Colombia es una República del continente latinoamericano, el cual se encuentra situado hacia el noroccidente de este territorio. Está constituida como un estado Unitario y Democrático, conformado por 31 departamentos y un Distrito Capital.
Colombia, diversidad cultural
Sin embargo, esta definición puede resultar un poco limitada a la hora de dar cuenta de la inmensa diversidad cultural que atesora Colombia, sin hablar de sus exuberantes y variados paisajes, sus colores, aromas, flores y sobre todo sus sabores. Y es que este país atravesado por la Cordillera andina y con “doble vista al mar” –por limitar a un tiempo con el océano Atlántico y por otra con el pacífico- se convierte a un ritmo sostenido en una verdadera potencia culinaria, por no hablar de otros avances. De esta forma, cada día son más los curiosos que se acercan a la diversa cultura colombiana, para probar en su propia piel una de las naciones más alegres, preparadas y educadas de todo el continente. No en vano, su capital Bogotá se erige como la segunda ciudad más visitada en Latinoamérica, siendo superada apenas por Buenos Aires, situada más al sur.
Menú colombiano
En este sentido, en caso de no contar con posibilidades de ir personalmente a andar las calles colombianas por los propios pies, bien se puede planear un menú que le permita al paladar viajar por la gran gama de sabores costeños, andinos y llaneros que esta inmensa patria guarda en los pliegues de su Cultura. Por consiguiente, bien si se quiere comenzar a conocer la cocina colombiana, o la nostalgia de aquellos sabores presiona el alma, se puede organizar un almuerzo con amigos, la familia, o incluso para disfrutar en soledad, que con sólo un bocado traiga de nuevo el clima, el acento, los colores y magia de esta inmensa nación: Colombia. Al respecto, resulta pertinente ofrecer algunos ejemplos de cómo preparar algunos de los platos que debería incluir todo menú que se preste de ser representante digno de la gastronomía colombiana. A continuación, algunos de ellos:
Entrada: carimañolas
Para aquellos que quieran tener un bocado del caribe colombiano en sus bocas, una buena opción son las carimañolas, pastel a base de yuca y carne de cerdo, ideal para servir como entrada de un almuerzo colombiano, aun cuando es costumbre también consumirlo como desayuno o cena. A fin de usarlo como entrada, y no saciar en demasía el apetito de los comensales puede ser buena idea preparar unas carimañolas pequeñas, a fin de que sirvan sólo como degustación.
Para prepararlas, será necesario contar los siguientes ingredientes: medio kilo ( ½ Kg) o una libra (1 lb) de yuca dulce / una taza de aceite vegetal / medio kilo ( ½ Kg) o una libra (1 lb) de carne de cerdo / sal al gusto. Una vez se tengan todos los ingredientes a mano, se deberá colocar una olla con agua al fuego y un poco de sal. Cuando haya alcanzado el punto de ebullición, se agregará la yuca, previamente pelada y lavada, y se dejará cocinar hasta que tome una textura sumamente blanda. Cuando esto suceda, se deberá bajar del fuego y retirar del agua, esperando a que se enfríe.
Luego, cuando la yuca esté fría, con ayuda de las manos se procederá a amasar la yuca, tratando de crear una masa con ella, se le agregará sal al gusto. Conseguida la textura deseada, y cuando la masa no presente grumos, se tomará un puñado de ella, se aplanará, y se buscará colocar en el centro un poco de la carne de cerdo. Se envolverá con la masa, y se procederá a freír con suficiente aceite. Se pueden usar otros rellenos como queso, pollo o carne de res. Se pueden servir acompañados de ají o la salsa de su preferencia.
Plato principal: ajiaco
Tal vez uno de los platos colombianos de más fama a nivel mundial sea el ajiaco, sopa a base de pollo que deja la culinaria de la zona andina colombiana por todo lo alto, y que como plato principal puede hacer del menú escogido un verdadero manjar. Para prepararlo, se necesitará contar con los siguientes ingredientes: un kilo y medio (1 ½ kg) de pechugas de pollo / cuatro (4) litros de agua / cuatro (4) mazorcas o jojotos tiernos / un kilo (1 Kg) de papa / medio (1/2) kilo de papa amarilla o papa colombiana / una (1) rama de cilantro / un (1) ramillete de hojas de guasca / cuatro (4) dientes de ajo / tres (3) tallos de cebollín o cebolla larga.
Para preparar se deberá colocar en una olla grande el agua y la sal, llevándolas al fuego hasta que alcance el punto de ebullición. En ese momento se deberá agregar entonces la cebolla larga,, así como las papas (blancas y amarillas, picadas en trocitos) y las pechugas de pollo, dejando cocinar por los próximos 60 minutos, tiempo en el cual el pollo debe tornarse blando, y las papas deben haberse disuelto. Cuando esto ocurra, sin retirar del fuego y con ayuda de los utensilios adecuados, se sacan del caldo las pechugas de pollo y las ramas de cebolla. Se agregarán las mazorcas, picadas en pedazos apropiados para su consumo, y se baja el fuego, a fin de que las mazorcas se cocinen a fuego lento. Sucedido esto, se apagará la preparación y se dejará reposar hasta el momento de servirlo.
Para llevarlo a la mesa, al menos cinco minutos antes de servir el ajiaco, se le deberán incorporar las hojas de guascas. Así mismo, se le agregará el pollo desmechado. Se servirá en platos hondos, buscando que cada invitado cuente con una porción de pollo y maíz, así mism a cada comensal se le colocará un plato adicional con arroz blanco, una porción de aguacate, un chut con alcaparras y otro con crema de leche, acompañantes inseparables del ajiaco.
Postre: dulce de papayuela
Para cerrar con broche de oro, qué mejor opción que preparar uno de los dulces típicos, y más cotizados de Bogotá: el dulce de papayuela, el cual ofrece todo el sabor de esta fruta, y que además por su apariencia confitada puede resultar bastante elegante y atractivo para la mesa. A fin de prepararlo, se requerirán ocho (8) papayuelas / seis (6) tazas de agua / medio kilo ( ½ Kg) de azúcar. Una vez se cuente con todos estos ingredientes, se deberán lavar y pelar las papayuelas, para después, siguiendo la fibra natural de esta fruta, cortarlas en trozos o tiras. Posteriormente, en una olla grande, se colocan las cuatro tazas de agua, hasta que hierva. En ese punto se colocará la fruta en el agua, para cocinarlas por treinta minutos (30 min) o hasta que esta se encuentre blanda.
En ese momento, se agregarán dos tazas más de agua, más el azúcar y se cocinan por treinta minutos más (30 min) sin mezclar. Transcurrido ese tiempo, se retira del fuego, y se le quita la espuma que se haya formado en su superficie. En la misma olla, se le agrega un chorrito pequeño de jugo de limón, y se lleva a un recipiente de vidrio, previamente esterilizado con agua caliente. Se deja enfriar, y ya estará listo para su consumo.
Imagen: flickr.com