Definición de Texto Argumentativo
En el ámbito literario, se conoce como Texto Argumentativo al discurso o composición verbal que se utiliza para demostrar cuáles son los elementos que conforman una posición, tesis, opinión o conclusión. De esta forma, el Texto Argumentativo será aquel que básicamente persiga el defender o sostener una posición delante de otro.
No obstante, el Texto Argumentativo no se organiza simplemente en base a argumentos y defensa de ideas, sino que dentro de su estructura puede llegar a hacer uso del texto expositivo, por medio del cual se explica lo que posteriormente se va a argumentar. En este sentido, lo anterior es esencial para comprender la diferencia entre un tipo de texto y otro, puesto que mientras el texto expositivo se concentra principalmente en mostrarle al receptor determinado concepto o idea, el texto argumentativo se traza como objetivo el tratar de demostrarle al receptor el por qué se sostiene una teoría o tesis.
Así mismo, en términos lingüísticos, se puede afirmar que dentro de un texto de tipo argumentativo se dan de forma constante dos funciones específicas del lenguaje: la apelativa y la referencial. En este caso, la apelativa estaría dirigida a convencer al receptor de algo puntual, por lo que estaría en contacto con la parte del texto que expone los argumentos tratando de demostrar su veracidad. Por otro lado, la función referencial estaría orientada al texto expositivo, en donde el Emisor buscaría mostrarle al Receptor una realidad circundante o pertinente.
Usos del Texto Argumentativo
Con respecto a los espacios y usos de este tipo de texto, los especialistas coinciden en señalar que estas construcciones se utilizan ampliamente en trabajos de tipo científico, político, filosófico, judicial, así como en literario, sobre todo en el Ensayo Literario. Igualmente, el Texto Argumentativo puede servir para estructurar textos periodísticos, de opinión o de análisis. De esta forma, es usado por todo autor que además de mostrar o exponer su teoría, decida defenderla y demostrarles a sus lectores en cuáles hechos o ideas se basa para tejerla.
No obstante, el Texto Argumentativo no pertenece solo al terreno escrito, puesto que la conversación también puede construir textos de este tipo, y no necesariamente ligados a ejercicios intelectuales, puesto que el texto argumentativo también se puede dar de forma cotidiana, en la conversación de todos los días, con nuestros semejantes. De esta forma, por ejemplo, un adolescente que esté tratando de convencer a su madre de dejarlo ir de concierto con sus amigos, no sólo expondrá su deseo, sino que ante la primera negativa de su representante comenzará a esgrimir varias razones para convencerla, tejiendo a su vez un discurso o texto de tipo argumentativo.
Partes de un Texto Argumentativo
Por otro lado, bien si se da en el ámbito escrito o verbal, el Texto Argumentativo se construye en base a una estructura, que permite a través del orden de sus elementos generar su efecto y lograr su objetivo de demostrar a un receptor en qué se sustentan los hechos defendidos, a fin de que se convenza de lo que el Emisor trata de enseñarle.
En este sentido, los especialistas en lenguaje y retórica han señalado que un Texto Argumentativo se encuentra compuesto por tres momentos o fases:
Tesis: es la parte inicial de un Texto Argumentativo, y está conformada por la exposición de la idea central que se quiere defender. En este sentido, dentro de la lógica del Texto Argumentativo se comienza mostrando aquello que se defenderá a continuación.
Argumentos: seguidamente, el Emisor entrará en la tarea de demostrar lo que ha expuesto con anterioridad. Para esto hará uso de los argumentos, los cuales básicamente son las razones e ideas en las cuales el Emisor apoya sus ideas o tesis. No obstante, quien teje un Texto Argumentativo debe ser lo suficientemente hábil para escoger los argumentos correctos, porque así como una idea que se emplee para defender una idea, puede legitimarla, un mal argumento puede ser el peor enemigo de una tesis, causando su invalidez.
De igual forma, este ejercicio argumentativo no sólo lleva a escoger las ideas adecuadas para demostrar la tesis, sino que estas deben ir dispuestas en un orden jerárquico de importancia, en donde se muestren primero las más importantes y cruciales, dejando para el final las de menos relevancia. Sin embargo, por cuestiones de efecto algunos autores o personas comienzan por esgrimir argumentos de importancia, dejando el más importante para el tercer o cuarto lugar, a fin de sorprender a su interlocutor.
Así mismo, un buen Texto Argumentativo es aquel que hace el uso adecuado de los ejemplos que servirán para ilustrar la veracidad de los argumentos, sobre los cuales se sustenta la tesis en cuestión. De igual forma, un buen ejercicio de argumentación debe tener la capacidad también de adelantarse a los hechos, e identificar los contra-argumentos, e incluso incorporarlos a su cuerpo, a fin de desmontarlos dentro del propio discurso, buscando así darle más fuerza a la tesis.
Conclusión: finalmente, el Texto Argumentativo recapitulará los argumentos más importantes del ejercicio argumentativo, como antesala a la conclusión, que debe ser la comprobación de la tesis que se planteó desde un principio.
Imagen: elpensante.com