En la cultura americana es frecuente que las personas tengan el concepto de que la mente está separada del cuerpo. No obstante, culturas orientales como los chinos de la antigüedad, los budistas, hinduistas, shivaistas, etc, creen y han demostrado que existe una estrecha relación entre ambos y cada ser humano pudiera hacer prodigios si se lo propusiera.
A continuación, veremos algunas de esas cosas poderosas e increíbles, que uno puede hacer con la mente:
El efecto placebo
La ciencia se asombró bastante al notar el increíble poder que tiene el pensamiento y la creencia. Se han hecho experimentos en los cuales, se engañan a pacientes dándoles pastillas que no tienen ninguna clase de medicamentos, pero ellos creen que son potentes fármacos que les aliviarán el mal que los aqueja.
Efectivamente, al analizar las reacciones fisiológicas después de la ingesta, el organismo se comporta como si en realidad hubiese consumido lo que se le dijo a la persona. El poder del pensamiento es el que tiene la capacidad de hacer lo que el individuo afirme con certeza. Está debidamente demostrado.
El poder de la visualización
Cada día, los físicos cuánticos y la ciencia en general, se maravilla con la capacidad que tenemos los seres humanos de poder proyectar imágenes a voluntad.
Se han estudiado las denominadas “neuronas espejo”, mismas que recientemente se descubrieron y son la explicación del por qué cuando alguien visualiza vívidamente alguna tarea o algún logro por realizar, viéndolos ya culminados en la imaginación, entonces ocurre que como por arte de magia se hace realidad.
Un gran ejemplo registrado es el del coronel George Hall, de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. En la guerra de Vietnam estuvo secuestrado por más de siete años. En su celda oscura no podía hacer nada más que utilizar su poderosa imaginación. Entonces olvidaba por completo dónde se encontraba y se transportaba hacia un campo de golf y jugaba muy concentradamente.
Fue uno de los pocos sobrevivientes que liberaron y lo primero que hizo fue a jugar golf días enteros. Sus visiones se cumplieron a cabalidad. Los principales deportistas del mundo han confesado que primero se visualizan ganando la competencia y eso es infalible.
La NASA lo aplica desde hace años, con los astronautas. Antes de una misión, realizan primero todo en la mente. De ese modo el subconsciente queda programado como un ordenador a cumplir sí o sí, lo que se le ha estipulado.
La anestesia psicológica
El doctor Ángel Escudero, de España, lleva casi medio siglo enseñándole al mundo lo que descubrió a los inicios de su carrera como médico neuro cirujano: es posible que una persona se anestesie a sí misma, se quite cualquier dolor que la aqueje, pequeño, grande o extremo, sea cual sea la circunstancia, con el propio poder del pensamiento.
Es tan sorprendente, que en los vídeos que se encuentran en la web sobre el particular, se muestran operaciones en las cuales el médico no utiliza ninguna clase de anestesia. Inclusive partos.
El dolor es un fenómeno muy enigmático del cual se sabe hasta el momento muy poco. El doctor Escudero estructuró una técnica sencilla de dar órdenes al cerebro y desactivar las áreas que se encargan de percibir el dolor.
Se puede perder peso imaginando que ya se adelgazó
Una de las más destacadas psicólogas de Harvard, la doctora Ellen Langer, pudo demostrar que para perder peso, la clave principal es sentir una gran motivación por querer lograrlo, y especialmente, visualizarse como si ya se tuviese el peso y la figura ideales.
Para ello, empleó algunas empleadas de un hotel, que en su mayoría presentaban sobrepeso. Al interrogarlas, se percató de que 7 de cada 10 sentían que estaban muy sedentarias por su trabajo. Pero la psicóloga les demostró que por todo el movimiento y actividades que debían desempeñar, la quema de calorías era suficiente como para mantenerse en buen estado, al punto de convencerlas de ello.
Al mes siguiente, todas las mujeres habían reducido de peso drásticamente y no porque sus rutinas hubiesen cambiado, sino su forma de pensar.
Secado de mantas
Los científicos han podido registrar en varias oportunidades, que algunos monjes tibetanos, mismos que se han prestado para experimentos, han logrado secar sus mantas húmedas, sólo con el poder de la mente.
Lo hacen a través de una técnica que llamaron “Tum-mo”. Después de varias veces mojarlos con agua fría, a una temperatura de 9,4 grados centígrados en una habitación donde la temperatura no excede los 5 grados, se sorprendían al ver que, en menos de una hora, los monjes lograban aumentar su calor corporal y secar por completo sus mantas.
Cualquier otra persona, no sólo no habría podido secarse ni una sola gota, sino que además en esas condiciones térmicas caería en la hipotermia inminentemente.
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