La Historia del Arte define el Expresionismo como un movimiento artístico, surgido durante los primeros años del siglo XX en Alemania, unos años antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. Así mismo, aun cuando sus primeras manifestaciones surgieron en el campo de la pintura, también abarcó varias artes como la Música, el Cine, Teatro, Escultura, Danza e incluso la Fotografía.
Así mismo, junto con el movimiento artístico francés conocido como Fauvismo, el Expresionismo se convirtió en una de las primeras vanguardias artísticas del siglo XX, las cuales pretendían dar una respuesta contundente al tipo de Arte realizado por la Academia y las grandes élites, mientras que los artistas vanguardistas trataban de revelarse contra la tradición, construyendo un nuevo lenguaje y concepción del Arte, por lo que el Expresionismo puede ser también entendido más como una actitud frente al Arte, el artista y la obra, más que una estética particular. De esta forma, el Expresionismo se erige más como postura ideológica que como una forma específica de Arte.
Origen histórico del término Expresionismo
De acuerdo a las distintas fuentes de Historia del Arte, el Expresionismo tendría su origen en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial. Así mismo, se señala a Julien-Auguste Hervé, pintor y artista de origen francés, como el primero en acuñar el término “expressionisme” (expresionismo) el cual utilizó en 1901 para describir la naturaleza estética de un grupo de obras pictóricas que eran expuestos en el Salón de los Independientes, ubicado en París, Francia.
Posteriormente, en 1911, fue usado nuevamente por el redactor del Catálogo de la XII Exposición de la Secesión de Berlín. Sin embargo, no se hizo la traducción literal del término, puesto que expressionisme en francés se traduciría como ausdruck, mientras que los editores del catálogo que incluía obras de artistas alemanes como franceses, optaron por adaptar el término francés expressionisme a expressionismus en alemán. Ese mismo años, otro profesional de las Artes también usó el término, esta vez se trató de Kurt Hiller, crítico alemán que se convirtió en el primero en usar esta denominación en el ámbito literario.
Consagración definitiva del término
Así mismo, Herwarth Walden, colaborador y editor de la revista de Arte, Der Sturm también usó el término, convirtiéndose también en uno de los principales difusores de este movimiento artístico, aun cuando en principio denominó con esta nombre a todas las vanguardias surgidas durante las primeras décadas del siglo XX, y no únicamente a lo que la Historia del Arte define hoy en día como Expresionismo.
De esta forma, este movimiento artístico tendría que esperar hasta 1914, cuando el escritor Paul Fechter publicara su obra Der Expressionismus, en donde rescata el término y decide emplearlo únicamente al movimiento artístico vanguardista desarrollado y practicado exclusivamente en Alemania, describiéndolo también como el sentimiento que se vivía en ese momento en específico.
Motivación del Expresionismo
Así mismo, los distintos textos sobre Historia del Arte han señalado al Expresionismo como una reacción histórica y artística ante el Impresionismo. En este sentido, refieren los expertos, los artistas del Impresionismo buscarían reflejar la “impresión” que cierto elemento del mundo hubiese provocado en sus sentidos, por lo que las obras impresionistas pueden ser señaladas como reflejos sensoriales del mundo. Por su parte, el Expresionismo buscaba expresar lo que dicho elemento causaba en los sentimientos del artista, por lo que podría ser definido entonces como reflejo emocional del mundo. En contraste, entonces la diatriba Impresionismo vs. Expresionismo podría ser planteada también como Sentidos vs Emociones, así también como Orgánico vs. Psicológico.
La forma en que esta intención ideológica se manifestó en la obra pictórica de los artistas expresionistas fue el uso de la línea y el color, cuyas principales motivaciones residían más en el sentimiento y carácter temperamental del artista, que debido a esta misma motivación producía un lenguaje simbólico dentro de la obra. En consecuencia, el Expresionismo se erigió con un momento de ruptura total con la estética que venían construyendo los artistas de la generación anterior, por lo que el Expresionismo –como vanguardia al fin- se convirtió también en señal de modernidad, y de renacer del Arte, que venía a ser muy bien recibido por los aires de cambio, progreso y modernidad con los que Europa iniciaba el siglo XX.
Sin embargo, al estudiar realmente las motivaciones de estas obras, poco hablaban d alegría, entusiasmo o adelantos, sino que por el contrario los artistas expresionistas manifestaban su afectación, cuyos principales temas eran la melancolía y nostalgia ante una era que consideraba decadente, lo cual de alguna forma venía a representar realmente el alma de una nación que estaba por entregarse a años de guerra y horror, que sumirían a Europa en el dolor, el caos y la muerte.
De esta forma, el Expresionismo –para algunos críticos- vienen a revelar el sentimiento subterráneo de una Europa que aunque se vestía de modernidad sentía la angustia vital de encontrarse sin rumbo, y con una profunda nostalgia hacia épocas doradas, aun cuando se quería marchar hacia adelante: el vacío de la modernidad, para poder nombrarlo de alguna manera.
Así mismo, el Expresionismo venía a manifestar la poca confianza en la Ciencia y la tecnología, convirtiéndose en una respuesta contundente y estética ante el Positivismo y la tendencia cientificista que caracterizaba al siglo XX. Por el contrario, el Expresionismo no podía ver con ojos optimistas los avances científicos, sino que se decantaba por el pesimismo, la falta de confianza y la melancolía que le daba una era que anteponía el desarrollo científico antes que los valores humanos y el humano en sí mismo, antecediendo –en el carácter profético que tiene todo Arte- a lo que sería el dictamen de las décadas por venir.
Imagen: obra»Strassenszene», Ludwig Kirchner. Fuente: larazon.com.ar