En términos de Historia del Arte, se puede definir como Arte Gótico a las distintas manifestaciones artísticas, que tuvieron lugar en la Europa occidental, durante la Edad Media, específicamente en la Baja Edad Media, desde finales del siglo XII hasta el siglo XV, sin embargo en cuanto al Gótico no se puede hablar de un final uniforme, puesto que en algunas regiones, como Italia, perduró hasta las primeras décadas del silo XVI.
Arquitectura Gótica
Por consiguiente, la Arquitectura Gótica será aquella expresión artística, desarrollada durante el Gótico, y que para algunos especialistas en Arte, es la manifestación que generó y de a partir de la cual se generó el Arte Gótico como tal. Así mismo, de acuerdo al desarrollo histórico de los movimientos artísticos, la Arquitectura Gótica –y el Arte Gótico en general- pueden señalarse como el conjunto de manifestaciones que surgieron en la Europa Occidental, de gran influencia cristiana, entre el Románico y el Renacimiento.
Origen de la Arquitectura Gótica
Erróneamente, algunas fuentes históricas decimonónicas llegaron a señalar a la Alemania medieval como la cuna del Gótico. Sin embargo, este error ha sido enmendado por la Historia del Arte, para señalar finalmente a las regiones francesas de Normandía como el lugar en donde se originó, hacia mediados del siglo XIII el Arte Gótico. Así mismo, se piensa que desde allí se expandiría al resto de Europa, en especial a Alemania, España e Inglaterra, en donde sería llamado por algún tiempo “estilo francés”. En el caso particular de Italia, las fuentes históricas indican que la llegada de la Arquitectura Gótica –y del Gótico en general- se dio de forma tardía, sin que logrará ser aceptada del todo, desarrollándose de forma distintas hasta la llegada del Renacimiento, al cual Italia se entregó con todo su fervor.
Etimología del término “Gótico”
Resulta curioso reflexionar también sobre el origen de la palabra o vocablo “gótico”, el cual ha sido precisado por algunos especialistas como una herencia lingüística de un vocablo italiano, usado como adjetivo, para referirse a los “godos”. De esta forma, la historia también señala que fue Giorgio Vasari, célebre tratadista italiano, el primero en acuñar el término, para referirse de forma despectiva a la arquitectura desarrollada antes del Renacimiento, y a la cual identificaba como legado e influencia de los godos o bárbaros. Así mismo, para una sociedad enamorada aún del románico y el estilo clásico, el Gótico podía parecer desordenado y confuso, además del rechazo natural hacia todo aquello que pareciera relacionado con quienes eran identificados como invasores.
Contexto de la Arquitectura Gótica
En este sentido, siempre resulta pertinente no perder de vista el contexto histórico, social y económico en medio del cual se desarrolló la Arquitectura Gótica. De esta forma, podría comenzar por señalarse cómo esta expresión artística acompañó las profundas transformaciones de la Europa occidental, que poco a poco iba dejando su carácter netamente agrícola, para comenzar a engendrar las grandes urbes, en donde viviría una nueva clase social: la burguesía, la cual en su primer momento no competiría por poder con la Monarquía, poder que además se afianzaba durante la Edad Media como la máxima autoridad. Sin embargo, estas ciudades, no productivas en términos de insumos alimenticios, comenzaron a necesitar suministros, por lo que la actividad del campo comenzó a avanzar hacia la industrialización y el aumento de la producción. Nacía entonces el concepto de lo urbano.
Un nuevo tipo de vida, trajo también consigo una nueva estructura social, pues así como surgió la burguesía, nació una nueva clase conformada por los mercaderes, así como por los artesanos, que se encargaban de fabricar los instrumentos y artefactos que la nueva vida moderna necesitaba. De esta forma, algunos analistas han indicado que la Arquitectura Gótica puede ser manifestación directa de esta nueva concepción y actividad urbana, la fuerza ciudadana expresándose en edificios que se levantaban imponentes hacia el cielo.
Así las cosas, a través de colectas o por el financiamiento expreso de algún particular con gran poder económico, las nuevas ciudades pagaron y construyeron imponentes edificios, que sirvieron para albergar templos religiosos, edificios de oficinas públicas, e incluso palacios. Incluso, se podría decir, leyendo entre líneas, que mucho del estilo de la Arquitectura Gótica está dirigida a recrear en sus construcciones la suntuosidad y el derroche, como si de alguna forma, las nuevas clases sociales urbana quisieran dejar muy en claro que el monopolio que había ejercido hasta ahora la Monarquía sobre los palacios, castillos o casa señoriales se había roto, a raíz del nacimiento de una nueva sociedad, donde el poder económico permitía darse, en las ciudades, las casas nobles que se merecía.
Características esenciales de la Arquitectura Gótica
Dentro de los rasgos esenciales inherentes a la Arquitectura Gótica, la Historia del Arte ha señalado los siguientes: En primer lugar, la Arquitectura Gótica rompió paradigmas en cuanto a la altura de las construcciones. En este sentido, produjo edificaciones majestuosas, que deslumbraban por el alto que alcanzaban, y que por primera vez se mostraban ante los ojos del público. Así mismo, se enfocó por lograr una ligereza estructural.
En cuanto a la estructura de las edificaciones más representativas del Gótico resaltan la utilización de la Bóveda de Crucería, así como del Arco Apuntado –también conocido como ojival. De acuerdo a lo señalado por las fuentes arquitectónicas el empleo de este tipo de bóvedas y arcos permitía una mejor distribución del peso estructural, haciendo que la construcción pudiese elevarse mucho más alto de los que las construcciones verticales con arco de medio punto habían logrado hasta el momento. Igualmente, la utilización de la Bóveda de Crucería y el Arco Ojival generaban que la mayor parte de los muros que integraban la construcción no cumplieran una función sustentable, puesto que esta función recaía en estructuras llamadas baquetones y pilares. Sin la responsabilidad de sostener la estructura, los muros podían ser decorados con llamativas y numerosas ventanales y vidrieras, permitiendo que al espacio se incorporara también la luz.
Por otro lado, reaccionó con la oscuridad de las construcciones que se habían generado durante el Románico, por lo que buscó manejar la entrada de luz, a través de sus muros y ventanas, haciendo que la luz física comenzara a formar parte de la edificación y creando una atmósfera que buscaba a través del trabajo con este elemento recrear la experiencia espiritual en la tierra.
Estética Gótica
De esta forma, se originó lo que conoció como la estética propia de la Arquitectura Gótica, la cual ha sido señalada por el filósofo español Ortega y Gasset como una manifestación arquitectónica que buscaba recrear una experiencia espiritual, alzándose desde la tierra al cielo, en una clara intención de alcanzar la divinidad, a través de la propia negación de lo terrenal. Así, para algunos críticos, el Gótico buscaba a través de la altura de sus edificios y la luz física incorporada a sus espacios lograr crear espacios del mundo celestial sobre la faz de la tierra.
Imagen: ruinas de la abadía de Sal Galgano, Italia / Fuente: pixabay.com