El crimen olvidado
Siempre nos acercamos a los temas relacionados con violaciones a derechos humanos desde los crímenes más fuertes de la humanidad. Principalmente el Holocausto judío perpetuado por los soldados nazis atraen la atención por las diferentes maneras en que el odio y la maldad se reflejó en los campos de concentración y los fusilamientos en masa.
Hemos creído ciegamente que los judíos fueron el primer pueblo que sufrió despiadadamente la mecanización de la violencia, olvidando el primer genocidio de la época contemporánea: La gran matanza que hicieron los turcos sobre el ancestral pueblo armenio. El reconocimiento histórico a este acto bárbaro ha sido ocultado y nosotros expondremos cómo dos millones de personas fueron asesinadas sin misericordia y otra cantidad mayor fue desplazada por todo el mundo para no volver a su tierra.
Desde el 24 de abril de 1915 hasta 1924, el Imperio turco se encargó de asesinar por medio de marchas forzadas, fusilamientos y brutales masacres una cantidad significativa de armenios como producto de la política nacionalista- religiosa del rey Abdul Hamid II.
La modernidad religiosa en el Imperio Otomano
Aunque el gran Imperio Otomano se caracterizó por su grandeza en la época de Solimán, con el crecimiento de los Imperios occidentales (especialmente Francia y Gran Bretaña) el poderío turco se opacó. Los grandes territorios que rodeaban la península de Anatolia fueron invadidos por las innovadoras armas modernas.
Tal vez fue el nerviosismo histórico el que ocasionó que los turcos buscaran crecer su nacionalismo para competir internacionalmente. Para hacerlo, Abdul Hamid II creó un discurso de odio contra los pueblos católicos que vivían pacíficamente en las tierras del imperio. Hizo que los armenios, los asirios y los griegos pónticos fueran odiados por su religión para luego masacrarlos.
La Primera Guerra Mundial hizo de los odios étnicos una solución para culpar y acabar de raíz a dichos grupos religiosos. Los soldados iban a las casas y se llevaban a los hombres para que hicieran caminos en el desierto, donde morían de hambre y sed. Las mujeres eran obligadas a dejar sus hogares con sus hijos a cuestas para que muriesen de inanición en la aridez de la península.
El comienzo: Las masacres hamidianas
El Tratado de Berlín (1878) dejó en desventaja a los turcos y además la pérdida de la guerra contra Rusia de 1877 a 1878, hizo que el final del siglo XIX afectara las relaciones pacíficas entre islámicos y comunidades católicas. Los pedidos obligatorios de proteger a los católicos produjeron un fuerte odio en la región castigado posteriormente con sangre y fuego.
A demás muchas personas musulmanas llegaron a Anatolia porque los sacaron a la fuerza de los Balcanes. La comunidad armenia protestó airadamente arguyendo el acto como una estrategia del gobierno por eliminar las comunidades católicas.
Las marchas no se hicieron esperar y fueron reprimidas sangrientamente sin contemplación alguna. Los armenios buscaron organizarse en grupos guerrilleros en Sasun, en Zaitun y Van pero con el tiempo fueron fusilados.
Los armenios pasarían por una violación desmedida de sus derechos hasta que fueron tratados como animales de carga. Cada manifestación, como la nacida en Constantinopla el 30 de septiembre de 1890, fue duramente reprimida y siempre los inconformes fueron masacrados.
Estambul y los detenidos
La situación de los armenios durante la guerra tampoco fue fácil, la hambruna y las pérdidas que sufrieron los turcos contra los rusos en la ciudad de Van y especialmente en Sarikamis, fijó la idea de guerra contra los grupos religiosos dentro de la nación.
El 24 de abril de 1915 se detuvieron en Estambul 235 armenios que luego ascendieron a 600. En los días posteriores se mandó deportar toda la población armenia fuera del territorio turco y en grandes marchas se dejó que los gendarmes (encargados de cuidar a los armenios) y los grupos de bandoleros, violaran y asesinaran a quien quisieran.
Más de 26 campos de concentración se crearon para guardar a la población armenia por el suroeste de la península. Los peores crímenes se tienen documentados por los mismos turcos que aceptaron el asesinato de los armenios en estos lugares, entre lo que comentaban se refería la hambruna sobre los prisioneros que los fue llevando lentamente hacia la muerte.
Diáspora armenia
Pocos sobrevivientes lograron escapar de estas masacres turcas. Tenían que esconderse en los desiertos con el arduo temor de ser encontrados y masacrados por el ejército o algún grupo de bandoleros. Buscaban a todas luces ser escondidos por alguien caritativo o partir hacia el sur y atravesar fronteras para llegar a otro país.
Muchos se fueron a diferentes naciones alrededor del mundo, empezando por EEUU. Muchos otros se diseminaron en comunidades por todas partes y actualmente se encuentran armenios en todos los países.
Turquía jamás reconoció sus crímenes de lesa humanidad. Ellos no entendieron que lo que hicieron fue un genocidio, pues se escudaron en que la difícil situación social de la guerra los llevó a eso, pero la verdad es que aun el pueblo armenio sigue sin una patria donde vivir en paz.
Imágenes: 1: prensaarmenia.com.ar, 2: soadmexico.com, 3: safe-democracy.org