Numerosos son los misterios que envuelven a Michael Jackson, en especial después de su muerte. Uno de estos enigmas es el premio Oscar que el rey del pop obtuvo en el año 1999, pero no precisamente ganado por él, sino uno por el que pagó una cuantiosa suma de dinero. Pero con el fallecimiento del artista, la costosa estatuilla se esfumó como si el viento se la hubiese llevado: éste es “el Oscar perdido de Michael Jackson”:
Lo que por viento viene…
“Lo que el viento se llevó”, una película de 1939, premiada con el Oscar a su productor David Selznick. Pero el rey del pop estaba completamente obsesionado con obtener esa estatuilla y estuvo dispuesto a pagar más de un millón y medio de dólares por esta. Pero después del revuelo de su muerte, la figura que se guardaba celosamente en su rancho de California, desapareció como por arte de magia.
Jackson tenía en sus manos el “Oscar mejor pagado de la historia”, pues nadie había dado más de 300 mil dólares por uno. Las autoridades en aquella ocasión, determinaron que la compra fue totalmente legal, porque las leyes no prohíben que los Oscar de antaño se vendan, ya que la regulación de su comercio se estableció hasta 1950, por la Academia de Hollywood.
Al parecer, alguien robó a la estrella del pop y hasta el momento ha sido un crimen perfecto, ya que nadie tiene pista alguna. Los abogados de la familia afirman que de encontrarse el Premio, los dueños ahora son los hijos de Michael. “Los ejecutores de su patrimonio desconocen dónde está la estatuilla de Lo que el viento se llevó. Nos gustaría tener el Oscar porque pertenece a los hijos de Michael. Espero que aparezca en algún momento”, declaró Howard Weitzman, uno de los abogados.
A pesar de componer los soundtracks de algunos filmes, nunca ganó un Oscar. Jackson compró la estatuilla porque siempre manifestó ser un acérrimo fan del cine y un coleccionista empedernido. Efectivamente, dentro de las posesiones personales después de su deceso, se hallaron toda clase de cosas antiguas y recuerdos variados de la industria cinematográfica.
No obstante, existe todo un mercado negro de los Oscar, porque para los coleccionistas apasionados, un Oscar significa el trofeo máximo de Hollywood, una pieza altamente costosa, así que existe mucha demanda, sobre todo de magnates rusos y millonarios asiáticos. Normalmente, si se quiere obtener un Oscar por la vía normal, es mucho más económico, pero implica pertenecer a los afortunados seleccionados por el gremio hollywoodense, que en su gran mayoría son familias que desde un principio se han mantenido en la industria del entretenimiento.
Por cada ceremonia de entrega de premios, no se dan más de 30 o 40 estatuillas, cuanto mucho. Los Oscar se instauraron en 1929 y hasta la fecha, han entregado varios miles de figurillas doradas, de 35 centímetros de largo y un peso de cuatro kilos, pues los recubre una buena capa de oro. Pero más que eso, su valor lo otorga sus pocas existencias y el honor que todo fan quisiera tener en sus manos.
El valor de un Oscar
De acuerdo con las normas impuestas por la Academia, si los artistas galardonados quisieran vender su estatuilla del Oscar, los únicos autorizados para comprarla son los mismos directivos de Hollywood, quienes pagarían un dólar, como un valor simbólico. Jackson compró el premio en una subasta y como casi nunca se realiza un evento de esa índole, se convirtió en toda una sensación que atrajo mucho dinero.
Otro de los Óscares más costosos que se han vendido, es el que ganó el guionista de la película Ciudadano Kane: 450 mil dólares. El director judío Steven Spielberg también compró una estatuilla, que fue otorgada a Bette Davis en el año 1939, por el filme “Jezebel”. Pero luego, decidió que lo mejor era donársela a la Academia y no le importó haber pagago 580 mil dólares por esta, en el mercado. Y como si le hubiera quedado gustando gastar su enorme fortuna en causas nobles para él, Spielberg volvió a adquirir otra figura de oro de los Oscar, que había sido el reconocimiento de Clark Gable, el director de “It Happened One Night”. Pagó la nimiedad de 600 mil dólares y de nuevo, para devolvérselo a Hollywood.
Olympia Dakakis, una famosa actriz, recibió Oscar por mejor actuación en la película “Moonstruck”, fue víctima de la codicia desmedida por esas estatuillas y en 1989, unos ladrones ingresaron en su vivienda y lo único que se llevaron fue el premio. En el año 2000 sucedió algo a gran escala: se perdieron 55 estatuillas al mismo tiempo, mientras se transportaban todos los premios desde Chicago a Los Ángeles. A los pocos días se encontraron botadas en un basurero y tan sólo faltaban dos.
La muerte de Jackson ha sido todo un mar de detalles de desconcierto, que ha dejado envilo tanto a su familia como a sus millones de fans.
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