El Colegio de la Presentación es una de las comunidades educativas más antiguas del país y en varias ocasiones ha sido catalogado como de los mejores colegios oficiales, pues ha dado a la sociedad un valioso número de mujeres líderes en los ámbitos familiares, políticos, empresariales, educativos, etc., además de obtener en diferentes años consecutivos, los puntajes ICFES y de las Pruebas Saber más altos de Colombia, por lo que ha recibido varios reconocimientos significativos a lo largo de su historia.
Desde 1925, la comunidad religiosa de las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación, arribaron a Duitama convocadas por el alcalde de aquel entonces, Aristides Nieto, para encargarse de esta casa de estudios. Su primera rectora fue Agustina de la Cruz, quien junto a un grupo de hermanas de esa comunidad católica, se hicieron responsable de la formación de un buen número de niñas que comenzaban la etapa de la primaria.
En muy poco tiempo, lograron construir un edificio acorde con las necesidades, ubicado en la calle 17 con carrera 15, en pleno centro de la ciudad. Cinco años más tarde, el colegio se expandió para abrir los cursos de la secundaria, los cuales tenían como objetivo instruir a las jóvenes con una educación cristiana, para que de ese modo, se pudieran desempeñar como madres de familia, religiosas o mujeres útiles para la sociedad.
En enero de este año, las Hermanas Dominicas presentaron su carta de renuncia pero los padres de familia no dudaron en protestar, junto con varios ciudadanos y alumnas, tal como sucedió en el año 1973. En esa época, el colegio era de carácter privado y estaba totalmente a cargo de sus fundadoras, pero en vista de las dificultades económicas que afrontaron, lograron transformar el carácter del colegio en cooperativo y en 1993, pasó a ser nacionalizado.
Cerca de 1300 estudiantes asistían a las aulas presentinas, hasta que en 2003 la escuela más antigua de Duitama, La Concentración El Carmen, se fusionó al colegio donde ahora estudian más de 2500 alumnas, que se educan con la filosofía y los principios pedagógicos de Marie Poussepin, la fundadora de esta orden de religiosas, que en la actualidad dirigen una serie de colegios católicos por Europa, África, Asia y Latinoamérica.
Dichos principios e ideales de Marie Poussepin consisten en “enseñar a los jóvenes y a los niños a ganarse la vida dignamente”, la verdad como valor y virtud en actos y palabras evitando la doblez y la mentira; la solidaridad como búsqueda del bien común a través de la comunicación, colaboración, compartir de bienes con los más necesitados; la tolerancia como respeto a la diferencia y a los principios de la sana convivencia; la honestidad como fidelidad y coherencia con los principios éticos, de la verdad y la justicia”.