Algunas personas disfrutan demasiado los altos riesgos que generan altas dosis de adrenalina. Por eso, escalan elevados picos, se lanzan desde las nubes en paracaídas y otra serie de actividades extremas. Pero tal vez, pocos de ellos tengan las agallas del “hombre que vive con 25 lobos salvajes y los alimenta con su boca”.
Se cree el macho alfa de la manada
Se trata de un soldado retirado del Ejército de Alemania, quien desde hace más de cuatro décadas vive como si fuese un lobo, rodeado de toda una manada de estos animales salvajes y peligrosos. Pero no se siente cualquier lobito, él cree que es el macho alfa y para comprobárselo a las otras fieras, es el primero que va a comer la carne fresca de los venados recién asesinados, antes que alguno de los peludos hambrientos.
Su nombre: Werner Freund. Cuando le preguntan por su identidad, él se autodenomina como un “hombre-lobo” y trata de cumplir fielmente con ello. Así que pasa unas horas al lado de su esposa y luego, se dedica a las seis manadas en total, con las que convive siendo el macho alfa.
Werner sobrepasó los 80 años cumpliendo esos dos papeles: el de un hombre y el de una fiera salvaje, cazando a otros animales en campos de nieve, alimentando con su propia boca y carne fresca, a varios de sus compañeros peludos para ganarse su respeto, inclusive durmiendo con todos.
Explica Werner, que los lobos son imposibles de domesticar, pues si desde pequeños comen carne y se deleitan con la sangre, se despierta en ellos una bestia depredadora y jamás podrían amaestrarse como los perros. Él mismo dice ser consciente de que debe permanecer alerta de que sus lobos amigos no intenten atacarlo y convertirlo en su cena. Por eso siempre trabaja por ganarse su respeto.
Uno de los métodos que utiliza para obtener la admiración de estos canes salvajes, es llevarle carne de venado cruda, pero comer primero ante ellos para que hambrientos, esperen con ansias a que llegue su tan deseado turno. Sabe que lo ha obtenido cuando los lobos lamen sus labios, mostrando sumisión.
Werner es todo un experto en el lenguaje animal
Al pasar de los años, el lenguaje natural y corporal de estos animales fue siendo muy evidente ante Werner, como por ejemplo la jerarquización que manejan, así como sus modos de comunicarse con aullidos y la gran relevancia que les representa su sentido del olfato, en cada detalle del diario vivir.
Muchos expertos domadores, le tienen un gran respeto al viejo Werner. Una de sus enseñanzas prácticas sobre los animales fue: “para ser incluido en su dinámica social debes encajar en ella en lugar de tratar de dominarla. Para ganar su respeto, uno debe convertirse en lobo y esto es lo que yo soy para ellos, su líder”. Para poder ganar tanta experiencia en este ámbito, tuvo que pasar un largo e intenso proceso.
Practicaba el paracaidismo antes de su obsesión por los lobos, además trabajo en un zoológico como guardia y jardinero. En este ligar fue donde se enamoró de los animales. Desde entonces, se dedicó a ahorrar dinero, para luego construir una especie de templo de animales, al cual llevaba todos los que adoptara y viera que padecían condiciones adversas y habían sido abandonados.
Dicen que ha pasado la mayor cantidad de tiempo de su vida con lobos, mucho más que con su propia familia. Aseguró haber criado más de 70 lobos a lo largo de la existencia. Solía aseverar: “con ellos puedo ser libre, no me juzgan y me aceptan tal como soy”.
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