El contexto de las Misiones Apolo
Para nadie es un secreto que en los 1960’s la situación mundial estaba bastante inestable. Dos superpotencias (las primeras en ascender a esta categoría en la Historia de la humanidad), con dos modelos políticos y económicos radicalmente distintos, se enfrentaban en una carrera silenciosa por demostrar que eran mejores, más fuertes, más importantes.
Era el contexto de la Guerra Fría… y para muchos observadores, en los 60’s la Unión Soviética estaba ganando. De ser un país rural, campesino, símbolo de la pobreza europea, había pasado a ser una potencia industrial cuyos niveles de vida subían rápidamente. En todo el bloque oriental, pese al autoritarismo de los gobiernos, se veían mejoras impresionantes en la calidad de vida, y en gran parte del tercer mundo comenzaron a surgir movimientos comunistas que buscaban implantar gobiernos de ese corte en sus propios países. Para muchos, los Estados Unidos (y en general la OTAN) estaban quedando rápidamente rezagados.
En este sentido, las victorias simbólicas eran tanto o más importantes que las militares. Uno de los campos en los que ambas naciones pusieron mayor empeño fue en el ámbito espacial, en el que esperaban demostrar su superioridad y el poder del hombre que le permitía, por primera vez en su historia, abandonar la Tierra.
Y también allí los soviéticos llevaban la delantera. Fueron los primeros en enviar un satélite al espacio, un animal (Laika, cuya trágica historia mencionamos en este artículo) y un cosmonauta – Yuri Gagarin – que incluso orbitó nuestro planeta. Los Estados Unidos siempre realizaron estas actuaciones en segundo lugar y de manera mucho menos espectacular. Pero hasta ese momento faltaba lo más importante. La Joya de la Corona.
Conquistar la Luna.
Misiones Apolo
En 1960 la NASA lanzó un programa de Misiones Apolo con el objetivo de continuar las previas misiones Mercury y ganar la delantera en la carrera espacial. Sería en 1961 que John F. Kennedy (entonces presidente de los Estados Unidos) declararía que los Estados Unidos pondrían un hombre en la luna antes del final de la década.
Efectivamente, tras varios años de experimentos y 11 misiones (una de las cuales terminó con la muerte de los tres astronautas), los Estados Unidos serían capaces de enviar una misión a la superficie lunar el 20 de julio de 1969… o al menos eso dicen las fuentes oficiales.
Muchos consideran que los viajes a la Luna se grabaron en un estudio
Teorías de la Conspiración
Sin embargo, ya en tiempos del alunizaje comenzaron a surgir teorías en las que se hablaba de una posible falsificación. Las teorías que aparecieron variaban en grado: mientras que algunas negaban la misma carrera espacial (como una falsificación), la mayor parte afirmaba que el alunizaje jamás ocurrió. Veamos una a una qué se afirma:
La Sociedad de la Tierra Plana
Hace poco hablamos aquí de la Sociedad de la Tierra Plana, que considera que nuestro planeta es en verdad un círculo de tierra centrado en el Polo Norte y con una barrera de hielo en el exterior (que vendría a ser el Polo Sur). Como es lógico, esta Sociedad fue una de las primeras en acusar a los Estados Unidos de fraude y asegurar que todas las misiones eran en verdad una creación con el simple objetivo de engañar a la población.
Los argumentos de la Sociedad de la Tierra Plana son los mismos de otros grupos, pero su acusación es mucho más grave porque, bueno, porque de no serlo tendrían que admitir que la tierra es esférica. Cabe mencionar que aseguran que el alunizaje fue en verdad una producción cinematográfica basada en un escrito de Arthur C. Clarke y dirigida por Stanley Kubrick. Aunque como veremos, muchos afirman que el alunizaje fue actuado, pocos brindan de manera tan específica los artífices de la conspiración.
Las misiones Apolo fueron parcial o totalmente ficticias y jamás se llegó a la Luna
Entramos aquí al territorio “duro” de la Conspiración. Según estas teorías, gran parte de las misiones Apolo fueron ficticias y se realizaron con el objetivo de aumentar la moral norteamericana en un momento en el que la situación del país no se sentía tan sólida. Así, a una Unión Soviética pujante se opuso un complejo programa de propaganda.
Esta teoría es poco defendida, pues la mayor parte de los teóricos en esta conspiración consideran que de hecho las misiones existieron y fue el alunizaje lo que se falsificó. Dentro de sus más importantes personajes está el clásico teórico estadounidense Milton William Cooper (quién murió en el 2001).
Las misiones existieron, pero el hombre jamás llegó a la Luna
Esta es la versión más popular. Según innumerables autores (dentro de los que podemos contar a Marcus Allen, David Groves, David S. Percy o Bart Sibrel) las misiones Apolo habrían sucedido tal y como se había planeado pero jamás existió el alunizaje.
Esto se debe, principalmente, a que las condiciones de la superficie lunar no permiten bajo ninguna circunstancia la supervivencia de los seres humanos. En algún momento de los 1960’s las autoridades se habrían dado cuenta de ello, pero admitirlo habría disminuido en gran medida el prestigio de los Estados Unidos. Por esta razón, realizaron las falsificaciones.
La única misión falsa fue Apolo 11
¿Por qué volver a la Luna? Enviar un astronauta allí es extremadamente costoso y bastaría con hacerlo una vez para demostrar que es posible, ¿no?
Esta es un poco la lógica de quienes creen que efectivamente el hombre alunizó, pero que no lo hizo en la misión Apolo 11. Problemas técnicos habrían hecho imposible aquella misión, que habría sido falseada porque en ello se jugaba su prestigio el país norteamericano.
Ya vimos un breve resumen de las teorías de la conspiración con respecto al alunizaje. En el próximo capítulo veremos las pruebas que se presentan al respecto y las respuestas que a esas pruebas se presentan. En general, hay asuntos bastante sospechosos que vale la pena analizar con profundidad.
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