Poder y petróleo
Todos conocemos la importancia que tiene el petróleo en la política mundial y cómo su posesión ha motivado a diversos poderes (en particular los Estados Unidos) a intervenir en naciones extranjeras. Esto se debe a que el petróleo, de muchas maneras, le da energía al mundo moderno para funcionar.
Pero junto con el petróleo (y muchas veces olvidado) va el carbón: otro combustible fósil usado masivamente y que suele usarse para operar las grandes plantas de generación de energía eléctrica (y también para la industria metalmecánica). El carbón, aunque ha perdido importancia desde el siglo XIX (cuando era prácticamente el único combustible fósil) sigue siendo fundamental y puede representar casi un 30% de la energía mundial (el petróleo es un 36%).
Por esta razón, el hecho de que por primera vez en la Historia haya sido superado por las energías “renovables” (que incluyen geotérmicas, hidroeléctricas, eólicas y solares) nos indica que algo muy importante está cambiando en el mundo.
El poder del dinero
Resulta un tanto tragicómico. Al menos desde los 1960’s diferentes instituciones (y gobiernos) a nivel mundial han estado alertando sobre los peligros asociados al uso masivo y descontrolado de combustibles fósiles. La transición, sin embargo, ha sido muy, muy lenta… hasta hoy.
¿Qué pasó? Bueno, que los combustibles fósiles alcanzaron precios tan, pero tan altos que muchos sectores empresariales comenzaron a buscar alternativas. En el marco de los absurdos precios de la década pasada por primera vez lo imposible tornó posible y pudimos ver como la energía solar y la eólica evolucionaban aceleradamente en el marco de una masiva inversión tanto pública como privada. Claro, hubo mucho de voluntad, pero también la había antes: fue el dinero lo que hizo la diferencia.
Y hoy, aunque de nuevo los combustibles fósiles son baratos, el asunto no parece haber acabado. El impulso que cogieron las energías alternativas no ha mermado y se calcula que solo en China se instala una turbina eólica por hora.
Superando al Carbón
El petróleo es fundamentalmente usado para impulsar motores y maquinaria (un campo en el que la electricidad no ha entrado de manera tan importante). El carbón, en cambio, es fundamental en la producción de energía eléctrica en grandes centrales que cada vez más y más dejan lugar a alternativas basadas en recursos renovables o continuos. Por esta razón, es sólo el primer paso de una transición que podría ir creciendo conforme pasan los años.
Las energías renovables parecen, hoy, imparables. Su precio ha caído de forma dramática y sigue descendiendo a medida que más y más empresas invierten en el desarrollo de nuevas tecnologías para abaratar su producción. Muchos países antes renuentes a la transición por temores sobre altos costos económicos (como China) hoy están apoyando de manera masiva estas nuevas iniciativas.
Claro, las energías renovables no son idóneas y presentan muchos problemas propios, pero sin lugar a dudas son mejores que aquellas basadas en los combustibles fósiles. Teniendo en cuenta lo problemático del petróleo en la geopolítica y cómo ha servido para desestabilizar y destruir grandes regiones del planeta, también podemos concluir que las energías renovables podrían darnos un respiro y quizás, brindar un mundo un pelín más pacífico.
Imágenes: 1: blog.ucsusa.org, 2: independent.co.uk