La importancia de dormir
Nuestra sociedad, en su búsqueda desesperada de eficiencia y productividad, ha terminado por afectar los estilos de vida de millones de personas y, principalmente, sus patrones de sueño. Mientras que muchos pasan sus días con un cansancio acumulado importante, otros duermen lo necesario pero consideran que no disponen de suficiente tiempo para realizar todas sus actividades. ¿Estamos entonces necesariamente obligados a dedicar 7, 8 y hasta 9 horas al día a dormir?
Pues bien, parece ser que sí, pero no todos. Recientes estudios comienzan a demostrar la extraña capacidad de algunas personas de dormir menos tiempos (hasta 4 horas) sin sufrir los efectos secundarios de la falta de sueño. Es bueno recordar que los efectos de dormir poco van desde el simple cansancio hasta daños neuronales y depresión del sistema inmunológico, mientras que los efectos de no dormir (que ya hemos visto en este artículo) pasan por la pérdida de control motor, las alucinaciones y eventualmente la muerte. Sin embargo, estas personas parecen inmunes a los efectos que sufrimos la mayoría de los mortales. ¿Qué tienen de diferente?
El gen DEC2
Hasta el momento no se comprende del todo qué diferencia a estas personas de las demás, más allá, claro está, del particular gen. Parece ser que de alguna manera modifican su ciclo circadiano, es decir, la manera en que sus cuerpos entienden el día y la noche. Estas personas parecen tener una especie de “resistencia crónica al sueño” que los obliga a dormir menos, pues si duermen más sufren efectos negativos.
No se sabe qué tan extendido está dicho gen en la población, pero sí que seguramente sea hereditario. Muchas personas naturalmente nocturnas podrían tenerlo sin saber, mientras que otras vienen a enterarse, años después, que al fin de cuentas había algo especial en ellas.
Aunque muchos pueden dormir 4 horas al día y creer que no sufren efectos, se cree que es en realidad una minoría quien posee este gen particular. De acuerdo con Ying Hui-Fu, una investigadora de la Universidad de California en San Francisco (quien tuvo un papel preponderante en el descubrimiento del gen), la única manera de saber a ciencia cierta cuánto sueño requiere el cuerpo es ver cómo se comporta en situaciones sin estrés – como las vacaciones – y cuanto duerme en estos escenarios.
Algunos consideran que dormir es un placer, y que estas personas tienen una especie de maldición. Otros, como yo, que en realidad son bendecidos. En cualquier caso, ahora sabemos que son diferentes.
Fuente de imagen: genetics.thetech.org