Uno de los platos de penes que mencionamos en primer lugar
La última vez hablamos, de nuevo, de diversos métodos para la conservación de los alimentos, y terminamos con el Fugu, una comida conocida por ser muy exclusiva… y potencialmente letal. Hoy comenzaremos por un plato menos peligroso, pero muchísimo más grotesco.
Plato de penes
En este caso no se trata de un alimento tradicional, sino de una creación relativamente moderna en China, país en el que – en cualquier caso – el consumo de penes de animales es bastante común.
El plato en cuestión es insignia de un restaurante ubicado en Beijing y llamado Goulizhang, especializado, como no, en servir platos consistentes en el miembro viril masculino de diversas especies. Cualquier visitante puede solicitar desde un pene de buey hasta uno de camello, de perro o de burro (bueno, un fragmento del de este último).
Contrario a lo que uno pensaría, el restaurante no es un antro de mala muerte, oculto en lo profundo de alguna construcción sucia y descuidada. Es de hecho un lugar bastante fino, que no oculta que el pene en la cocina china es de hecho un plato bastante gourmet.
Jugo de ojo de oveja
Este extraño plato mongol consiste en un jugo de tomate exprimido con vinagre… y un ojo de oveja flotando en medio.
Aunque bueno, cabe aclarar que el ojo de oveja estuvo realmente un largo tiempo en conserva.
El plato no es del diario, no se preocupen. Se toma exclusivamente para pasar la “resaca”, el “guayabo” o como quiera que denominen aquella horrible sensación de mareo y enfermedad que se vive luego de una noche de borracheras.
Así que ya saben, si van a Mongolia quizás no sea tan buena idea emborracharse.
Hormigas
Las hormigas están entre los animales más exitosos de la Tierra, por lo que resulta natural que innumerables colectivos humanos hayan recurrido a ellas como fuente de alimento, ya sea de manera esporádica o continua. Mencionaremos aquí tres de estos casos.
En primer lugar se encuentran las llamadas “hormigas culonas” colombianas, un plato fabricado a partir de la realeza de las hormigas cortadoras de hojas que salen del nido a reproducirse una o dos veces al año (dependiendo de la región). Los animalitos, caracterizados por un abdomen grande y redondo, son capturados y asados o freídos con sal. El plato es muy popular en algunas regiones, aunque sólo pueda comerse en ciertos periodos del año (por fuera de temporada son bastante costosas). Su sabor es parecido al de la mantequilla con un leve toque salado.
Un segundo ejemplo interesante son las hormigas de miel australianas. En los desiertos de este país habitan especies de hormigas que, debido a la ausencia de agua y la estacionalidad de las lluvias, han especializado algunos de sus trabajadores en mantener reservas de agua y azúcar para las temporadas de escasez… algo que los nativos australianos y los conocedores de territorio bien saben aprovechar. Las hormigas suelen comerse como pequeños dulces sin ninguna preparación y tienen un sabor dulce y refrescante.
Por último, hay que mencionar al “Caviar Mexicano”: los escamoles o huevos de una hormiga específica que, al igual que las hormigas culonas, solo pueden cosecharse en ciertas épocas del año. La especie de la que se obtienen se conoce como “hormiga negra” y es muy agresiva, por lo que obtener los escamoles no es nada sencillo y son un plato lujoso y particularmente caro (de ahí su apodo).
Sannakji
Volvemos a Oriente. El Sannajki es un plato coreano consistente en trozos de najki (una variedad pequeña de pulpo) que se sirve inmediatamente después de cortado, tan fresco como puede servirse.
El pulpo se sirve con aceite de sésamo y varios aderezos que pueden variar según la preparación. El plato, aunque extremadamente popular y económico, debe comerse con cuidado para evitar que los trozos de pulpo (que aún se mueven) se adhieran a la garganta y causen la muerte por asfixia. Aunque es común que los comedores más experimentados disfruten el movimiento de los tentáculos en la garganta, es fundamental que un novato mastique profusamente cada uno de los trozos.
Calamar Danzarín
Terminamos nuestra tercera entrega con una versión japonesa mucho más extrema del “pulpo vivo”, el llamado “Calamar Danzarín” o Katsu ika odori don en japonés (el nombre es significativamente más difícil de pronunciar que su homólogo coreano).
El plato es elaborado en diversos restaurantes y consiste en un calamar que es cortado vivo (se le retira el cuerpo y el cerebro) para servir únicamente sus tentáculos y la cabeza. Su carne, debido a lo reciente de la muerte, está aún fresca y reacciona ante cualquier solución salina.
Y es aquí donde entra la magia del asunto. La cabeza del calamar es cuidadosamente colocada en el centro del plato y servida, tras lo cual se vierte sobre ella salsa de soya. Como la carne está fresca el calamar comienza entonces a “danzar”: a realizar movimientos en sus tentáculos por la reacción a la sal. No es solo una comida, es también un espectáculo.
Igual que en el caso anterior, es fundamental tener muchísimo cuidado al comerlo, pues los tentáculos siguen moviéndose y podría adherirse al interior de la garganta.
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