Definición de Budismo
Proveniente de la India y derivada del Brahmanismo, el Budismo es considerado una doctrina religiosa y filosófica que data aproximadamente del siglo VI a.C, la cual sigue las enseñanzas de su fundador, el monje Siddhartha Gautama, mejor conocido como Budda (más información en Biografía de Buda).
Igualmente está clasificada entre una de las religiones no teístas, es decir que no creen en la figura de un Dios creador u omnipotente. En cuanto a sus seguidores o practicantes, estos están calculados en al menos doscientos treinta millones de personas alrededor del mundo, lo que hace que el Budismo esté catalogado también como una de las grandes religiones del mundo, junto al Cristianismo, el Judaísmo y el Islam, a pesar de que la gran concentración de personas seguidoras de esta filosofía se encuentren concentradas en el Hemisferio Occidental del planeta. No obstante, su presencia en Occidente cada día parece sentirse más, según reportan algunos especialistas en religiones.
Propagación del Budismo
Como toda gran religión debe su expansionismo al poder político. En el caso del Budismo, destaca la figura del emperador Ásoka (más información en Biografía de Ashoka) quien en el siglo III a.C, desde la máxima autoridad del Imperio Indio, convirtió al Budismo en la religión oficial de la India, promoviendo también su extensión, para lo cual enviaba a todas las regiones del mundo conocidas hasta ese momento a monjes budistas, a fin de difundir las enseñanzas de Buda. Sin embargo, en los siglos posteriores el Budismo viviría su declive en la India, donde para el siglo XIII –según lo señalado por algunos historiadores- estaba casi extinto en el país que le había visto nacer. Sin embargo durante los siglos anteriores el Budismo se había extendido a otras regiones de Asia, donde contaba con gran vitalidad.
Principales características del Budismo
En cuanto a las características más importantes de esta religión se encuentran las siguientes:
1.- Es una religión de tipo no teísta, es decir que no cree en la existencia de un Dios absoluto y creacionista.
2.- Sigue las enseñanzas de Siddharta Gautama, considerado como la vigésima octava reencarnación del Buda, aunque otras fuentes señalan que puede ser la vigésima novena reencarnación.
3.- Se basa fundamentalmente en el vegetarianismo y en la meditación como forma de hallar dentro de sí mismo la armonía, plenitud e iluminación, el estado Buda, el cual puede ser alcanzado por todo ser humano.
4.- Los seguidores de esta religión afirman que una de las últimas enseñanzas de Buda fue que no había que seguir ningún dogma. En este sentido, algunos de sus detractores señalan que a pesar de lo que el Budismo profesa en cuanto a la no existencia de dogmas, sí es una religión dogmática, enfocada en que el humano consiga la perfección. Por otro lado, algunos de sus críticos han señalado también que al ser una religión que no contempla la imagen de un Dios supremo, en consecuencia coloca al humano como centro de adoración o culto.
5.- Con referencia a algunas de sus creencias, los seguidores del Budista creen que la Existencia cuenta con tres características básicas, los cuales también reciben el nombre de Las Tres Marcas, los Tres Sellos o Tres Realidades, con las cuales el Budismo trata de explicar el origen o naturaleza de los fenómenos inherentes al mundo físico, percibido con los sentidos. Estas son las siguientes:
- Anitya: este sello o realidad se refiere a la “impermanencia”
- Anātman: sello que apunta a la “inexistencia de un ego permanente”
- Duḥkha: este último sello apunta hacia los conceptos de “sufrimiento”, “descontento” y la “insatisfacción”.
6.- Otra de las creencias del Budismo lo conforman las Cuatro Nobles Verdades, las cuales son las siguientes: El sufrimiento (duhkha) existe; la causa de duhkha es el deseo (tṛṣṇā), existe un cese del sufrimiento, existe un camino óctuple para llegar al cese de duhkha.
7.- De igual manera, el Budismo cree en el principio universal del Karma, es decir en la Ley de Causa-Efecto, la cual dictamina que toda acción hecha por una ser (corresponda esta al habla, el pensamiento o la acción física) crea dos efectos: el vipaka, el cual refiere a la maduración; y el phala, el cual es considerado el fruto. Así, de acuerdo a esta filosofía, las acciones buenas crearán para la persona buen karma, mientras que las negativas crearán mal karma, por lo que se debe tener conciencia de la naturaleza de las acciones, a fin de no recibir en algún momento el mal que se ha infringido.
8.- Así mismo, el Budismo cree en la noción del Surgimiento Condicionado, teoría que trata de explicar el existir de los seres y el cómo estos se encuentran atrapados en un ciclo de sufrimiento, el cual tiene su base en la ignorancia, sin poder evolucionar a través de sus vidas. De igual forma, el Budismo plantea dentro de esta noción, la teoría de la originación dependiente, la cual está conformada por doce eslabones: ignorancia (Avidyā), Formaciones mentales (Samskāra), Consciencia (Vijñāna), Pre-materialidad ( Nāma Rūpa), sensorialidad (ŞaDāyatana); Contacto (Sparsha), Sensación (Vedanā), Deseo (Tŗşņa), Aferramiento (‘‘Upādāna’’), Devenir (Bhava), Nacimiento (Jāti) y Decaimiento, vejez y muerte (Jarā-maraņa). De acuerdo a esta doctrina este ciclo se repite una y otra vez, al menos que se alcance el nirvana, acción con la que se consigue romper esta cadena, llamada Rueda del Samsāra.
9.- Igualmente, el Budismo cree en el renacimiento, característica que lo diferencia del Hinduismo el cual cree en la reencarnación. Debido a que el Budismo no cree en la existencia de una alma infinita, sino en el anatta, la cual puede ser interpretado como “el no yo” o la ausencia de alma perdurable, no puede decirse que cree en un alma que regresa para vivir otras vidas, sino que existen una especie de continuidad en los individuos, que según el karma acumulado se va manifestando de forma distinta.
10.- En último lugar, el Budismo cree y persigue el estado del Nirvāna, el cual puede ser interpretado también como iluminación o despertar, a través del cual se rompe la Rueda del Samsāra, a fin de lograr vivir la verdadera naturaleza de la vida.
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