Gracias al cine, el mundo occidental pudo enterarse de un conocimiento oriental, lleno de magia, poder, sabiduría y misterio: el Kung Fu, el arte marcial más poderosa del mundo, que otorga a quien lo practique hasta llegar a su maestría, facultades y poderes de todo tipo, tanto físicos como psíquicos y lo que parecía ciencia ficción, en realidad los expertos más avezados del Kug Fu, lo pueden lograr en la vida real. Veamos:
Los expertos de artes marciales consideran que ninguna de las modalidades que existen, supera el Kung Fu Shaolin. La etimología de la palabra Kung Fu se deriva del prefijo “gong”, que traduce al español: ‘trabajo’ y “Fu”, que significa ‘hombre’. Todo en su conjunto tiene el significado de “esfuerzo y trabajo continuado”.
Pero esto no siempre se ha conocido en el continente americano, pues era celosamente protegido como un secreto por los monjes shaolin y otras órdenes espirituales de Oriente. Personajes como Bruce Lee o David Carradine coadyuvaron a que el Kung Fu fuera famoso a nivel mundial.
Algunas fuentes chinas, el origen de esta poderosa arte marcial se habría gestado en el año 527 de la era cristiana, gracias a que un monje practicante de la doctrina de Budha, llamado Bodhidarma, entregara tal conocimiento luego de cruzar heroicamente los imponentes Himalayas, hasta llegar a China y proseguir su curso hasta inmediaciones del río Changjiang, donde estableció el primer monasterio de Shaolin, enfocado en el budismo Zen.
Bodhidharma enseñó además de las artes mística budistas, una extraña arte marcial proveniente de la India y con los siglos, fue perfeccionada por los monjes Shaolin, según algunas corrientes del Kung Fu.
Casi todas las vertientes concluyen que el Kung Fu, a pesar de ser letal y la más poderosa arte marcial, no está diseñada para atacar a nadie, sino por el contrario, exclusivamente para defender la vida, tanto la propia, como la de los demás. Para los sacerdotes Shaolin, el Kung Fu se aplica para vencer al propio Ego o demonios de Marah, demonios internos.
Uno de los mayores exponentes milenarios del Kung Fu, fue Sun Zi, autor de un libro intitulado “El Arte de la Guerra”, en el cual se explican algunos métodos de autodefensa y estrategia de tipo militar, detallando los punto débiles que puede tener un enemigo en general, como sus fortalezas.
Pero en los 13 tratados que lo constituyen, siempre se resalta que el objetivo o meta final, es vencer al enemigo sin si quiera haberse presentado el menor combate. En el año 1972, se hallaron unos manuscritos en rollos de bambú de dos siglos posteriores a Sun Zi, cuya autoría es de Sun Bin, donde plasmó la sabiduría del arte de la lucha pero enfocada en técnicas naturales que emplean los animales, como el tigre, la mantis religiosa, etc.
Empero, el Kung Fu ha sufrido diversas modificaciones a través del tiempo, debido a la influencia filosófica y social de las dinastías chinas. Por ejemplo, en el periodo que abarca desde el siglo VII hasta el X, tiempos donde dominaba la Dinastía Tang, se añadieron 18 movimientos más y el empleo de un bastón para la batalla.
Sin embargo, la diversidad de estilos de Kung Fu se debe principalmente a la invasión de los mongoles en el siglo XII, conllevando a que la Dinastía Yan prohibiera rotundamente cualquier arte marcial a la población china y por ende, este conocimiento quedó en la clandestinidad y se fueron desarrollando las modalidades.
Luego de la Segunda Contienda Global, la República Popular China con su implacable régimen, institucionalizó el Kung Fu como un deporte nacional, luego de que Mao Tse Tung se dedicara a desaparecer la mayoría de tradiciones budistas de las monarquías. Actualmente se le conoce en China como el “Wushu” y ese modismo se ha difundido por diversos países, reemplazando la palabra Kung Fu.
Una de las premisas más importantes de este arte marcial, es que “Sin sufrimiento no hay aprendizaje”. Es una de las primeras advertencias para los aspirantes al sacerdocio Shaolin. Algunos templos reciben enormes cantidades de turistas anualmente, entusiasmados por apreciar las tremendas exhibiciones de los monjes, ya que es algo sumamente extasiante y sublime.
Estos monjes se levantan desde las 3 de la mañana a practicar los más intensos ejercicios para endurecer su cuerpo como el acero, volverse invisibles e imperceptibles, despertar facultades psíquicas, meditar y entrar en trances místicos, entre otras labores que se extienden a lo largo del día.
El Kung Fu es su modo de vida y gracias a él son capaces de lograr proezas como meter su cuerpo en aceite hirviendo y no quemarse ni hacerse el menor daño; romper espadas de acero con su cabeza; correr sobre el agua; secar su ropa mojada con la energía del Chi, en tan solo un par de minutos y muchas otros prodigios que parecen ciencia ficción, pero ahora se ha podido comprobar científicamente todo esto y más.
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