Sin embargo, existen preocupantes ocasiones en las que una enfermedad que creíamos desaparecida vuelve a afectar nuestra sociedad… y esto precisamente está ocurriendo en la actualidad con la preocupante reaparición de la Fiebre Escarlatina en varios países del mundo desarrollado.

La reaparición de una enfermedad es un asunto bastante serio, pero en este caso resulta aún más preocupante porque las autoridades han sido completamente incapaces de explicar este repunte y temen que se trate de una epidemia potencial en el mediano plazo.

El retorno de la Fiebre           

Se desconoce el momento en el que la Escarlatina apareció por primera vez entre los seres humanos, pero se presume que pudo haber sido en torno al 400 a.C. cuando una enfermedad parecida aparece en las crónicas de Hipócrates. El primer registro certero que tenemos de esta dolencia proviene del año 1553, por parte del anatomista y fisiólogo Giovanni Filippo Ingrassia, y desde entonces la enfermedad aparece en numerosas fuentes históricas.

Pero no sería hasta finales del Siglo XIX y comienzos del XX que la Escarlatina se convertiría en una enfermedad vastamente distribuida… y temida. En aquellos tiempos afectaba ante todo a la población infantil cobrando una cuota nada despreciable de vidas de quienes enfermaban.

Hacia comienzos del siglo XX mejoras en los tratamientos comenzaron a disminuir las tasas de mortalidad, pero no sería hasta la invención de los antibióticos que la enfermedad – causada por un bacilo – disminuiría de manera dramática, casi desapareciendo del mundo desarrollado a partir de 1980. Desde entonces, fue una enfermedad tremendamente poco común.

En años recientes, sin embargo, las mareas han comenzado a cambiar y la fiebre escarlatina vuelve a amenazar las vidas de los jóvenes europeos y asiáticos. Su retorno ha encendido las alarmas… pues los expertos lo encuentran verdaderamente incomprensible.

Según los análisis que se han realizado, la bacteria causante de la enfermedad no ha cambiado de manera significativa: no se han desarrollado nuevas cepas ni hay indicios de que la enfermedad se haya vuelto resistente a los antibióticos. Esto, sin embargo, no ha impedido un aumento de más de un 200% en los casos en los últimos dos años.

En Hong Kong también hay un aumento preocupante de los casos de Escarlatina

Sucesos sospechosos

El hecho de que los mismos expertos estén confundidos nos indica que la situación es bastante seria. No existe pista alguna que indique las razones de lo que está sucediendo… pero las consecuencias podrían ser dramáticas.

Se teme, ante todo, que el aumento de casos derive en un problema de los tratamientos que genere resistencia a los antibióticos – algo que ha sucedido en más de una ocasión –, lo cual podría llevar a una epidemia de serias consecuencias: si la fiebre escarlatina no se trata a tiempo puede generar graves problemas de salud que generan daños hepáticos, renales y hasta cardiacos que incluso llegan a llevar a la muerte. Y la situación no parece revertir: por dar un ejemplo, mientras que en 2013 hubo poco más de 4.600 casos en Inglaterra, en 2014 hubo 15.625. Un patrón semejante se muestra en varias regiones asiáticas como Hong Kong.

Ante este escenario es inevitable pensar si habrá algún actor subterráneo en este escenario: alguien que sepa qué está sucediendo, pero no haya dado información alguna… o peor, que haya causado los sucesos. Ante algo tan incomprendido y potencialmente peligroso, es natural suponer que se escondan intereses oscuros… pero esto, claro, no es más que una idea que – por ahora – carece de pruebas sólidas.

Entretanto, los casos de escarlatina siguen aumentando y se espera que alcancen un máximo en la historia reciente en abril del presente año.

Fuente de imágenes: salud180.com