Sus orígenes
Erick Weisz, austro-húngaro de origen, será considerado el mago más impresionante del siglo XX y quizá de la historia. Sus trucos denotaban una apreciación de lo sobrenatural, cada uno de sus trucos estaba impregnado de una fuerza suprema que asombraba a su público como nunca.
Sus orígenes son humildes: en su juventud viajó a Estados Unidos y desarrolló un arte con las cartas; inspirado en un mago local de su país de origen, el Dr. Linn, se inspiraría en la magia y comenzaría a estudiar sólo los trucos que más llamaban la atención del público. Esto desde sus ocho años, pero sería a sus nueve años cuando idearía un circo con sus amigos y el trabajaría como contorsionista y juglar. Con el dinero recaudado viajaría a la nación americana.
Allí seguiría su interés por la magia, tal vez mezclado con su interés por deportes como la natación, pero la juiciosa lectura de Jean Eugène Robert-Houdin, un mago de otra época que puso por escrito la mayoría de sus trucos, lo inspirarían para figurar como un mago con otro nombre: Houdini.
Su primer truco entre el público norteamericano
Gran conocedor del trapecismo, Houdini intentó separarse de su primera actividad teatral para enfocarse en la magia. Por ello comenzaría hacer trucos con las cartas, desaparecía las barajas y haría fabulosos movimientos con ellas, superando en esta actividad a muchos magos de la época.
Podía hacer movimientos con más de tres barajas en sus manos, truco que era imposible a los ojos del público, pues eso sólo podía hacerse con una mano extra que apoyara los curiosos movimientos. Con esto inició un ciclo paradigmático por las artes mágicas, la fama lo alcanzó en todas partes y acompañaba circos enteros para mostrar sus trucos, obviamente tuvo que seguir solo, pues el suficiente era capaz de enamorar un escenario.
El escapismo, su época madura
No dejó que la fama se le fuera de las manos cuando la tuvo, no la desaprovechó y se dedicó a nuevos trucos en escenarios. Inspirado en Robert-Houdin, empezaría una etapa de escapismo. Esto lo haría con su esposa, su principal asistente.
El truco escapista diseñado por él sería “la metamorfosis”, consistía en ser atado hasta la punta de los huesos y metido en un baúl, donde estaba sentada la asistente, no más en un parpadeo se liberaba. Esto tendría variantes, volviéndose con el tiempo una actividad peligrosa y también un reto para los asistentes que apostaban la imposibilidad de soltarse.
Se hizo conocer por la prensa de la época por esto, principalmente, pero alcanzando la fama sus variantes se volverían más significativas y combinadas con “la cámara de la tortura china”: le amarraban diferentes tipos de cuerdas en nudos imposibles de deshacer, para luego meterlo en un estanque repleto de agua y en menos de 5 minutos tenía al público atónito porque se liberaba de ello. Muchos de sus contemporáneos deducían de él, una aproximación a fuerzas ultraterrenas, aunque algunos críticos más laicos diferían que era por su complexión flexible, la verdad sólo se supo mucho después de su muerte y va de la mano con un cuidadoso conocimiento de las cerraduras que lo mantenían atado.
La publicidad de su época dorada
Es interesante ver los carteles de sus primeros actos, especialmente aquellos que lo reflejan como un ajusticiado, donde muchos disfrazados de policías lo ataban como si fuera un peligroso maleante. El público recibía estos gigantescos posters con admiración. Eran puestos en las principales calles de las ciudades y la boletería se acababa muy rápido.
Incluso benefició el negocio de las cajas fuertes y las cerraduras, pues las empresas ponían afiches al lado de su mercadería diciendo “ni Houdini puede salir de ellas”.
La etapa peligrosa
Ya se volvió en algo personal el escapismo para nuestro personaje, este intentaba diseñar formas más complejas de este arte, comprometiendo incluso su vida. Lo que siguió era escapismo acuático. Se lanzaba desde la cima de puentes a los ríos, amarrado como siempre e incluso con nudos más complejos y ante la posibilidad de la muerte dejaba a los espectadores en silencio hasta que aparecía nadando sin nada.
Houdini decía que esta etapa fue la más peligrosa, porque existía la posibilidad de caer en plancha y matarse, pero eso hacía que más espectadores lo reconocieran como el mejor mago del mundo.
La etapa final y su imperiosa muerte
Luego de una vida de atiborrada fama, donde había destruido más de un mago y desarrolló todo un espectáculo en Hollywood por las películas hechas en su honor, el mago con 52 años de edad decidió hacer su última gira. Esta ya no consistía en lanzamientos al mar, se quedó con los trucos de la Caja de Tortura China y con ellos terminó su carrera. A pesar que esta vez no fueron excelentes sus trucos por accidentes de la profesión, nunca dejó de lado sus actos de magia.
Lastimosamente fue golpeado por unos estudiantes y le reventaron el apéndice, produciéndole una peritonitis que lo llevó a la tumba, porque creían que él era de acero.
Dicen algunos que su esposa Bess Houdini, espiritista de profesión intentó beneficiarse de sus artes oscuras para traerlo de la muerte. No se sabe si lo logró pero ella casi no volvió a salir de su casa. En todo caso, Houdini es la referencia a la mejor magia del siglo XX.
Fuente de imágenes: 1: a5.files.biography.com, 2: upload.wikimedia.org, 3: latam.aetn.com