Dentro de la tradición judeocristiana, se conoce con el nombre de Diez mandamientos –así también como el Decálogo- a un conjunto de preceptos morales y éticos, que según estas creencias fueron dictadas directamente por Dios a Moisés, a fin de que el pueblo hebreo las cumpliera, como forma de obediencia a su máxima deidad.
Historia de los Diez Mandamientos
En líneas generales, la tradición afirma que luego de que Moisés liberara, por orden de Dios, al pueblo hebreo del yugo egipcio, este grupo étnico se adentró en el desierto en búsqueda de la tierra prometida, en donde Dios los haría construir la Nueva Jerusalén. Mientras se encontraban en esta peregrinación, el pueblo hebreo hizo un alto a las faldas del monte Sinaí, lugar a donde ascendió en solitario Moisés, a fin de tener un poco de silencio que le permitiera orar y comunicarse con Dios. No obstante, en lo alto de esta montaña Moisés se encontró frente a frente con una zarza que ardía sin consumirse. Así mismo, Moisés comenzó a escuchar la voz del Dios hebreo.
Así mismo, la historia bíblica apunta que Dios ordenó a Moisés llevar al pueblo hebreo una serie de preceptos y mandatos, que a partir de ese momento abolían cualquier otra ley hebrea, convirtiéndose en los nuevos mandamientos de Dios. Para que no hubiese duda de su voluntad, cuenta la Biblia, que el mismo Dios hebreo usó su poder para grabar en la propia piedra un total de diez reglas o mandamientos, aunque algunas corrientes de pensamiento han llegado a afirmar que en realidad se trataban de veinte reglas.
Los diez mandamientos en la Biblia
En cuanto a la aparición de la historia de los Diez Mandamientos dentro del libro de la Biblia, las fuentes especialistas indican que se pueden encontrar en dos momentos específicos del Antiguo Testamento. En este sentido, resulta pertinente ampliar de forma breve cada una de las dos versiones que da la Biblia sobre este importante acontecimiento del pueblo de Israel. A continuación, cada uno de ellos:
Libro del Éxodo
El primero de ellos, el libro del Éxodo, en donde la historia que se narra, apunta a que Moisés subió solo a orar al monte Sinaí, en donde tuvo un encuentro personal con el Dios hebreo, quien se le presentó en forma de zarza ardiente, a fin de ordenarle las nuevas leyes por las que se guiaría el pueblo de Israel. Sin embargo, cuando este líder hebreo descendió con las nuevas tablas de la ley, encontró a su pueblo sumido en una fiesta pagana, en adoración a un becerro de oro, por lo que la indignación que sintió lo hizo arrojar las piedras en donde estaban anotadas las nuevas leyes, de ahí la tesis que indica que al principio se trataba de veinte mandamientos.
Así mismo, prosigue este libro bíblico, Moisés volvió a conversar con Dios, intercediendo ante él por el pueblo hebreo, consiguiendo entonces que esta deidad perdonara nuevamente a los hebreos, no sin antes ordenar a Moisés que tomara nuevamente una par de lajas de piedra, en donde se anotaron nuevamente los mandamientos, siendo estos un total de diez.
Libro del Deuteronomio
Por su parte, el libro de Deuteronomio, cuenta que mientras se encontraban a las faldas del Sinaí, la voz de Dios retumbó, en forma de relámpago, asustando mucho a los hebreos, quienes instaron a Moisés a que subiera a la montaña a recibir personalmente las indicaciones de esta deidad, pues temían que la fuerza y presencia de Dios los hiciera morir. En consecuencia, Moisés subió hasta el monte Sinaí a recibir la palabra y las nuevas leyes dictadas por Dios.
Los Diez Mandamientos
Sin embargo, aunque no existe mucha diferencia entre ambas versiones, no está demás hacer una revisión de qué dice específicamente el texto bíblico en ambos casos, así como la versión que ha sido creada por la Iglesia católica, en su catecismo. A continuación, entonces, cada una de ellas:
Los 10 mandamientos del Éxodo
La lista de mandamientos que presenta el libro del Éxodo no difiere mucho de aquella que entrega el Deuteronomio. De esta forma, se puede ver cómo en el primer libro citado, el Éxodo 20. 3-17, se leen textualmente, los siguientes mandamientos:
3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
8 Acuérdate del día de reposo[a para santificarlo.
9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;
10 mas el séptimo día es reposo[b para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.
11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo[c y lo santificó.
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
13 No matarás.
14 No cometerás adulterio.
15 No hurtarás.
16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Mandamientos del libro Deuteronomio
Por su parte, en la misma Biblia, en Deuteronomio 5. 7-21 se pueden leer de la misma forma, las siguientes leyes hebreas:
7 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
8 No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
9 No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
10 y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
11 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque Jehová no dará por inocente al que tome su nombre en vano.
12 Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado.
13 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;
14 mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú.
15 Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.
16 Honra a tu padre y a tu madre como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
17 No matarás.
18 No cometerás adulterio.
19 No hurtarás.
20 No dirás falso testimonio contra tu prójimo.
21 No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Catecismo católico
Finalmente, la Iglesia católica ha hecho una síntesis de estos pasajes bíblicos, redactando también los Diez mandamientos, y guiándose finalmente por la numeración propuesta por San Agustín de Hipona. De esta manera, los mandamientos por los que debe guiarse todo creyente en la fe católica, se pueden leer a continuación:
1.- Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2.- No dirás el nombre de Dios en vano.
3.- Santificarás las fiestas.
4.- Honrarás a tu padre y a tu madre.
5.- No matarás.
6.- No cometerás actos impuros.
7.- No robarás.
8.- No darás falsos testimonios.
9.- No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10.- No codiciarás los bienes ajenos.
Sin embargo, las creencias cristianas se orientan también por lo apuntado en los evangelios del Nuevo Testamento, en específico Mateo 22. 37-40, en donde se lee textualmente, respecto al mandamiento dado por Jesús de Nazaret:
Estos Diez Mandamientos se encierran en dos; amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.
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