Una Introducción es un texto, que se redacta al principio de un trabajo escrito, a fin de que el autor pueda explicarle al lector cuál es el contenido que encontrará en las páginas siguientes, así como un resumen de las causas que originaron la elaboración de la obra o investigación, los resultados que se encontraron y en qué forma el trabajo puede aportar algo al área en el que se desenvuelve.
Finalidad de una Introducción
No obstante, la Introducción –aun cuando es un requisito metodológico- debe ser redactada con creatividad y talento, a fin de que sirva de enganche a los lectores, puesto que al ser el primer texto con el que se encontrará el lector debe ser lo suficientemente concisa, atractiva, precisa y llamativa, a fin de que quienes se acerquen a ella se sientan motivados a continuar con la lectura del resto del trabajo.
De esta forma, tanto si se trata de una obra literaria, filosófica o científica, la Introducción constituye la puerta de entrada a la obra de un autor, y es responsabilidad plena de éste que la puerta esté abierta, invitando y logrando que los lectores se adentren en ella, o que por el contrario se convierta en un obstáculo, cerrándose ante el posible lector.
Estructura de una Introducción
Una Introducción puede variar su extensión, dependiendo del tipo de tarea en el que se encuentre involucrada. Así puede ser un simple párrafo (ver más Párrafo Introductorio) que sirva para dar paso a un ensayo o análisis de no más de una o dos cuartillas, y en donde el autor explique rápidamente los objetivos que persiguen su texto. Por ser un espacio tan corto, casi siempre se estila iniciar con alguna frase llamativa o controversial, que puede ser la cita de algunos de los autores importantes consultados durante la investigación.
Por el contrario, si la tarea es un trabajo de mayor envergadura, entonces por costumbre se designa una sola cuartilla para la introducción, colocándola en una sección del trabajo aparte, identificada con el título de Introducción. Así mismo, por lo general, el texto introductorio contempla entre tres y cinco párrafos, cada uno con una función específica, como se explica a continuación:
Párrafo inicial
Con este nombre se conoce el primer párrafo de un texto introductorio. Los expertos en metodología aconsejan destinar este párrafo para colocar alguna cita impactante. Así mismo, también se puede escoger para contar con un inicio relevante una serie de preguntas que inviten al lector a colocarse en la misma posición que tenía el autor de la obra al momento de iniciar la investigación.
Párrafos de desarrollo
En cuanto a estos párrafos, los cuales pueden ir desde uno a un grupo de tres, se tocarán cada uno de los puntos que se han tratado dentro del trabajo. Por lo general se aconseja destinar cada uno para un asunto diferente. En ellos se desarrollará de manera concisa los retos que estableció esa parte de la introducción, así como los resultados a los que se llegaron.
Párrafo de conclusión
Finalmente, el último párrafo del texto introductorio deberá contemplar un resumen de cada uno de los párrafos de desarrollo, exponiendo al lector la conclusión general que el investigador encontró durante la realización de su tarea. No obstante, esta última parte debe estar redactada de forma tal que el lector pueda sentir curiosidad de la forma en la que se realizó la obra. Igualmente, si es de gusto del autor, se puede concluir la introducción con alguna pregunta generadoras.
Recomendaciones
Así mismo, la buena redacción de un texto introductorio o la introducción de un trabajo es un hecho de tal importante que son varios los autores y las fuentes que se abocan a escribir sus propias recomendaciones sobre los pasos a seguir, a fin de obtener los resultados esperados: enganchar al lector. En este sentido son varios los tips que se desprenden de estos textos metodológicos, a continuación una breve selección de algunos de ellos:
- Una de las recomendaciones que más se repite es aquella que le indica al autor que en todo momento y bajo cualquier circunstancia, es hacer el texto introductorio después de haber concluido la investigación y la redacción del trabajo, pues es la única forma en que se puede obtener una visión general de éste.
- La introducción deberá ser redactada de forma objetiva y científica, enumerando los datos y resultados específicos. Es decir, el autor deberá evitar el uso innecesario de adjetivos calificativos, sino por el contrario exponer conceptos y datos.
