El agua es definida químicamente como una sustancia cuyas moléculas están constituidas por dos átomos de Hidrógeno y uno de Oxígeno, fórmula que es expresada de la siguiente manera: H20. Así mismo, el Agua constituye en la naturaleza un elemento vital tanto para plantas como para animales, los cuales mueren si no cuentan con el consumo adecuado de esta sustancia.
Concepción científica del Agua
Etimológicamente, la palabra Agua proviene del vocablo en Latín aqua, y desde la antigüedad, específicamente desde la época de Aristóteles se pensaba que el agua era un elemento esencial, es decir, uno de los cuatro elementos que se encontraban conformando en distintas proporcionas absolutamente todas las cosas en el Universo.
Así las cosas, esta visión sobre el Agua perduró hasta finales del siglo XVIII, momento en que el científico Henry Cavendish dejó atrás esta creencia, demostrando que el Agua en realidad es una sustancia compuesta. Posteriormente, el célebre científico Antoine Laurent de Lavoisier completó los trabajos iniciados por Cavendish anunciando que los elementos que componían la sustancia Agua eran el Hidrógeno y el Oxígeno. Durante la primera década del siglo XIX, dos científicos lograrían encontrar la fórmula del agua, al descubrir que esta era una sustancia compuesta, en base a “dos volúmenes de Hidrógeno y un volumen de Oxígeno”, los nombres de estos científicos son: Alexander von Humboldt (naturalista alemán) y Joseph Louis Gay-Lussac (químico francés). Desde ese momento (1804) la Ciencia asumió para el Agua la fórmula química H2O.
Distribución del Agua en el Universo
Aun cuando el común denominador asume que el Agua se refiere exclusivamente al nombre que tiene esta sustancia cuando se encuentra en estado líquido, en realidad, Agua es toda sustancia que responda a la fórmula H20, independientemente de su estado físico, por lo cual el hielo y el vapor de agua son consideradas también agua, sólo que en diferentes estados. De esta forma, el Agua puede encontrarse en estado líquido, sólido (hielo) y gaseoso (vapor de agua).
Así mismo, la Ciencia ha señalado que el Agua es una sustancia propia del Sistema Solar, en donde puede encontrarse casi siempre en forma sólida, es decir, de hielo. Igualmente, se ha señalado su rasgo constituyente en este Sistema, en donde por lo general es el componente principal del cual se encuentran conformados algunos cuerpos celestes, como por ejemplo los cometas, los cuales son básicamente trozos de hielos, polvos y rocas desplazándose a gran velocidad, siendo a su vez el vapor de agua el principal componente de sus colas.
Sin embargo, hasta ahora los científicos sólo han podido conseguir un planeta del Sistema Solar con Agua en estado líquido sobre su superficie: la Tierra. No obstante, la Ciencia cree en la actualidad que planetas como Júpiter (así como sus lunas Ganímedes, Europa y Calisto), Saturno (y sus lunas Encélado y Titán), Urano y Neptuno cuentan con inmensos océanos, pero debajo de su superficie, al tiempo que se han encontrado evidencia de algunos planetas del Sistema Solar que pudieron haber contenido agua en su superficie en épocas antiguas, además de saber que existe esta sustancia en forma de hielo en varios lugares de nuestro sistema planetario, sin embargo, sigue siendo la Tierra el único planeta con esta característica, la cual hace posible la vida tal como se conoce.
Distribución del Agua en la Tierra
Siendo entonces vital para animales y plantas, el Agua también cuenta con una distribución específica en el planeta Tierra, en donde su corteza es cubierta al menos en 70% por el agua, quedando entonces un 30% del territorio sobre la superficie, a fin de que hagan vida en él los animales y plantas terrestres. Sin embargo, de toda esta agua que ocupa el gran porcentaje de la corteza terrestre, los científicos han indicado que por lo menos el 96,5 % corresponde a agua marina, es decir, agua salada, otro pequeño porcentaje (2%) se encuentra en forma de hielo, una mínima cantidad se encuentra en la atmósfera en forma de vapor de agua, y apenas un 1% está constituido por agua líquida y dulce. Es decir, que apenas un 1% de la cantidad de agua que se encuentra en el planeta es apta para el consumo humano, siempre y cuando no esté contaminada.
