Definición del valor de la Tolerancia
En el ámbito de los valores humanos, se conoce como Tolerancia la capacidad que tiene un ser humano de respetar y aceptar las manifestaciones de pensamiento, creencias, apariencias y acciones que no corresponden con su esquema de ideas y acciones.
Ligada estrechamente a otros valores como el Respeto, la Empatía, la Humildad, la Sencillez y la Sociabilidad, la Tolerancia hace que un individuo se relaciones con otros, independientemente si estos no son igual a él en cuanto a su color de piel, posición social, tendencia política, prácticas de fe, condiciones físicas e intelectuales, entre cientos de otras diferencias sustanciales que puedan existir entre dos personas. Igualmente, la Tolerancia está relacionada con la tarea de dejar los prejuicios a un lado y no rechazar a una persona desde las ideas preconcebidas, dándose la oportunidad mutua de conocerse. Así mismo, aun si la relación o el intercambio no sucediera, la Tolerancia también indica el no atacar, agredir, criticar o juzgar socialmente a un individuo solo porque no tiene la apariencia o el comportamiento considerado como “normal” en un colectivo.
Debate sobre la Tolerancia
Por otro lado existen en particular dos premisas sobre la Tolerancia, que durante años han ocupado un debate social, sobre todo en el seno de minorías que son discriminadas debido a los bajos niveles de Tolerancia de las sociedades modernas, como por ejemplo círculos de afrodescendientes, mujeres, personas con algún tipo de discapacidad, culturas alternativas, minorías sexuales, religiosas o extranjeras.
En primer lugar, se tiene un gran debate sobre el término “normal”, pues para algunos esta noción está basada en parámetros sobre los cuales se sostienen también los prejucios. Es decir, que el concepto “normal” define cuáles son las cualidades físicas, intelectuales, sociales, sexuales, económicas, religiosas y políticas, que deben tener las personas de una sociedad específica, por lo que todo lo que no entre en ese patrón “normal” será diferente. Por su parte, algunos luchadores sociales indican que el primer gran paso para establecer una sociedad inclusiva, diversa y de convivencia, en la que se respeten los derechos humanos de cada uno de sus miembros, es la de abandonar el concepto de “normal” o “normalidad” y reemplazarlo con la noción de que “lo normal no existe, pues ser diferente es lo común”, defendiendo que esta premisa es un poco más acorde con la realidad diversa que engloba un colectivo humano, conformado por sujetos distintos entre ellos.
En segundo lugar, algunos grupos discriminados rechazan abiertamente la palabra Tolerancia, pidiendo que sea cambiada por Convivencia, pues en su entender el concepto ligado a este valor, para ellos representa el “permiso que la mayoría de la sociedad les da para existir”, cuando por el contrario un individuo no necesita el permiso del otro o de un grupo para pensar, sentir y expresarse según su naturaleza, sino que necesita una sociedad que entienda que en el mundo existe toda una pluralidad de pensamiento y acción, y que cada individuo –independientemente de su identidad social, política, sexual, física, intelectual o religiosa, goza exactamente de los mismos Derechos Humanos, como persona que es.
De esta forma, el término mismo de Tolerancia está en jaque, pues su asociación a “permitir, aceptar, tolerar” está enmarcado en un aire de superioridad que para aquellos que luchan por la inclusión sigue siendo discriminatorio, al igual que el término “minoría”. Por el contrario, quienes piensan así, abogan por instaurar el concepto de “Convivencia”, el cual estaría enmarcado en el hecho de “relacionarse y convivir en igualdad de condiciones con todos los seres humanos, sin que las decisiones, particularidades o características de cada uno sean un muro entre las personas”.
Importancia del valor de la Tolerancia
Más allá del debate sobre terminología, entendido por algunos luchadores por la inclusión como el principio de todo cambio social, disciplinas como la Psicología han señalado que en la medida que un individuo practique la “Tolerancia”, será una persona que se permitirá conocer otras realidades, ampliando sus perspectivas y conocimientos sobre el mundo, por lo que la Tolerancia no es como se ha pensado siempre un beneficio sólo para aquel al que se tolera, sino que sirve también para abrir los horizontes de aquel que enfrenta al mundo con la aceptación y la convivencia como banderas.
En términos sociales, una sociedad que ejerza la Tolerancia, será un colectivo que se encamine hacia la convivencia armónica de la diversidad, sin que exista menosprecio, discriminación o marginalización de cualquiera de los sectores o individuos que la conforman. Sin embargo, a pesar de que se trate de un valor inherente al humano, es decir, que las personas están dotadas naturalmente para sentirlo y ejercerlo, las leyes de una sociedad juegan un papel determinante en la conformación de un colectivo tolerante, pues la naturaleza crea hombres y mujeres diversos, pero son las leyes y los valores los que los igualan, garantizándoles a todos los mismos derechos independientemente de sus características particulares.
Adquisición de la tolerancia como valor
En cuanto a su aprendizaje, a pesar de que es un sentimiento inherente en el humano, la Psicología también ha señalado la importancia que tiene inculcarla, sembrarla o por lo menos no destruirla desde los primeros años de la infancia. En este sentido, la Psicología resalta que los niños no nacen sabiendo discriminar, sino que son los padres y los maestros, quienes les enseñan qué es lo “normal” y que no. Con referencia a esto, la principal herramienta pedagógica en el camino de la enseñanza y ejercicio de la Tolerancia y el Respeto a los otros, será el ejemplo. De esta manera, un niño que se levante en un ambiente de diversidad y convivencia, será una persona que valores a los otros por el simple hecho de ser seres humanos.
Fuente de imagen: elpensante.com