El extraño caparazón
Se trata de un pequeño niño Colombiano que vive en la vereda del algodón en el departamento de Córdoba, desde su nacimiento éste pequeño niño tenia en su espalda un enorme lunar que con el paso del tiempo comenzó a crecer a tal velocidad que terminó por convertirse en una tercera parte de su cuerpo, lo suficientemente notable como para que sus vecinos y demás niños comenzaran a llamar «El niño tortuga».
Tras años de burlas, la primera vez que un doctor examinó su enorme verruga fue cuando éste infante tenía únicamente dos años de edad, y luego de un enorme esfuerzo de sus familiares por conseguir la visibilidad suficiente para lograr la ayuda necesaria para el tratamiento quirúrgico del pequeño finalmente la obtuvieron, lo lograron una vez atrajeron hacia el pequeño toda la atención del país, hicieron de los medios de comunicación su principal herramienta de ayuda e incluso lograron que el sistema nacional de seguridad social cubriera todo el costoso tratamiento gracias a la fuerza de los medios televisivos puesto que el pequeño no sólo fue el eje de varios documentales locales sino también de carácter internacional como los de la cadena televisiva de National Geographic.
¿Había esperanza para él?
A sus cortos 6 años de edad fue sometido a una cirugía que comprometía su vida pues no se sabia si el gigantesco lunar estaría altamente basculado y pudiese ocasionar una gran hemorragia durante el proceso quirúrgico, el proceso consistió en inyectar primero una sustancia que contenía adrenalina la cual ayudaría a que todos los vasos sanguíneos de la zona se estrechasen para disminuir el flujo de sangre y así controlar con mayor facilidad cada goteo durante el proceso de remoción, acto seguido se cauterizó cada centímetro del tejido para separar completamente al pequeño infante del caparazón que lo había acompañado durante toda su vida.
La zona que en algún momento cubría la gigantesca verruga fue cubierta con injertos de piel que extrajeron de los pies del niño, sin embargo no se removió por completo el lunar, se dejó un poco de la parte delantera que se retiraría después durante el proceso del post operatorio.
El proceso fue guiado por tres de los mejores cirujanos del país y observado de cerca por un médico británico que estaba asombrado por el complejo paradigma que los colombianos habían estructurado para culminar con éxito la cirugía por lo que todo el equipo quedo conformado por Santiago Merchan, Andres Ferro, Eduardo Solano (pertenecientes a la fundación cardioinfantil de Colombia) y el Dr. Neil Bulstrode cirujano plástico de Great Ormond Street Hospital una de las mejores clínicas infantiles del mundo.
Un final feliz
Para el día Lunes 24 de octubre a las 11:00 am Didier, el niño tortuga había dejado de existir, se despertaba de la anestesia sin su lunar y alegrando la vida su madre quien estaba sucumbida en la angustia de no saber si su hijo había o no sobrevivido a la cirugía, todo el tejido removido llego a pesar al rededor de seis kilos y medio, dejando al niño en tan solo 16 kilogramos, una gran diferencia pues antes de entrar al quiromancia estaba pesando 25 kilogramos en total.
En ocasiones la vida da a algunos seres la obligación de aceptarse como mutantes, seres desconocidos en un planeta que no les pertenece, sin embargo, mutantes son todos aquellos que hacen parte de la raza humana y ejemplo como el Didier, éste valiente Colombiano, demuestra que no existe un motivo para sucumbir ante las diferencias raciales, físicas, o sociales. Meses tras la extracción del lunar Didier regresó a casa con una enorme sonrisa y ansioso por jugar nuevamente con los otros niños de la Vereda del Algodón, en donde estaba su hogar y el amor de sus familiares.
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