En este sentido, y sabiendo que el agua que se encuentra en la naturaleza puede contener bacterias que atenten contra la salud del hombre, la Ciencia ha ideado formas de tratar el agua que se destinará al consumo humano, por lo que se lleva a plantas de tratamiento en donde se le agregan sustancias, como por ejemplo el cloro, que ayudan a potabilizar el agua, es decir, convertirla en apta para el consumo humano, lo cual se logra al hacer que esta contenga menos de diez bacterias que podrían afectar la salud de los intestinos por litro. Desde ahí, emprenden entonces un largo y complicado viaje a través de tuberías hasta las distintas casas, en donde debe ser nuevamente tratada (filtrada, hervida, etc.) a fin de prevenir que se haya contaminado en el tránsito de la planta de tratamiento hasta la canilla de la casa.
Guerra del agua
No obstante, el beber agua, bañarse o lavar ropa y utensilios no son los únicos usos que se le dan al Agua, puesto que además del empleo doméstico, la Industria y las Empresas de Servicios también usan grandes cantidades de agua. De esta manera, algunas fuentes indican que por ejemplo 70% de ese 1% de agua potable se destina a la agricultura, es decir, a la cría de animales y el riego de cultivo, bases de la alimentación. Por su parte, la Industria así como el sector comercial se apropian del 20% del líquido, mientras que el sector doméstico apenas consume 10% del líquido.
Hasta ahí las cosas parecen estar en orden. No obstante, cada uno de estos sectores: agroindustrial, industrial, servicios y doméstico no sólo utilizan el agua, sino que aportan desperdicios y residuos que terminan contaminando los ríos, lagos, nacientes y océanos, haciendo que por lo menos 50% del agua apta para consumo humano ya no lo esté. Así las cosas entonces no se podría hablar del 1% del agua, sino de un 0,5% del agua, puesto que la otra mitad estaría contaminada.
Para peor de males, las estadísticas y los institutos investigativos han afirmado que esta situación –al menos que la Humanidad tome conciencia- amenaza con empeorar en el transcurso de los años, haciendo que cada día los recursos hídricos potables sean menores, e incrementando el número de personas sin acceso a agua potable en el mundo, cifra calculada por la Unicef en el 2014 en 768 millones de personas, lo que a su vez se traduce en situaciones de insalubridad, enfermedad y sed, las cuales producían también para ese año que al menos 1.400 niños murieran al día por falta de agua.
Por ahora, esa es la realidad de los países pobres, pero poco a poco –de acuerdo a algunos expertos- esta situación irá golpeando también a los países ricos e industrializados, quienes no duraran en buscar el recurso en otras partes del globo terrestre, dando así origen a conflictos territoriales y bélicos, que algunos analistas internacionales han identificado como la Guerra del Agua. En este sentido, la industria también se prepara para estos escenarios futuros en donde el agua sea una sustancia altamente cotizada debido a su escasez, tal como declararán a las fuentes financieras algunas trasnacionales de gaseosas, como la Coca-cola, quien no sólo han visto el aumento de ganancias con el agua embotellada, hecho relacionado con el interés del público en la salud y nutrición, sino que prevén que en las próximas décadas el consumo del agua embotellada aumente.
De esta forma, al parecer, la única forma de evitar estos escenarios bélicos y de escasez de un líquido vital para el ser humano sea el desarrollo de una industria y de hogares más amigables con el ambiente, que se enfoquen en lograr el mínimo impacto ambiental en ese 1% de agua apta para el consumo, sin olvidar además que al menos la mitad ya se encuentra contaminada, y que cada día está mucho más cerca de alcanzar el punto de no retorno.
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