- Es importante no caer en el uso de conceptos o nombres demasiado técnicos, puesto que por la extensión que contempla este tipo de textos no habrá espacio para definir cada uno de ellos, tarea que se podrá hacer en lo interno del texto, pero que sin embargo colocados en la introducción sin una explicación clara pueden convertirse en un elemento que distraiga o confunda al lector, alejándolo del texto.
- Así mismo, la redacción de un texto introductorio siempre es recomendable escribirla en voz activa. Es decir, que sea la voz de la redacción quien proponga, investigue, accione, concluya.
- De igual forma, por razones metodológicas, los expertos indican la necesidad de usar la tercera persona del plural “nosotros”, evitando usar el “yo”, aun cuando el trabajo haya sido realizado por un solo autor.
Ejemplo de introducción para una tarea
Resulta pertinente entonces exponer un ejemplo de Introducción que podría usarse hipotéticamente en una monografía destinada a investigar y explicar los beneficios del Ecoturismo, específicamente sobre el desarrollo de Ecohoteles:
Una de las frases más populares de Sir Lord Robert Cecil Smith Baden-Powell –noble, artista y fundador del Movimiento Scout Mundial- es aquella que reza la obligación humana de “tratar de dejar este mundo en mejores condiciones de cómo lo encontraste”.
En este sentido, disciplinas como la Ecología pueden ayudar a entender la forma en la cual el ser humano se desarrolla, es influido e influye en el medio ambiente en el cual se desenvuelve, a través de sus actividades, entre las cuales no sólo se encuentran las particulares y domésticas, sino también aquellas colectivas e industriales y comerciales.
Basados en la intensión de analizar cuál es el estado del ambiente de una ciudad latinomericanas como Bogotá, se desarrolló una investigación sobre sus indicadores ambientales, pudieron encontrar datos alarmantes sobre el nivel de contaminación que maneja esa capital colombiana, que se perfila como una de las ciudades más visitadas a nivel turístico en Latinoamérica. De esta forma, más allá de su belleza, atracciones, cultura y deliciosa gastronomía, esta ciudad se sufre un alto impacto por parte de las actividades humanas de sus ciudadanos y visitantes, los cuales quedan reveladas por los distintos indicadores reportados por los organismos con competencia ambiental como por ejemplo la Secretaria Distrital de Ambiente, quien para el año 2015, indicó una preocupante cantidad de 67 µg/m3 de material particulado, mientras se registra una producción de al menos 7 mil toneladas diarias de basura, un 50% de fuentes hídricas contaminadas, entre otros alarmantes datos.
Así mismo, de acuerdo a las fuentes consultadas para la realización de este trabajo, se pudo tener conocimiento de que además de la actividad industrial que emite gran cantidad de agentes contaminantes al ambiente, la actividad turística, en especial la hotelera es la de más alto impacto ambiental, sobre todo por la cantidad de personas que agrupa y las actividades que contempla.
Es así como surge la necesidad de realizar un trabajo que busque la forma de bajar el impacto ambiental de la actividad hotelera, a través de prácticas mucho más amables con el ambiente, tanto el urbano como el natural, pues de esta forma, no sólo se realiza una buena acción que garantizará la salud de los habitantes, las aguas, el aire, la flora y la fauna, sino que a la larga, a través de la preservación de los ambientes en donde se desarrolla la actividad hotelera hará que esta sea sostenible en el tiempo, pues depende directamente de la belleza, viabilidad e inocuidad del lugar en donde hace vida.
De esta forma, se hizo una revisión a los conceptos de Ecología, Ecoturismo y Ecohoteles, a fin de poder conocer las distintas estrategias que pueden colocarse en práctica dentro de las empresas hoteleras, a fin de concienciar tanto a sus trabajadores como huéspedes de la necesidad y total posibilidad de construir en el hoy la hotelería del mañana, que no sólo es posible sino totalmente necesaria, a fin de conservar positivamente la belleza de los sitios turísticos para las generaciones del futuro, a fin de poder colocar en práctica el sabio consejo de Sir Lord Robert y descubrir en qué forma podemos «dejar el mundo mejor de lo que lo encontramos».
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