Medicina antigua
El cuerpo humano es frágil. Eso lo han sabido los antiguos desde siempre. Y por esta razón, todas las sociedades han intentado encontrar maneras de curar las dolencias del cuerpo y mejorar sus condiciones, es decir, han construido su propia medicina.
Aún hoy la medicina sigue siendo una ciencia muy compleja, y con todas las herramientas de que disponemos sigue habiendo mucho que no sabemos cómo solucionar. Por esta razón, es sorprendente que tantas veces las sociedades antiguas hayan sido capaces de encontrar soluciones prácticas cuyos mecanismos no se entendieron hasta el desarrollo de la química molecular. Es éste el caso particular de los antiguos egipcios y de una extraña y sorprendentemente precisa prueba de embarazo.
Egipto antiguo
El Egipto faraónico, hogar de las magníficas pirámides, de la escritura jeroglífica y de las esfinges, fue también la cuna de una clase letrada muy interesada en comprender el funcionamiento de la realidad. Como los babilonios, los egipcios desarrollaron las ciencias, la geometría, la arquitectura y la medicina. Los mecanismos usados para llegar a sus conclusiones seguramente no los entendían ni ellos (y por ello, tampoco los conocemos nosotros), pero en muchas ocasiones estos mecanismos funcionaban y llegaban a conclusiones sorprendentemente precisas.
Como ya lo hablamos en el artículo la Sexualidad el Antiguo Egipto los egipcios habían encontrado métodos anticonceptivos relativamente eficaces. Pero en ese artículo no mencionamos un dato también importante: que los egipcios eran capaces de determinar si una mujer estaba embarazada.
La prueba de embarazo
El mecanismo era de una simpleza tan que sorprende: la mujer en cuestión debía orinar sobre un grupo de semillas de trigo y de cebada. Si el trigo germinaba, era porque estaba embarazada de niño, y si lo hacía la cebada, era porque se trataba de una niña. Por supuesto, aún hoy es imposible predecir el sexo de un infante y por esta razón el mecanismo no era preciso. Pero lo cierto es que sí indicaba la mujer se encontraba embarazada.
Este mecanismo fue ideado en algún punto antes de 1350 a.C., pues todo indica que para este momento ya era un asunto protocolario. Sin embargo, desconocemos sus orígenes.
De acuerdo con estudios realizados hace poco tiempo, el mecanismo, si se ejecuta de manera correcta, presenta hasta un 70% de precisión en la predicción del embarazo. Mucho peor que los mecanismos que usamos actualmente, claro, pero sorprendentemente preciso para tratarse de una tecnología de la Edad del Bronce.
¿Por qué funciona?
Aún no está del todo claro qué explica el funcionamiento de este curioso test de embarazo, pero lo cierto es que cuando una persona que no está embarazada orina en los granos estos generalmente no germinan. Por ahora, parece deberse a la presencia de estrógeno en la orina de la mujer, la cual impulsaría la germinación de las semillas. En condiciones ordinarias, sin embargo, la orina no es suficiente para impulsar el proceso por sí misma y por esta razón las semillas no germinarían.
Es posible que los egipcios vieran una metáfora todo esto: la mujer, a fin de cuentas, está generando una vida, y es esa vida la que impulsa asimismo la vida de las semillas. Y bueno, no estaría tan equivocados.
Fuentes:
- https://history.nih.gov/exhibits/thinblueline/timeline.html
- https://www.groundreport.com/ancient-egyptian-grain-based-pregnancy-test-found-to-be-70-accurate-by-archaeologists/
Imágenes: 1: nefertotsie.blogspot.com.co, 2: healthcarestudios.com