Sinopsis de El llano en Llamas
En el ámbito literario, se conoce con el nombre de El llano en Llamas al libro de cuentos del escritor mexicano Juan Rulfo, el cual fue publicado por primera vez en 1953, gracias al trabajo editorial del Fondo de Cultura Económica, aun cuando fuentes históricas señalan que algunos de los cuentos que contiene este libro se habían publicado tres años antes en la revista América.
Así mismo, la naturaleza de la narrativa presente en estos relatos inscriben a El Llano en Llamas es el género del Realismo Mágico, al tiempo que sus historias son un vivo retrato del México posterior a la Guerra Federal y la Reforma Agraria, no sólo a nivel de paisaje, donde se revela un territorio desértico, donde el sol crea un clima insostenible para el alma, como si realmente el llano, las llanuras mexicanas, se encontraran en llamas.
No obstante, la tierra y el clima no son los únicos que parecen arder en los relatos de Rulfo, puesto que en sus personajes y sus circunstancias late una violencia primigenia, que pareciera encontrar realización solo en la muerte y la venganza. De esta forma, Juan Rulfo hace una radiografía a la sociedad mexicana del momento histórico post revolucionario, para señalar el desamparo y la crueldad que quedaron esparcidos por este territorio, a raíz de los conflictos bélicos de la guerra civil.
Personajes del El Llano en Llamas
De la misma forma que la tierra, los personajes que dibuja Rulfo en cada uno de sus cuentos, contenidos en este libro, se perfilan como seres desamparados, viviendo en la miseria y la venganza, más como ánimas que como personas, y que constituyen un recurso dramático de su narrador a fin de poder dibujar el estado en que quedaron los campesinos y pobladores de un México, que trataba de sobrevivir al fracaso de la Revolución mexicana, hecho que parecía lapidario, pues también había sucumbido la esperanza. Ahora no había posibilidad de cambio, y la tierra yacía devastada.
Tal vez por esto muchos de sus críticos han prestado especial atención a la descripción que hace Rulfo sobre los personajes de sus cuentos, los cuales casi siempre están conformados por sus protagonistas, los cuales no son descritos sino en sus acciones o algunos datos importantes. Por otra parte, los personajes secundarios, lo cuales no suelen abundar son descritos más como presencias que como personas con relieve o dimensiones. Tal vez por eso algunos especialistas en la obra de este autor han indicado que así como el Llano mexicano se encuentra en llamas, también está poblado de ánimas, que penan desconsoladas, por territorios abandonados, en donde solo reina la violencia, la venganza y la muerte, que siempre es dibujada en su inutilidad y absurdo.
Paisaje de El llano en llamas
De acuerdo a los historiadores, sorprendentemente un escritor brillante como Juan Rulfo no escribió sino dos libros: El llano en llamas (compilación de cuentos) y Pedro Páramo. En este sentido, el mismo Juan Rulfo en oportunidad de algunas entrevistas llegó a señalar que la novela Pedro Páramo nació cuando el paisaje de la mítica Comala, en donde se desarrolla, se había dibujado en su imaginación a perfección, gracias al ejercicio literario que constituyeron cada uno de los cuentos recogidos en El Llano en Llamas.
En este sentido, Comala se dibuja como un lugar inhóspito y desamparado por la historia, donde sus personajes parecieran vagar sin tiempo ni esperanza. Así mismo, algunos de los cuentos recogidos en esta compilación se desarrollan en algunos paisajes como Jalisco, donde el suelo tampoco se muestra más amable, sino que mantiene su crueldad y violencia.
Literatura y Cine
Por otro lado, los críticos han resaltado una característica particular de la narrativa de Juan Rulfo, la cual –según estos especialistas- se ve marcada por la otra profesión de este escritor: el Cine. Según refiere su biografía, este autor lograba construir cuentos, en donde los personajes eran sostenidos por completo por sus textos y parlamentos, como es el caso de su cuento “Acuérdate”, constituido de un extenso monólogo, donde su protagonista apela a su interlocutor para que recuerde la historia de Urbano Gómez, argumentos desde el cual el narrador logra que su protagonista dibuje la historia para el lector.
Así también, el cuento «Luvina» se inscribe en esta dinámica de lograr construir un cuento exclusivamente al diálogo de uno de sus protagonistas, con escazas intervenciones del narrador. Igualmente, los críticos señalan que en algunos momentos de los cuentos de Juan Rulfo, como por ejemplo «El hombre», lejos de ser una narración, donde la voz parece ver la imagen como una postal, la narrativa se erige como la descripción que podría surgir desde un plano cinematográfico subjetivo, haciendo que el lector casi pueda mirar a través de los ojos del personaje, o por encima de su hombro.
Finalmente, Juan Rulfo se aleja del hecho netamente descriptivo, así también como de la dimensión psicológica de los personajes, para dibujarlos desde su tridimensionalidad y su acción, lo que acentúa que su narrativa se encuentre significativamente influenciada por la vana de guionista de este autor, creando un género híbrido entre narración literaria y Cine.
Imagen: Juan Rulfo, autor de El llano en llamas / Fuente: wikipedia.org