Dentro de las injusticias que caracterizan al mundo, algunas resaltan por su particularidad. Es el caso de aquellas enfermedades que solo sufre una entre mil, diez mil o un millón de personas. Pero el caso del llamado “Hombre Árbol” es bastante emblemático, pues se trata de un personaje único en el mundo, con una existencia trágica que solo hoy parece estar mejorando.
La infancia y adolescencia del «Hombre Árbol»
Dedé Koswara es uno de esos personajes que parecen haber nacido sin ningún apoyo divino de su lado. Conocido como el “Hombre árbol”, este campesino de Indonesia ha vivido una pesadilla desde el día en que, a sus diez años, se raspó las rodillas jugando en el bosque. En lugar de cicatrizar, la herida se fue cubriendo progresivamente con verrugas, que luego le empezaron a cubrir las piernas, los brazos e incluso la cara. Dedé tuvo que dejar de trabajar, de pescar y, al final, no podía siquiera caminar del dolor que le generaba su enfermedad, por lo que se sentó a esperar morir de hambre.
Huelga decir que a medida que se transformaba y su piel se endurecía empezó a ser rechazado por la comunidad, hasta el punto de perder a todos sus amigos y a su familia. Por esta razón no podía esperar el apoyo de nadie para alimentarse. Sin embargo, un circo ambulante que lo encontró le ofreció alimentos a cambio de sus servicios: todo lo que tenía que hacer era quedarse de pie con un letrero que dijera el mensaje “Hombre Árbol” y así garantizaría su sustento. Este giro del destino le permitió a Dedé sobrevivir y tener una segunda oportunidad en el mundo.
Una luz de esperanza
Pasaron años y Dedé vivía completamente cubierto de verrugas (que asemejaban una corteza gruesa) cuando fue grabado por un equipo de filmación. El documental publicado en el año 2007 sobre su vida llegó a los corazones de cientos de personas, y favoreció que, entre otros, el presidente de Indonesia se comprometiera a buscar una solución para su problema. El año 2008 un grupo de médicos le practicó una serie de operaciones que retiraron más de dos kilos de verrugas de su cuerpo y le permitieron por primera vez en décadas ver sus manos y moverse con libertad. El veredicto de los galenos fue que su caso era el de una rarísima combinación entre el Virus del Papiloma Humano (VPH) y un caso particular de inmunodeficiencia, lo que había generado las verrugas sobre todo su cuerpo.
Lamentablemente, el tratamiento no fue suficiente. El médico estadounidense que lo diagnosticó, Anthony Gaspari, afirma que el gobierno de Indonesia no permite que Dedé viaje a otros países para obtener un tratamiento adecuado, y que las operaciones para retirar las verrugas son solo una solución temporal. El gobierno de este país responde que no confía en los médicos extranjeros y teme que a Dedé se le trate como un conejillo de indias en otro lugar. Entretanto, Dedé sigue esperando una solución definitiva a su problema.
Las verrugas siguen naciendo en la piel del “Hombre Árbol”, pero al menos ahora tiene tratamientos temporales que mejoran, así sea por algunos meses, su calidad de vida. Y la esperanza de que en un futuro no muy lejano se pueda encontrar una cura definitiva a su problema.
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