Definitivamente, una de las cosas que más esfuerzo mental nos ocasiona, es pensar en las palabras perfectas y los comportamientos ideales para gustarle a esa persona que tanto nos atrae. Muchas veces, es común encontrarse con estas situaciones complicadas en las que quizá, por falta de saber unos buenos tips de conquista, se terminó cometiendo crasos errores, sobre todo por los nervios incontrolables. Por eso hemos traído: “cómo hablar y luego enamorar a una chica que te gusta”:
Preguntando su opinión
Una de las formas más eficaces de empezar a hablar con una chica, es preguntándole qué opina acerca de algo del contexto en el que se encuentren. Este tip sale mucho mejor cuando uno está rodeado de varias mujeres, entonces es conveniente elegir un tema que a ellas les encante, como los asuntos de moda o de relaciones afectivas. Es crucial que uno se muestre muy interesado, pero de manera natural.
Preparar historias interesantes y graciosas
Previo a la salida, es pertinente reflexionar sobre algunas buenas historias divertidas con las que se pueda entretener a una mujer, para que no se presenten baches y silencios letales en la conversación, sino siempre tener de qué hablar y que sea algo que atrape su atención y que ella lo encuentre valeroso, chistoso e interesante. Hay que cuadrar muy bien el modo de relatarlo, porque eso es parte fundamental en el proceso. Debe ser de una manera dinámica y sencilla, que no parezca arrogante.
Criticar al pretendiente fallido
Es una técnica infalible en su psicología. Si se tiene la oportunidad de analizar y conocer otros personajes que hayan intentado conquistarla, pero que fracasaron, es un arma fenomenal. De modo que ya sabiendo esos datos, se procede a preguntarle cómo le fue con aquel sujeto. En seguida, se lanza un comentario chistoso al respecto y tan pronto como ella suelte la risa, iniciar de inmediato con la crítica moderada de sus defectos corporales, de hablar, de comportarse, etc. Esto garantiza presentarle una personalidad juguetona y triunfante.
¡Salud!
Si el escenario de conquista es un bar o en algún evento donde se consuma licor, el brindis es la escusa perfecta para acercarse a esa mujer que tanto atrapa la mirada. Es un tanto intimidante, pero no tanto, al punto de funcionar casi en todos los casos para romper el hielo. Un fabuloso inicio de pavimentar el camino hacia una relación de algún tipo.
La magia del “hola”
Es la palabra del millón. Siempre ha sido exitosa para poder acercarse a una chica. Suena muy espontáneo, natural y tiene un toque secreto por su simpleza, que pudiera superar muchas frases rebuscadas y pomposas, pues a ellas les encanta la originalidad. Un buen acompañamiento del término, sería ¿cómo estás?
Mantenerse bien informado
Es casi que una obligación, para poder ser una persona interesante y no quedarse callado por falta de tema. Sirve cualquier clase de información, bien sea de farándula, ciencia, chismes, política, economía, etc. Pero hay que tener cuidado en no parecer un sabelotodo cansón, sino saber usar los datos incluso de forma graciosa, como comparando a algún asistente de la fiesta o del lugar, con alguna celebridad sonada en el momento, en algún rasgo curioso.
Apostar con ella
Es de las mejores estrategias de conquista y sobre todo, para romper el hielo. Si se hace correctamente, se gana un terreno formidable durante el resto de la noche o el evento. Consiste en buscar apostar con ella, por ejemplo que uno va a ser capaz de acordarse de su nombre hasta el final de la velada y viceversa. Eso atrapa el pensamiento y va a estar haciendo esfuerzos por tenerlo a uno presente todo el tiempo. La otra clave está en la penitencia del que pierde, donde se aprovecha para proponer una cena, una salida, un boleto al cine, etc.
Ocultar el juego
Es muy estratégico no mostrar todas las cartas de una vez, sino ir generando el suspenso. Primero mostrarse algo indiferente, pero haciéndose notar, generando un ambiente de misterio pero a la vez ir soltando poco a poco.
Para muchos, hablar con la mujer de sus sueños, es “misión imposible”. No obstante, con una actitud sencilla, convenientemente coqueta y amable, en el instante del primer acercamiento, asegura un excelente inicio de una muy posible relación.
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