El Pensante

El Proyecto Aversión de Sudáfrica

Ciencia - febrero 26, 2017

Imagen 1. El Proyecto Aversión de Sudáfrica

Experimentos

Como lo hemos mencionado muchas veces, los experimentos son una de las características fundamentales de la ciencia moderna y uno de los pilares de nuestro conocimiento sobre el mundo. Sin embargo, existen escenarios en los que realizar experimentos es imposible (por ejemplo, la macroeconomía) y otros en los que no es verdaderamente viable…

Pero aún así se realizan.

En los 1970’s todavía se consideraba la homosexualidad como un trastorno (o una enfermedad mental) y se pensaba que su curación era posible. Fue en esta dirección que se creó una división de las Fuerzas Armadas que buscaba desarrollar procesos para “curar” esta enfermedad.

Pero como podrán imaginar, el asunto pronto degeneró en una serie de crueles experimentos y horrendos tratamientos sin que mediara un mínimo de preocupación por los “pacientes”.

Veamos:

Proyecto Aversión

El Proyecto Aversión comenzó oficialmente en 1971. En aquellos tiempos la Asociación Americana de Psicología consideraba la homosexualidad como una enfermedad, por lo que no era difícil para quienes tenían este tipo de iniciativas el conseguir apoyo. El ejército, además, se caracterizaba (y aún se caracteriza en gran parte) por un rechazo a este tipo de actitudes.

Imagen 2. El Proyecto Aversión de Sudáfrica

Originalmente, el objetivo era “extraer” la homosexualidad del cerebro de los pacientes… mediante el uso de choques eléctricos. El proceso era simple: cada paciente se ponía enfrente de imágenes de hombres desnudos (o mujeres, pero fue muchísimo más común la experimentación en hombres) y se le daba la instrucción de fantasear. Al momento en que se obtenía una respuesta fisiológica el paciente recibía una dura descarga en el torso superior, la cual (se esperaba) reduciría su atracción por su mismo género. Posteriormente se le mostraba la imagen de una mujer, la cual buscaba incrementar su atracción hacia el género opuesto.

Huelga decir que el asunto no fue como se esperaba. No se consiguió reducir la atracción por personas del mismo género ni incrementarla por aquellas del género opuesto y se comenzaron a buscar herramientas más fuertes.

Tortura

Lo primero, claro, fue aumentar la intensidad de los choques eléctricos. Luego de que esto tampoco funcionara comenzaron a probarse soluciones químicas un tanto más… dramáticas.

Lo primero fue la experimentación con sustancias no del todo registradas. De nuevo, la poca eficiencia del sistema llevó a implementar los procedimientos de castración química. En este caso se lograba el propósito de reducir el deseo, pero el proceso era completo y la persona sencillamente dejaba de sentir atracción de cualquier tipo.

En 1973 la Asociación Americana de Psicología decidió que la homosexualidad no era una enfermedad, pero en Sudáfrica este cambio cayó en oídos sordos. Los experimentos continuaron, aumentando en intensidad conforme cada oleada se probaba inefectiva.

En 1989 el proyecto, por fin, se cerró definitivamente. Pero como cierre se ejecutó el cambio de sexo de unos 900 pacientes a quienes se les brindó una nueva identidad (principalmente como mujeres) y se les indicó que debían romper sus relaciones previas y empezar de 0. Una manera bastante… peculiar, de lidiar con la situación, por no usar términos más fuertes.

No sería hasta varios años después que todo el asunto se destaparía, pero nadie supo a ciencia cierta su alcance.

Imágenes: 1: openreflections.wordpress.com, 2: codigoespagueti.com