La tecnología de la biología
Los últimos avances en la tecnología le apuntan muchas veces a imitar las dinámicas de los cuerpos biológicos, y seguramente uno de los avances más impresionantes en este aspecto sea el de un nuevo plástico que es capaz de imitar nuestras células, llenando orificios con un líquido que endurece.
Esto va un paso más allá de los materiales “auto reparables” tradicionales. Contrario a las tecnologías existentes, que utilizan el “material base” para rellenar algunos rotos o hendiduras pequeñas, en este caso se parte de una situación en la que este material ha desaparecido y es necesario reconstruir de ceros la estructura completa del objeto. Esta nueva tecnología se asemeja mucho al funcionamiento natural de las células del cuerpo humano: el sistema “rodea” el agujero o roto y comienza a segregar material que se va endureciendo: en pocas horas el daño está sellado y la superficie como nueva.
Por el momento, esta tecnología resulta demasiado costosa para ser rentable, pero los científicos advierten que podría ser más barata en el futuro y representar ahorros a largo plazo para los inversionistas. El concepto de un tejido que se repara a sí mismo no es solo un adorno para mantener (digamos), un celular en buen estado: es fundamental si se planea realizar viajes espaciales y podría ser una gran inversión para las aerolíneas.
Aplicaciones en el espacio
En efecto, tanto una eventual nave espacial como cualquier aeronave ordinaria suelen sufrir daños constantes por materia flotante o lo que normalmente se denomina “polvo espacial”. Uno de estos daños puede ser insignificante, pero en conjunto comprometen el comportamiento de la aeronave y pueden llegar a poner en peligro la vida de los tripulantes. Las reparaciones son largas y costosas, por lo que un material capaz de repararse a sí mismo sería una excelente inversión, en el caso de las aerolíneas, y casi una necesidad en el caso de un eventual viaje espacial largo.
Lo interesante aquí, sin lugar a dudas, es cómo los sistemas biológicos comienzan a mostrarse mucho más eficientes que las tecnologías tradicionales, aunque sean también mucho más complejos. A quienes hablan del tradicional conflicto de “vida vs tecnología” quizás les sorprenda saber que es probable que en el futuro las tecnologías se asemejen más y más a los sistemas biológicos, alcanzando quizás niveles de complejidad semejantes y creando un mundo en el que no se sabe bien qué es lo “natural” y qué lo “artificial”.
¿Qué opinas? ¿Te parece utópico un futuro así?
Fuente de imagen: engineering.com