Orbita de forma horizontal con respecto al resto

Cada planeta, presenta unas características propias y únicas; sin embargo, Urano es el más diferente de todos, pues prácticamente gira de lado, en comparación con la posición de los demás astros de nuestro Sistema Solar. Exactamente, está inclinado casi 99 grados en perspectiva con el plano orbitacional de nuestra estrella.

Los científicos siempre se han tratado de explicar el porqué, además de si intervino algún suceso violento como un choque de masas, que lo habría dejado así. Y eso es precisamente lo que dicen haber descubierto con plena seguridad, un grupo de investigadores que se dedicaron a este misterio durante largos años. Para ellos, todo apunta a que Urano, hace cerca de 4.000 millones de años, recibió el impacto de otro planeta mucho más pequeño, pero con un volumen casi como el doble de la Tierra.

La posibilidad de que otro astro hubiera desviado la órbita y posición de Urano en el pasado, se planteó desde el siglo XX en sus comienzos. Pero gracias al notorio avance tecnológico, se han diseñado súper computadoras capaces de efectuar una especie de simulaciones de masas planetarias, estrellándose contra el planeta y de esa manera, se concluyó que todo cuadraba perfecto y no había la menor duda de que esa posición de Urano no es normal.

En el rompecabezas que estructura a ese enigmático planeta de color azul, cuya atmosfera tiene unos componentes tan fuertes que según la NASA, en cada rincón huele similar a un huevo podrido, faltaba esa ficha del choque planetario, para encajar todo: así, se entiende ahora la razón de la órbita peculiar de sus lunas y sus maravillosos anillos ecuatoriales, mismos que se habrían formado por todo el material rocoso que salió expulsado del terrible impacto. En total, se formarían 27 lunas.

La pieza suelta del asunto

Los contradictores de esta teoría, que al día de hoy ya se ha probado por la comunidad científica internacional, cuestionan el por qué se mantuvo su atmósfera después de ese choque mortal. Empero, este interrogante lo responde el ángulo del choque. Si se estrelló de un modo no tan directo, alcanzó a salvarse su atmósfera muy a pesar de las anomalías magnéticas con las que quedó y su asombrosa inclinación del eje planetario.

No hasta hace muchos años, Urano era considerado como uno de los cuerpos estelares menos interesante, cosa que ha cambiado rotundamente con la aceptación de esta teoría como algo real y sustentado. Los astrónomos trabajan incansablemente en el estudio de éste que es uno de los planetas del sistema solar más grandes. Es el séptimo planeta desde nuestro Sol y se mantiene a una distancia orbital de 2.800 millones de kilómetros del astro rey. Se ha dicho que está completamente congelado, precisamente debido a su lejanía de la estrella. No obstante, estos astros de grandes magnitudes se caracterizan por contar con un núcleo interno a grandes temperaturas, emitiendo grandes cantidades de radiación en el espacio, pero extrañamente Urano es la excepción. Ahora bajo esta perspectiva del choque físico de masas que habría sufrido, este aspecto también se aclara. Como consecuencia de semejante colisión de mundos, la temperatura de Urano quedó en un promedio de -224 grados centígrados.

Este gigante del espacio se halla mucho más lejos que Neptuno y en comparación con los otros planetas de este Sistema Solar, el eje se halla demasiado desviado. Por ejemplo, el eje de la Tierra tiene una inclinación aproximada en 23 grados con respecto al Sol, pero el del coloso azul es de 99 grados. Literalmente, Urano orbita de forma horizontal.

Una de las grandes incógnitas que restan es: así mismo, ¿podría estrellarse un planeta errante contra la Tierra? Algunos astrónomos han anunciado que sí sucederá algo similar, pero será un choque electromagnético contra un enorme planeta cometa.

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