Calentamiento global
A estas alturas no es un secreto para nadie que la Tierra se está calentando. Las razones no están del todo claras, pero conforme pasan los años más y más científicos se adhieren a la teoría de que el principal causante es el CO2 en la atmósfera, que ha ido aumentando en los últimos 200 años (las causas siguen en debate, el principal culpable, se cree, son las actividades humanas, pero ese no es el tema de este artículo).
Por lo general se tiene a presentar un escenario apocalíptico si la situación no se revierte: un mundo desértico, donde ya no existe agua y las grandes reservas de las que dependía nuestra supervivencia están reducidas a un árido territorio carente de vida. Un mundo donde las plantas y los animales a duras penas existen.
Pero, si es así, ¿cómo es que el mundo se está volviendo más verde?
Invernadero
Pues esto es precisamente lo que indican varios estudios, el más importante de los cuales fue realizado por la Universidad de Pekín, en China. De acuerdo con fotografías satelitales el número de hojas ha aumentado de manera importante en la mayor parte de los bosques y selvas mundiales. ¿A qué se debe este fenómeno?
Pues bien, de acuerdo con Zaichun Zhu, líder del equipo de investigación, la explicación es el mismo Calentamiento Global. El aumento del CO2 genera lo que se conoce como “efecto invernadero”, un aumento en las temperaturas causado por la reflexión de los rayos solares (que ya no abandonan la atmósfera sino que vuelven a entrar). Sin embargo, el CO2 es también fundamental en la fotosíntesis. Aumentar las concentraciones de gas equivale a fertilizarlas (es por esto, precisamente, que existen los invernaderos).
Entender esto es fundamental porque nos permite explicar la relativa estabilidad climática de la Tierra. En periodos pasados, cuando sucesos como la actividad volcánica o grandes incendios aumentaron los niveles de CO2 en la atmósfera, las plantas crecieron más como consecuencia regulando los niveles y retornando a un estado de equilibrio.
Lamentablemente, en este caso no sucederá lo mismo, pues la deforestación también aumenta de manera dramática. Así que aunque la Tierra tenga los mecanismos para lidiar con lo que está pasando somos los hombres quienes debemos modificar nuestras actividades para permitirle actuar.
Al final, no será ella la que perezca. La humanidad hoy consume una cantidad inimaginable de recursos y depende de este consumo para que su civilización sobreviva. Una crisis agrícola, un problema en la cadena de suministro de insumos a la industria, podrían ser nefastos para nosotros y llevar a guerras o gravísimos problemas sociales.
La naturaleza, por su parte, ha soportado cosas mucho peores. Ella puede sobrevivir sin nosotros. Nosotros no podemos hacerlo sin ella.
Imagen: earthobservatory.nasa.gov
