Definición del valor de la Paciencia
En el ámbito de los valores humanos, se conoce como Paciencia a la capacidad que tiene un individuo de soportar y sobrepasar distintas dificultades y situaciones negativas de forma equilibrada y tranquila, consciente de que desesperarse no traerá ningún beneficio y de que más temprano que tarde la situación se resolverá.
No obstante, la Psicología indica que practicar el valor de la Paciencia no es aguantar y acumular hasta que se explota un día, tampoco significa soportar en silencio mientras se sufre. Por el contrario, una persona que en realidad tenga integrado el valor de la Paciencia en sus sistemas de comportamiento y pensamiento, será un individuo que ante situaciones desagradables sepa mantener el control de sus emociones, y procesarlas de forma madura, sufriendo lo que deba sufrir, pero consciente de que el tiempo cura las heridas, y que todo proceso tiene solución, bien para remediarlo, bien porque llega su desenlace.
Así mismo, la Psicología señala que el valor de la Paciencia marca también la capacidad que tiene un ser humano de tolerar, escuchar, comprender y perdonar a sus semejantes, cuando estos fallan u ofenden a la persona. En este caso, una persona paciente no recurrirá a la violencia o a un lenguaje ofensivo, por el contrario mantendrá la calma y permanecerá en silencio, mientras el otro drena su estrés. Igualmente sabrá esperar el momento adecuado para retomar la comunicación y poder solucionar cualquier conflicto de forma civilizada y madura.
Importancia de la Paciencia como valor
Por otro lado, la Psicología también se ha pronunciado sobre la repercusión que tiene en un individuo contar con el valor de la Paciencia integrado en su estructura de pensamiento y comportamiento. En este sentido, los profesionales del comportamiento humano han indicado que una persona que practique la Paciencia, será un individuo que resuelva sus conflictos de forma pacífica, lo que hará que sea percibido por su entorno como un ser paciente, confiable y comprensivo, lo que en primer lugar le generará relaciones interpersonales sólidas, y además servirá de ejemplo a otros, aportando con esto algo positivo a su entorno.
Así mismo, la Psicología indica que en la medida en que un individuo no entre en desesperación ni se deje llevar por el estrés, sino que ponga en práctica la Paciencia en las distintas situaciones de su vida, será una persona que goce de buena salud emocional y física, pues sabrá que las complicaciones y dificultades son parte también de la vida, y que tarde o temprano se solucionarán.
A nivel macro, es decir, en un ámbito mucho más social, los psicólogos han apuntado que una sociedad en la que la mayoría de sus miembros practiquen la Paciencia como valor, será una comunidad que aprenderá a tolerar y a resolver cualquier tipo de dificultad de forma civilizada, alejándose entonces de situaciones como la violencia, la venganza y la guerra, y por el contrario acercándose a momentos de Diálogo, Empatía y Solidaridad que generen la Sinergia necesaria para avanzar en colectivo al desarrollo y la autorrealización.
Adquisición de la Paciencia como valor
A pesar de que la Paciencia es una cualidad inherente a la naturaleza humana, la Psicología también ha indicado la necesidad de que esta sea inculcada y cultivada en los niños desde las primeras etapas de la infancia, a fin de formar adultos que en el futuro cuenten con las herramientas emocionales necesarias para hacer frente a los reveses de la vida de forma madura y sana. Así mismo, integrar el valor de la Paciencia a su estructura de pensamiento y acción, hará que el niño pueda resolver sus diferencias con sus semejantes de forma pacífica, alejándolo así de situaciones que puedan colocarlo en peligro.
Sin embargo, algunos padres y maestros pueden sentirse un poco desorientados en su tarea de enseñar a los más pequeños el valor de la Paciencia, por lo que la Psicología ha diseñado una serie de estrategias que permitirán que los adultos responsables de niños puedan transmitirle a estos este valor. A continuación, algunos de ellos:
1.- Como siempre que se trata de la enseñanza de un valor o actitud, la principal herramienta educativa será el Ejemplo. En este sentido, un niño que crezca viendo cómo sus padres son capaces de tolerar y resolver sus conflictos entre sí de forma pacífica y respetuosa, crecerá sabiendo que esa es la forma indicada de afrontar las diferencias que se puedan tener con los semejantes.
2.- Así mismo, es bastante importante que unos padres que deseen que su hijo tenga integrado el valor de la Paciencia en su vida, puedan a su vez ser pacientes con su hijo, es decir no desesperarse o gritar cuando se trate de inculcar disciplina en el infante, mucho menos recurrir a la violencia física. De esta forma, el niño aprenderá la manera adecuada de comportarse cuando alguien no se comporta de la manera en la que él espera.
3.- Igualmente, unos padres que sepan tolerar y enfrentar las dificultades cotidianas de la vida de forma pacífica, sin dejar que el estrés y el mal humor los posean, serán un ejemplo adecuado para su hijo, quien crecerá entendiendo que en la vida pasan cosas desagradables, pero que lo más importante es tener la capacidad emocional de afrontarlas, sin que le causen daño a sí mismo o a los otros de su entorno.
Fuente de imagen: elpensante.com