Quizás uno de los momentos más mágicamente recordados en la edad adulta sean los primeros años de estudio, los cuales se ven con un manto nostálgico, aun cuando en su momento hayan parecido una tortura. Sin embargo, no solo es la nostalgia el sentimiento que puede llevar a evocar esos momentos, pudiendo ser la risa un buen vehículo para hacerlo.
Recuerdos y chistes
Es en ese punto en donde aparecen en escena los chistes sobre las escuelas, en donde se trata de emular con relatos cómicos, y a veces un poco exagerados, algunas situaciones reales que viven todos los que se encuentren relacionados a este mundo escolar. En consecuencia, quizás los chistes sobre la escuela, los profesores o los pícaros estudiantes sean algunos de los más famosos de la red.
Así mismo, este tipo de relatos son materia fértil para despertar en los adultos sus propias vivencias, porque como siempre sucede con el humor –según algunos especialistas en el tema- este no se encuentra divorciado de la realidad, sino que se nutre constantemente de ella, parodiándola y a la vez siendo reflejo.
Algunos chistes sobre la Escuela
En este sentido, se pueden traer a capítulo algunos de los chistes escolares más populares de la web, a fin de reír un poco sobre las notas, profesores o respuestas inesperadas que pueden darse en cualquier salón de clases. A continuación, algunos de ellos:
Sobre la inocencia Está dos niños conversando en el descanso, después de una evaluación:
María: -No sabía ni una sola respuesta, he dejado la hoja en blanco.
Juancito: -Sí, yo también la he dejado así.
María: -¡No! ¡No puede ser!
Juancito: -¿Por qué, qué pasa?
María: Encima la profe va a creer que nos copiamos.
Está dos niños conversando en el descanso, después de una evaluación:
María: -No sabía ni una sola respuesta, he dejado la hoja en blanco.
Juancito: -Sí, yo también la he dejado así.
María: -¡No! ¡No puede ser!
Juancito: -¿Por qué, qué pasa?
María: Encima la profe va a creer que nos copiamos.
Aunque valga la pena la angustia de la pobre María, este chiste es un perfecto ejemplo de la inocencia infantil, la cual resulta tierna por su propia falta de lógica adulta o por la forma de entender el mundo que revela. Sin embargo, más allá de lo emotivo, resulta también bastante graciosa la conclusión a la que llega la niña, en su preocupación por su rendimiento escolar.
Sobre la lógica matemática En un salón de clases, el profesor pregunta:
Profesor: -A ver, Martín, dígame cuántos ojos tenemos
Después de pensarlo un rato, el pequeño Martín responde:
Martín: – Pues tenemos cuatro ojos, profesor
Profesor: -Pero ¿cómo vamos a tener cuatro ojos, Martín?
Martín: -Pues claro, usted tiene dos, y yo tengo dos, pues tenemos cuatro ojos profesor.
En un salón de clases, el profesor pregunta:
Profesor: -A ver, Martín, dígame cuántos ojos tenemos
Después de pensarlo un rato, el pequeño Martín responde:
Martín: – Pues tenemos cuatro ojos, profesor
Profesor: -Pero ¿cómo vamos a tener cuatro ojos, Martín?
Martín: -Pues claro, usted tiene dos, y yo tengo dos, pues tenemos cuatro ojos profesor.
En este otro chiste, se puede ver cómo se juega con la literalidad, ya que el profesor debió preguntar correctamente “¿cuántos ojos tienen los humano?” respuesta que habría obligado a responder 4. Sin embargo, al usar el plural, el profesor se incluyó e incluyó a Martín, por lo que la respuesta de este, aunque graciosa, también se encuentra entre las respuestas posibles a la pregunta.
La lógica del castigo Entra Carlitos al salón, y se acerca tímidamente a su profesora:
Carlitos: -Profe, ¿usted me castigaría por algo que yo no he hecho?
La profesora lo ve, y cariñosamente le responde:
Profesora: -Claro que no, Carlitos.
Carlitos: -Qué bueno profe, porque no hice la tarea.
Entra Carlitos al salón, y se acerca tímidamente a su profesora:
Carlitos: -Profe, ¿usted me castigaría por algo que yo no he hecho?
La profesora lo ve, y cariñosamente le responde:
Profesora: -Claro que no, Carlitos.
Carlitos: -Qué bueno profe, porque no hice la tarea.
En un ejercicio lógico que podría desafiar las mentes más ágiles, Carlitos realiza un juego de palabras que lo llevan, en teoría y lógica de Lenguaje, a librarse de un castigo ejemplar por haber faltado a sus deberes escolares, pues como él bien lo ha recordado los mayores no pueden castigar a los más pequeños por algo que ellos no han hecho.
Sobre los sacrificios En un salón de clases, la profesora reparte las notas. Cuando llega el turno de Pedrito, le dice:
-Pedrito, este año te ha ido muy mal. Dime, ¿no te da pena ser el último del salón?
A lo que Predito le responde muy orgulloso:
-Es un trabajo duro, profe, pero alguien tiene que hacerlo.
En un salón de clases, la profesora reparte las notas. Cuando llega el turno de Pedrito, le dice:
-Pedrito, este año te ha ido muy mal. Dime, ¿no te da pena ser el último del salón?
A lo que Predito le responde muy orgulloso:
-Es un trabajo duro, profe, pero alguien tiene que hacerlo.
De igual forma, este chiste deja en evidencia alguna de las respuestas más geniales que puede ofrecer un pequeño cuando es interpelado por un adulto. En este caso, en lugar de generar vergüenza en Pedrito, la profesora origina un reconocimiento, que de seguro la habrá sorprendido.
La lógica de los números La profesora decide hacer una evaluación oral a sus estudiantes, a fin de ver cómo van en las Matemáticas:
Profesora: – A ver, María, ¿cuánto es 2 por 2?
María: -Empate, profesora.
Profesora: -Reprobada, María. A ver, Juanito, ¿cuánto es 2 por 1?
Juanito: -Eso es una oferta, profe.
Profesora: Reprobado también Juanito.
La profesora decide hacer una evaluación oral a sus estudiantes, a fin de ver cómo van en las Matemáticas:
Profesora: – A ver, María, ¿cuánto es 2 por 2?
María: -Empate, profesora.
Profesora: -Reprobada, María. A ver, Juanito, ¿cuánto es 2 por 1?
Juanito: -Eso es una oferta, profe.
Profesora: Reprobado también Juanito.
De la misma forma, la Lógica del lenguaje se convierte en chiste, porque si bien es cierto que estas cuentas corresponden a tablas de multiplicar, también pertenecen expresiones propias del Lenguaje coloquial, por lo que pueden resultar mucho más comunes a los pequeños, que las propias tablas de multiplicar, sobre todo si no han estudiado para el examen.
Imagen: pixabay.com