relativamente suaves – una adicción puede ocurrir de manera gradual sin que las personas sean siquiera conscientes de ello – como por el hecho de ser una llamada “droga de transición” que puede llevar al consumo de sustancias más peligrosas.
Ambas problemáticas han sido bastante debatidas; las conclusiones y los argumentos de los distintos sectores no nos interesan tanto como el hecho de que por décadas ha primado la postura prohibicionista. Para muchos, es natural que la marihuana sea ilegal y consideran necesario que se mantenga de tal manera.
Pero, en el caso de los Estados Unidos, muchos quedarían sorprendidos al enterarse que durante la Segunda Guerra Mundial la siembra de marihuana fue, de hecho, un asunto de seguridad nacional.
Una planta subvalorada
Existen tres variedades de cannabis: índica, sativa y cáñamo. Todas se pueden cultivar en climas templados aunque suelen tener objetivos diferentes.
En general, las variedades índica y sativa son más usadas para el consumo, mientras que el cáñamo – de tamaño considerable y muy fibroso – es preferido por sus aplicaciones industriales (aunque, por supuesto, también puede usarse para consumo personal). A lo largo de varios siglos el cáñamo fue usado como fuente de aceite y, ante todo, de fibras textiles, pues se trata de una planta de rápido crecimiento, pocos requerimientos de cultivo y mucha productividad. Durante los primeros periodos de la República de los Estados Unidos, incluso se favoreció su cultivo a gran escala para disminuir los requerimientos de importaciones tanto de textiles como de papel.
Y sería precisamente ello lo que impulsara, en 1942, la llamada política del “Cáñamo por la Victoria”.
“Cáñamo por la Victoria”
Repasemos. En 1942 la Guerra todavía no se perfilaba favoreciendo al bando de los aliados y cualquiera creía que una victoria alemana – particularmente en un escenario de rendición de los soviéticos – era posible. Las industrias europeas se encontraban orientadas a la Guerra y los Estados Unidos también comenzaban a sufrir de escasez de recursos. En este contexto, cualquier cosa que pudiese brindar mayor autonomía era bienvenida.
Y el cáñamo no era la excepción.
En aquel momento comenzaba a haber una seria escasez de fibras industriales, pues las importaciones de otros países habían caído dramáticamente. Incluso suponiendo que los Estados Unidos pudiesen conseguir fibras en otro país, la flota estaba demasiado ocupada como para abastecerlos de manera adecuada.
Por esta razón el gobierno realizó un documental informativo llamado “Cáñamo por la Victoria” (Hemp for Victory) en el que ilustraba a los campesinos sobre la siembra de la planta y sus aplicaciones: el proyecto, según el documental, era alcanzar las 3.500 hectáreas de cultivo para 1943.
Lo curioso es que posteriormente el gobierno norteamericano negaría a ultranza haber realizado tal propaganda y no sería hasta 1989 que una copia del video apareciera, obligándolos a aceptar el suceso. Por supuesto, en el marco de la guerra contra las drogas no era conveniente para los Estados Unidos admitir la realización de un programa de este tipo. Sin embargo, al final quedó claro que, en verdad, el cáñamo había sido un gran aliado del país durante la Segunda Guerra Mundial.
Si alguien desea ver el documental, pueden hacerlo en este enlace.
Fuente de imágenes: 1: wikipedia.org, 2: hemp.com