Estudiosos de las Ciencias Ocultas o también llamadas esoterismo, afirman que todo ese saber proviene desde las culturas más milenarias y antiguas, como las de los antiguos egipcios, quienes según ellos, conocían todos los misterios de la magia y la energía. Uno de esos conocimientos, era transferir un alma de un cuerpo a otro cuerpo. Pero dicha sabiduría se pudo preservar hasta nuestros días y existen personas que aseguran practicarla. En seguida, la historia de “el hombre que despertó en un cuerpo ajeno”.
La transmigración de las almas
Se trata de Martes Lobsang Rampa, un enigmático hombre que en el siglo XX contribuyó a una gran revolución espiritual, pues enseñaba muchas técnicas para experimentar los misterios ocultos y mencionaba detalles de su camino en la búsqueda del infinito, que sorprendieron a miles de personas que leían sus libros. Uno de esos aspectos que más lo identificó, fue el de “la transmigración” de su alma a otro cuerpo.
En varias de sus obras habló de ese mágico secreto con el que era posible momificar un cuerpo, mismo que podía esperar siglos enteros, a que su dueño vuelva a tomar posesión de él, con todos los conocimientos y facultades que le atañen al vehículo físico. Lobsang Rampa decía que esa era una antiquísima tecnología egipcia, por la cual muchos faraones, magos, iniciados y sacerdotes de Egipto, momificaron sus cuerpos, de una manera que no se pudrían, ni envejecían, sino que se mantenían perfectamente conservados y con otras claves mágicas, lo escondían y protegían durante los siglos y milenios.
Ocultistas del siglo XX también se refirieron al respecto
El nombre con el que nació este escritor que con el tiempo se auto denominó como Martes Lobsang Rampa, es Cyril Henry Hoskin, cuyo nacimiento se registró en la ciudad de Devon, Inglaterra, en el año 1910. Según él, en realidad es un lama tibetano que ocupó el cuerpo que pertenecía a aquel inglés.
El ocultista explicó a los medios que lo entrevistaban y lo manifestó en varios de sus libros, que un hombre un joven había tenido un accidente y él se le apreció en alma, proponiéndole que lo dejara ocupar su cuerpo, obteniendo una respuesta positiva, puesto que Henry Hoskin no estaba feliz con la vida que llevaba. De tal modo que con ese vehículo físico, escribió todas sus obras de tales conocimientos secretos y mágicos.
Pero no es el primer escritor de ese estilo en mencionar la magia de la “transmigración de las almas”, también lo hicieron Helena Blavatzky, Arnoldo Krum Heeller y Samael Aun Weor, en el siglo XX. Inclusive, Samael Aun Weor aseguraba que él estaba utilizando esa ciencia milenaria oculta, para transferir mediante intercambio atómico, su alma a un cuerpo que según él, había dejado momificado en Egipto, desde tiempos muy remotos.
No se sabe si es verdad o no; por supuesto, los amantes del esoterismo están encantados creyendo que algo así es posible: una transmigración, dejar un cuerpo, tomar otro y seguir viviendo, pero para sus detractores es sólo un engaño que no pasa por el colador de la lógica.
Imagen: nadanoslibradeescorpio.blogspot.com.co (modificada)