Ni la fama ni el dinero te pueden asegurar la felicidad, mucho menos sanar las heridas de una infancia turbulenta. Y nadie lo ejemplifica mejor que Clara Bow, el primer sex symbol de la historia del cine, una It girl que inició su carrera en la década de los 1920s e iluminó las pantallas con su actuación.
Los cimientos de una actriz
Clara nació en una familia muy pobre: fue la tercera de sus hermanos pero éstos fallecieron muy pronto y su madre, pensando que la hija correría con el mismo destino, no se molestó en cuidarla ni en sacarle un certificado de nacimiento.
La niña no tuvo la oportunidad de vivir rodeada de juegos y amigos, las niñas se burlaban de ella por usar ropa harapienta y por los indeseables progenitores que tenía. Se decía que su padre abusó sexualmente de ella y que su madre (que era prostituta) la maltrataba. Cuando Clara alcanzó la fama llegó amenazó a su propia hija de muerte.
Un gran gracias a Hollywood
Con 17 años envió dos fotografías a un concurso de una revista de cine, dos fotografías que no le gustaban mucho, pero que sí le gustaron a los jueces que quedaron cautivados por su belleza. Fue así el inicio para que el mundo del cine la aceptara y los papeles le empezaran a llover.
Su gran expresividad y movimientos seductores rompieron los limitantes que existían en ese momento en el cine: la falta de sonido y su gran éxito vino con la película “Días de colegial”. Con sus primeros ingresos y ya establecida, se llevó a vivir con ella a su padre, una mala idea porque lo único que hizo fue hacer su estadía un infierno.
Siempre fue una chica humilde y agradecida, la fama nunca se le subió a la cabeza, por su dulce actitud se ganó el apreció de varios de sus colegas y jefes.
La opresión de ser una Chica It
Para 1927 llegó a la cima de su popularidad con la película Ello (It Girl), la escritora Elinor Glyn en su libro homónimo; «Ello, ese extraño magnetismo que atrae a ambos sexos… Descaradamente, con autoconfianza, indiferente al efecto que produce».
Tristemente, su fama de devorahombres, unida a sus problemas con las drogas y el alcoholismo le hicieron perder popularidad entre sus compañeros de trabajo. Además, tantos sucesos horribles en su infancia comenzaron a mermar las fuerzas de Bow, que además tuvo que soportar la humillación de que los estudios Paramount cancelaran sus películas y le reclamaran el dinero de los vestidos que se quedara de los rodajes (mientras que otras actrices se los quedaban sin más), además de hacerle pagar sus propias fotos publicitarias.
El ocaso de una estrella
Con la llegada del cine sonoro, el éxito de Bow no alcanzó la cúspide como antes, debido a que la chica poseía un fuerte acento de Brooklyn y su aura de femme fatale quedó empañada para el público.
Para el año de 1932 contrajo nupcias con el actor Rex Bell, con quien tuvo dos hijos, Tony y George. Luego de eso hizo una intervención en el programa de radio «Truth or Consequence» en 1948, pero después su única aparición pública fue en el funeral de su marido, en 1962.
Con la pérdida de su marido, sufrió un gran abatimiento que fue pobremente diagnosticado como esquizofrenia y como consecuencia fue sometida a varios tratamientos de electroshock.
Pasó sus últimos años viviendo en una casa modesta con su familia. Murió el 27 de septiembre de 1965 a causa de un ataque al corazón. Está enterrada en el cementerio Forest Lawn Memorial Park en Glendale, California. Por su contribución a la industria del cine, Clara Bow posee una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Fuentes:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Clara_Bow
Imágenes: 1: fffmoviepostermuseum.com, 2: tvtropes.org, 3: vistelacalle.com