Breve Historia de la Pintura

De acuerdo a la Historia del Arte, se puede contar como el inicio de la pintura el momento en que un humano plasmó en una superficie una figura con intensiones representativas. En ese sentido, este comienzo puede situarse en la remota edad prehistórica, donde se tiene registro de arte parietal, que es el nombre técnico con el que se conocen las pinturas rupestres hechas en la piedra de algunas cavernas, como por ejemplo las pinturas de la Cueva de Chauvet, en Francia, las cuales son consideradas los indicios de pintura más antiguos, al tener una antigüedad de hace aproximadamente treinta y dos mil años. Así mismo, destacan las pinturas de la cueva de Altamira, en España, así como otras manifestaciones conseguidas en Portugal, Italia y el norte de África, donde se pueden conseguir representaciones primitivas de animales y escenas de caza, realizados con materiales naturales como la arcilla.

Igualmente, dentro de los comienzos de la pintura, la Historia del Arte destaca la antigua pintura egipcia, las cuales con una antigüedad de cinco mil años, dan cuenta de las actividades cotidianas inherentes a esta cultura. No obstante se trata de una representación plana, carente de dimensión y donde el individuo es representado de forma vertical, tendiendo a representar la importancia de la persona representada a través del tamaño. Por su parte la civilización desarrollada durante el Imperio romano también sintió debilidad hacia la pintura, tomando por costumbre decorar las murallas de las casas o edificios importantes con escenas relevantes bien sobre su mitología o eventos históricos importantes. Posteriormente, con el surgimiento de la religión cristiana esta costumbre romana se trasladó a las catacumbas, en las cuales se pintaban símbolos cristianos de relevancia, así como con escenas de la vida de Jesús, que ilustraban pasajes de los evangelios.

Otro momento importante en la historia de la Pintura sucede entre los siglos XII y XIII, período durante el cual, aunque sigue el tema religioso, la pintura se vuelve un poco más realista, acercándose en dimensiones a la figura humana. Igualmente, en esta línea evolutiva destaca el período del Renacimiento, donde se colocó aún más interés en los estudios anatómicos de la figura humana, queriendo representarla con total exactitud. Durante esta época destacan grandes representantes de la figura humana como Miguel Ángel, Rafael, Leonardo o Durero. A esta etapa le sucedería el Barroco,  una etapa donde el naturalismo sería el máximo objetivo del artista, además de tener siempre presente el tema religioso, dando como resultado paisajes un poco sobrecargados.

En los siglos posteriores, también tendría lugar el Rococó, caracterizado por ser un poco más alegre que el tema religioso del Barroco, así como el Romanticismo, el cual llegaría durante el siglo XIX para retomar el tema imaginativo y natural, en el cual el pintor quiere expresar sus grandes sentimientos de dolor, angustia, tristeza o tragedia. Entre sus máximos representantes se encuentra Delacroix en Francia o Francisco de Goya en España, sólo por mencionar a algunos.

Una vez surgida la fotografía, como elemento para registrar la realidad, la Pintura evolucionó hacia terrenos mucho más experimentales, donde el pintor más que la forma, decide representar otras realidades, tal es el caso de las vanguardias artísticas, surgidas durante el siglo XX, y que en el campo de la pintura dieron pie a movimientos como el impresionismo, el puntillismo, el expresionismo, el cubismo, el surrealismo, entre otros.

Géneros pictóricos

Así mismo, los expertos en Artes Plásticas han apuntado que más allá del movimiento artístico al que responda una pintura, esta también puede ser clasificada por el tema que engloba el artista en su representación. Con respecto a este tópico, la Teoría del Arte diferencia entre varios temas, los cuales se detallarán a continuación:

• Pintura histórica: dentro de este tema se encuentran incluidos gran variedad de pinturas, que van desde temas religiosos, literarios, mitológicos hasta escenas correspondientes a personajes históricos, hayan o no hayan ocurrido.
• Retrato: por su parte, dentro de este género se encuentran todas las representaciones pictóricas destinadas a representar a un personaje. No obstante, se divide en dos técnicas: aquella que se inclina hacia el realismo, y aquella que a pesar de querer registrar al personaje real también lo dota de ciertos rasgos que elevan su belleza, su grandeza o importancia. Dentro de este género igualmente también se incluye el autorretrato.
• Pintura de género: con este nombre son señaladas algunas pinturas cuyo fin último es representar escenas del vivir cotidiano, por lo que en ocasiones también recibe el nombre de pinturas costumbristas.
• Paisaje: como su nombre lo indica, este género de pintura es aquella dirigida a registrar el paisaje y sus particularidades, aunque también puede constituir el telón de fondo de alguna escena de tipo narrativo.
• Naturaleza muerta: con este nombre se conocen las representaciones pictográficas que no engloban paisajes ni personas, sino objetos inanimados. Casi siempre estos objetos pertenecen a la vida cotidiana, pudiendo ser flores, libros o elementos de cocina, entre otros.
• Desnudo: finalmente el desnudo engloba las representaciones pictóricas cuyo tema principal es el cuerpo humano desnudo, sin que esta situación requiera necesariamente un matiz erótica, siendo por el contrario la forma de manifestación del estudio y admiración sobre la belleza de la anatomía, entre otras cualidades.

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