Las personas tenemos ciertos hábitos, que ante la vista de otros resultan extraños y hasta asquerosos. En el mismo instante en que te estás sacando un moco, para embarrarlo en una de las bancas del parque creyendo que nadie te está observando, seguramente hay otros miles en las mismas que tú. A continuación, “algunas cosas vergonzosas que hacemos a escondidas”:
Meter la mano ahí abajo para acomodar la ropa interior
Muchas veces nos sucede; bien cuando estamos caminando, o en el bus o quizás en clases. Una acción rápida, pero dificultosa cuando se llevan pantalones apretados.
Orinar disimuladamente en la piscina
De acuerdo con las estadísticas, más del 80% de quienes se bañan en una piscina orinan disimuladamente, mientras nadan. Si está demasiado llena de gente, imaginarás la cantidad de orines que se pueda acumular y que se comparten todos con todos.
Husmear en las redes sociales de otras personas
Es muy clásico y común, especialmente con aquellos que te gustan o que te caen mal. De hecho, cierta aplicación se expande por la web y oferta mostrarte quién o quiénes visitan tu perfil de Facebook, pero no es más que un virus y muchos caen en la tentación.
Tirarnos pedos en público
Si el sonido no te delata, todos se preguntarán quién fue el autor del oloroso gas y varios serán los sospechosos. Si te sonrojas, seguramente te delatarás.
Abrir el grifo para disimular
Esto ocurre principalmente, cuando estamos de visita en algún lugar y el baño queda ubicado muy cerca de la sala de estar. O también, si estamos en casa del chico o chica que nos gusta. En muchas oportunidades, el sonido del agua no es suficiente.
Sacarnos los mocos y embarrarlos a escondidas
Esto es típico en la oficina, en las bancas de algún parque, en clase o en el carro, mientras esperas que cambie la luz roja del semáforo o en medio de algún trancón. Una costumbre de aquellas que hacemos pretendiendo que nadie nos vea, que vienen desde que somos niños.
Hablar por whatsapp mientras estamos en el váter
Hay quienes se aburren demasiado en ese proceso de evacuación del cuerpo y optan chatear por Whatsapp, mientras sacian sus necesidades. El problema es a la hora de limpiarse, que muchos han dejado caer su aparato telefónico al retrete. De seguro, los interlocutores no sospechan desde donde les estás hablando.
Mirar la cola de alguien que nos atrae
Pareciera ser un movimiento instintivo y mecánico de la mirada; sin embargo, en muchas ocasiones el chequeo se efectúa detenidamente, sobre todo si se cuentan con unas gafas oscuras. Muchos lo hacen cuando van de la mano con sus parejas y la cosa se hace aún más secreta y con cuidado de no ser captado.
Forrar la tasa del baño en papel higiénico
Cuando estamos con alguna “emergencia sanitaria” y no tenemos otra opción que un baño público, solemos tapizar en papel higiénico los sanitarios, para que nuestra cola no los toque.
Aliviar la picazón genital desde los bolsillos
Es la manera más disimulada, sobre todo si la picazón no da espera. El problema es si no hay bolsillos o si se trata de una rasquiña insoportable. De cualquier manera, se buscará solucionar del modo más escondido e imperceptible que se pueda.
Imágenes: vozprofeta.com