Los drones de entrega
En algunos países desarrollados se ha convertido en algo cada vez más popular el uso de “drones de entrega”: de dispositivos voladores que son capaces de detectar una localización geográfica y de dejar allí el producto que, se supone, van a entregar. Estos dispositivos son una alternativa muy económica a las empresas de entregas tradicionales y aunque por ahora requieren unas condiciones muy específicas para funcionar, es posible que pronto se popularicen en la mayor parte del mundo.
Los costos reducidos hacen que muchos proyectos de índole diferente comiencen a considerar el uso de los drones. Con objetivos que van desde el abastecimiento militar hasta la entrega de donaciones en caso de desastre, muchas instituciones han comenzado a aprovechar este tipo de tecnologías. Pero en ocasiones, los drones no parecen ser adecuados.
Hay momentos en los que uno de estos dispositivos alcanza un lugar demasiado remoto y carece de la energía para volver. Quizás la zona a la que ha arribado es muy peligrosa: si es la Guerra, puede que no sea el interés de un país que el Dron quede en manos de uno u otro enemigo. Incluso si no hay peligro, puede que el dispositivo tenga que dejarse allí y su dueño sencillamente no quiera contaminar el medio ambiente.
Por esta razón la Agencia de Investigación en Proyectos de Defensa Avanzada de los Estados Unidos (DAARP por sus siglas en inglés) ha comenzado el desarrollo de un proyecto bastante particular… consistente en la creación de un dispositivo capaz de autodestruirse una vez completa su misión.
El vehículo que se desvanece
Pero más que autodestruirse, tendríamos que hablar de desvanecerse. El objetivo de este nuevo dron no es dañar sus circuitos, es hacer que estos dejen de existir. Se trata de un concepto que parce más apropiado para la magia que para la logística.
La investigación ha sido denominada Ícaro en honor al personaje griego que cayó de los cielos tras intentar alcanzar el sol. Como las alas de Ícaro, los nuevos drones se desvanecerían en el aire gracias a una composición especial que les permitiría, literalmente, convertirse en aire (o en otras palabras, evaporar casi instantáneamente la mayor parte de su estructura).
Aunque parezca un invento inútil, DAARP asegura que servirá para enviar objetos a regiones distantes y, en particular, para evitar la contaminación de lugares vulnerables por desastres recientes en donde es difícil recuperar un dron. Huelga decir que este dispositivo, al estar hecho con materiales mucho menos resistentes, sería más barato que sus homólogos.
Fuente de imagen: d.ibtimes.co.uk