El Pensante

El día que domamos el fuego

Ciencia - abril 28, 2019

Imagen 1. El día que domamos el fuego

Fuego

Los elementos que llevaron a nuestra especie a ocupar el lugar que hoy ocupa pueden, por lo general, reducirse a tres cosas:

  1. El pulgar oponible, que nos permitió manipular objetos, fabricar herramientas y, eventualmente, construir todo nuestro aparato tecnológico.
  2. El lenguaje, que de la mano con una compleja estructura social nos permitió almacenar conocimiento de una manera que nunca habríamos conseguido a nivel individual.
  3. El dominio del fuego.

De estas tres, fue seguramente el fuego la más circunstancial. Mientras que el pulgar oponible lo compartimos con la mayor parte de los primates, y el lenguaje existe (aunque en menor grado) en todos los grandes simios, el dominio del fuego fue una casualidad, producto de las circunstancias y de la naturaleza de nuestro ecosistema.

Los efectos de esto serían dramáticos en el largo plazo. Con el paso del tiempo, las poblaciones humanas dejarían de requerir los duros y resistentes sistemas mandibulares y digestivos de parientes cercanos, migrando en cambio hacia sistemas más simples que hacían uso de los alimentos cocinados (más blandos y de más fácil digestión) para ahorrar energía, permitiéndoles desarrollar otras partes del cuerpo… como el cerebro.

No somos los únicos primates en gustar del fuego. Los chimpancés, por ejemplo, aprovechan los fuegos naturales para cocinar alimentos, e incluso han sido vistos moviendo trozos de madera ardiendo para empezar nuevos incendios. Sin embargo, no son capaces de crear un fuego controlado, y simplemente incendian los arbustos y árboles con miras a encontrar comida rostizada más adelante.

Nosotros, en cambio, aprendimos a manejar el fuego con mucha destreza en un periodo temprano de nuestro desarrollo. Primero, seguramente comenzamos como los chimpancés, pero eventualmente fuimos capaces de crear hogueras y mantenerlas vivas por más y más tiempo. Eventualmente aprendimos a calentar lo suficiente la madera para comenzar una hoguera y en ese momento el fuego dejó de ser un asunto casual a convertirse en una posibilidad cotidiana.

Domando el cuarto elemento                                                 

Pero ¿cuándo ocurrió esto? Las herramientas son fáciles de rastrear, pues se pueden hallar con facilidad en sitios arqueológicos, pero la presencia del fuego es efímera. Una de las preguntas más acuciantes para los arqueólogos y paleontólogos es en qué momento comenzamos a usar el fuego de manera regular y, más importante aún, cuando este uso se esparció a lo largo y ancho de los territorios poblados por los seres humanos.

Esta pregunta ha sido más difícil de responder de lo que creeríamos. Algunas evidencias (principalmente trozos circulares de tierra quemada) aparecen tan pronto como un millón y medio de años atrás, en los tiempos en que nuestro antepasado, el Homo Erectus, aún rondaba las sabanas africanas.

Imagen 2. El día que domamos el fuego

Y otras evidencias se acumulan. El Homo Erectus tenía una mandíbula mucho más pequeña que sus antepasados, lo que indicaba que gastaba menos energía masticando… quizás porque su comida era más blanda. Y, aunque no prueba nada en sí mismo, fue la primera especie de homínido en salir de África y colonizar vastos territorios en Europa y Asia, llegando incluso a las actuales islas de Malasia y Borneo.

Pero, y aquí llega el debate, las evidencias más claras que tenemos de homínidos usando el fuego de manera regular, y cocinando, son miles de años más jóvenes que esta especie. Los trozos de tierra quemada son una evidencia importante, pero son un caso aislado, y no nos permiten llegar a conclusiones definitivas.

Koobi Fora y la Cueva Wonderwerk

Estos trozos rojos de tierra, datados 1 millón 500 mil años atrás, se encuentran en Kenia, en un sitio conocido como Koobi Fora. Fue allí que comenzó a investigarse con seriedad el origen de nuestro dominio del fuego, y es allí donde se comenzó a excavar a mayor profundidad para ver si se podía resolver el misterio.

Y, en efecto, en medio de los fuegos se encontraron trozos de hueso cuidadosamente ordenados. Los fuegos, además, eran pequeños, indicando que se trató de eventos controlados y no de un fuego accidental que quemase todo el sitio. Y por último, se hallaron restos de herramientas asociadas al Homo Habilis.

El tema es que la siguiente evidencia que tenemos de fuego usado para cocinar aparece hasta 500.000 años más adelante, en la Cueva Wonderwerk, en Sudáfrica. Allí, trozos de huesos quemados con un millón de años de antigüedad indican, una vez más, la presencia de fuego.

Pero quedan dos preguntas importantes. La primera: ¿son dos hogueras aisladas con 500.000 años de separación prueba suficiente? Si el Homo Habilis había colonizado a estas alturas la mitad del Viejo Continente, ¿por qué no vemos hogueras en China, en Turquía o en Marruecos?

Y la segunda, más importante, ¿son los huesos quemados prueba suficiente de que el fuego se usaba para cocinar?

Imagen 3. El día que domamos el fuego

El dominio definitivo

Porque resulta que las evidencias que tenemos de un dominio generalizado del fuego (y sí, las tenemos) aparecen apenas 400.000 años atrás. Esto es, un millón 100 mil años después de aquellas primeras hogueras en Kenia.

Y aún en este periodo, la mayor parte de los sitios arqueológicos que hemos encontrado (y hay bastantes) no presentan rastros de fuego. Esto ha llevado a algunos a plantear que aún en un periodo tan reciente (en términos evolutivos) de nuestra historia, el uso de fuego no estaba tan generalizado como creeríamos.

Incluso en Europa, en donde las temperaturas bajaban de los 0 grados en invierno, no hay hogueras en muchas de las cuevas y campamentos de nuestros antepasados. En vista de que hubiesen sido de gran utilidad para pasar las noches frías, muchos consideran que esto se debe a que simplemente no sabían como encenderlas.

De ser cierto esto, eso significaría que el fuego no fue tan crítico como creíamos en el desarrollo de nuestra especie, y que quizás tuvo un papel mucho más reciente. O, quizás, que simplemente no hemos encontrado los sitios que realmente nos muestren la extensión del uso del fuego en la antigüedad.

Por ahora, se mantiene como un misterio sin resolver.

Fuentes:

  1. https://www.youtube.com/watch?v=lGH4MK9O2J0

Imágenes: 1: fubini.swarthmore.edu, 2: history.com, 3: rogermader.com