La más célebre imagen de Albert Einstein
“Dios no juega a los dados”
Esta es seguramente la frase más citada del científico más célebre de todos los tiempos… y la mayor parte de la gente tiende a interpretarla de manera errónea. No se trata de una alusión a la bondad suprema del creador o a su natural interés por velar por los seres humanos, sino de una crítica a la llamada “relación de indeterminación” propuesta por Heisenberg y Schrödinger casi al mismo tiempo.
Dicho principio básicamente estipula que es imposible determinar con toda certeza la posición de una partícula ya que a nivel cuántico las cosas no se comportan como en el mundo macroscópico. Las partículas no están directamente “aquí” o “allá”, es imposible determinarlo porque no existen en un único lugar y no podemos más que calcular la probabilidad de que estén en un lado o en otro.
En términos de Schrödinger (que considero un tanto más poéticos), cada partícula, cada conjunto de partículas y en últimas el universo entero se define como una “Función de Onda”, esto es, una serie de probabilidades que colapsan en una de ellas ante la presencia de un observador. Es decir, la partícula no está en el punto A ni en el punto B, está en ambos y solo el hecho de observarla nos permite saber en cuál. Por esto, jamás podremos calcular su posición exacta, sólo las probabilidades de que esté en un lugar y el otro ya que antes de observarla no estaba en ningún lugar determinado.
Einstein jamás estuvo convencido de esta teoría. Esta frase célebre la dijo como una manera de cuestionar esta visión “indeterminada” de la naturaleza, afirmando que el Universo no era azaroso, que “Dios no jugaba a los dados” porque era imposible que el mundo fuera más que un cúmulo de posibilidades.
Sin embargo, la Historia parece haber probado que Einstein se equivocó, y que Heisenberg y Schrödinger tenían razón. Muchísimo experimentos en la segunda mitad del siglo XX comenzaron a demostrar, paso a paso, que en efecto el mundo parecía existir por azar, aunque en ocasiones las probabilidades fueran tan obvias que el margen de error se volvía inferior al obtenido por la física tradicional.
Erwin Schrödinger
La paradoja de la Función de Onda
La Física Cuántica es compleja y es difícil explicarla (más cuando no se es una autoridad en el campo). Una de las razones por las que Einstein se oponía a esta teoría era por una de las conclusiones que se derivan de la Función de Onda de Schrödinger:
Resumiendo, esta teoría implicaba que si dos partículas se vinculaban podrían permanecer vinculadas siempre y cuando la función de onda no colapsara. Esto significa que si dos partículas se separaban en la tierra en direcciones opuestas y permanecían en el “universo de probabilidades” hasta que una llegara a una distancia de, digamos, 1.000 años luz, lo que pasara con esa partícula afectaría inmediatamente a la otra.
Esto va en clara contravía con la Teoría de la Relatividad General, que afirma que nada en el Universo puede moverse más rápido que la luz, y establece la existencia de lo que coloquialmente se llama una “Acción Fantasmagórica”, esto es, una influencia inmediata, invisible e impredecible en el universo que parece más un fenómeno paranormal que un fenómeno científico. Einstein tenía toda la razón de dudar.
El experimento del equipo de Ronald Hanson
El pasado 21 de octubre científicos de la Universidad de Delft en Holanda y del Instituto de Ciencias Fotónicas de Barcelona (dirigidos por el profesor Ronald Hanson) realizaron el experimento más preciso hasta el momento en el que, por lo visto, se comprueba definitivamente que Einstein estaba equivocado. No es el primero del que tenemos noticia (la teletrasportación de partículas de la que hemos hablado es un ejemplo) pero sí el más sólido y concluyente.
Básicamente, lo que hicieron fue colocar dos electrones a 1.280 metros uno del otro y hacer que mantuvieran una comunicación instantánea y constante entre sí. No vale la pena profundizar en los detalles de esta comunicación (que de ser sincero, yo mismo no comprendo), baste con saber que el estudio fue revisado por pares y cumplió todos los requisitos y, de momento, parece haber sido completamente revolucionario. El artículo se publicó en la revista Nature.
Muestra aérea de la distancia a la que ocurrió el experimento
El mundo de la física cuántica
Aunque no sabemos a ciencia cierta qué tanto influyen estas reglas en el mundo macroscópico, tal como lo conocemos, pero resulta fascinante saber que nuestro mundo se rige por conceptos que suenan salidos de una película de ficción. Y lo que es más importante: estos descubrimientos eventualmente podrían aplicarse a tecnologías nuevas como la creación de un “internet instantáneo” o de sistemas de comunicación directos. Eventualmente quizás permitan incluso la teletrasportación humana.
La llamada “Acción Fantasmagórica” parece ser, entonces, una realidad de nuestro universo. Einstein se equivocó: Dios no solo juega a los dados, Dios es los dados.
Vale la pena pensar en todos los fenómenos incomprensibles que podrían deberse a estos caprichos del creador. ¿Será que con esta nueva generación científica estaremos más cerca de comprender la verdadera naturaleza de nuestro mundo?
Fuente de imágenes: 1: t3.kn3.net, 2: es.wikipedia.org, 3: agenciasinc.es