En el ámbito de la Historia del Arte, se conoce con el nombre de Arte Gótico al movimiento o estilo particular que cobraron las distintas manifestaciones artísticas de la Europa Occidental, durante el esplendor y caída de la Edad Media, el cual se encuentra compartido entre el siglo XII y el siglo XVI.
No obstante, a fin de conocer ciertamente el transcurso histórico de este movimiento, se tiene que estudiar su desarrollo en cada uno de los países europeos en donde se afianzó, pues existen diferencias cronológicas que marcan distintos momentos de inicio y también de culminación, pues por ejemplo el fin del período gótico en Italia ocurrió en el siglo XV, mientras que en el resto de los países de la Europa Occidental ocurrió en el siglo XVI.
Contexto del Arte Gótico
Así mismo, los especialistas en Historia del Arte han señalado que el surgimiento del Arte Gótico puede ser tomado también –como suele suceder con el Arte- como una manifestación palpable de los cambios radicales que sucedieron durante siglos, en una sociedad que dejaría para siempre su estructura y organización monárquica y feudal, para adentrarse en la estructura capitalista, a través del desarrollo de la Revolución Industrial y la conformación de ciudades y clases sociales como la Burguesía y el Proletariado.
De esta forma, aun cuando el Arte Gótico es heredera directa del arte románico, rompe para siempre con el Arte que se dedicaba a reflejar la realidad de una vida rural, cuyos principales sujetos históricos eran los campesinos, así como los guerreros y personajes de la corte. El Arte Gótico quiebra esta estética, y comienza a imponer una que comenzaba a reflejar el espíritu monumental de las ciudades que se irían desarrollando, conforme lo hiciera la nueva clase dominante: la Burguesía.
Así, las grandes edificaciones de este Arte creciente vinieron a albergar las iglesias, universidades, que dieron cobijo a las nacientes nuevas órdenes religiosas, siendo financiadas por una Burguesía, que a través del lujo y la ostentación procuraban ganar la venía divina. Por otra parte, como todo cambio radical y el surgimiento de una nueva clase dominante, el desarrollo del Arte Gótico se encuentra contextualizado también en las distintas revoluciones y conflictos sociales, que sólo pudieron ver su fin con el advenimiento de la peste negra en Europa, epidemia que diezmó a su población, la cual volvió a sufrir una gran cantidad de bajas al estallar la Guerra de los Cien Años.
Uso de la luz en el Arte Gótico
Sin embargo, aun cuando el Arte Gótico puede ser tomado como manifestación de estos profundos cambios sociales, su tema –al igual que con los movimientos que lo antecedieron- continuó siendo lo Religioso. No obstante, el Arte Gótico, en especial la Arquitectura propia de este movimiento –la cual no sólo fue la primera en desarrollarse sino la que más lo representa- se caracterizó por una serie de innovaciones, relacionadas con la concepción del espacio.
Una de las características más resaltantes de este tipo de arquitectura fue la construcción de edificaciones sumamente altas, que para su momento venían a erigirse como toda una innovación. Así mismo, además de levantar altas construcciones que se alzaban imponentes hacia el cielo, el Arte Gótico desarrolló un estilo arquitectónico en donde la luz era el elemento principal. De esta forma, los espacios internos eran iluminados por una luz natural, que a través de vitrales y en contacto directo con el individuo le hacía vivir una experiencia espiritual cercana a Dios.
Esta característica del Arte Gótico está relacionada directamente con la concepción surgida durante la Edad Media, en donde se empezó a tomar la luz como señal de Dios o Divinidad. Esta creencia rápidamente se extendió a la cosmología occidental, como consecuencia del resurgir de la filosofía y preceptos platónicos, haciendo que la noción de pureza apolínea asumida por la cultura griega se transfiriera a la imagen judeo-cristiana de Dios. Sin embargo, aun cuando este proceso tenía algún tiempo ya en el inconsciente colectivo, la novedad del Arte Gótico fue precisamente que la luz no fue pintada sino representada sino usada como tal, es decir, se le permitía a través del diseño arquitectónico entrar y ser parte del espacio, a fin de que el individuo pudiese intimar con ella, logrando a través del contacto con uno de los elementos menos materiales, que el humano intimara con lo intangible, recreando entonces espacios para la experiencia religiosa.
Aspiraciones espirituales del Arte Gótico
De esta forma, a través de estructuras altas, uso de la luz física, utilización de los colores vivos y –en la pintura y la escultura- una imitación un poco más realistas de las formas, el Arte Gótico se sembró en la tierra para elevarse a través de estos elementos hacia el cielo espiritual, en donde se creía se encontraba el Dios cristiano. Así a través de técnicas sumamente elaboradas, el Arte Gótico produjo formas y expresiones que en sí mismo constituían un manifiesto de lo que el sentimiento religioso albergaba en esos días, lo cual es interpretado por la mayoría como una gran necesidad por entrar en comunicación con Dios o iluminarse, en contraposición a los largos siglos de oscurantismo que había vivido la humanidad. Sin embargo, la Historia demostraría que dicha comunicación no fue posible o no fue la deseada, puesto que el advenimiento del Barroco sería la demostración del vacío espiritual que sucedería al intento de comunicación del Arte Gótico, y que estaría representado por el afán de llenar a toda costa el vacío.
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