La Revolución Industrial, o para ser más específicos la Primera Revolución Industrial, es el proceso de desarrollo tecnológico, científico, industrial, económico y social que vivió Europa, y posteriormente el norte de América a partir de la segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX.
Este proceso es considerado como la era de mayor avance y crecimiento que ha experimentado la Humanidad en toda su historia, incluso desde el descubrimiento de la agricultura. De esta forma, las sociedades que hasta ese momento habían subsistido en base a una economía netamente rural, se veían de frente con el nacimiento de una era industrializada, que cambiaría para siempre la relación del hombre con la tierra, con su trabajo, con la visión sobre la propia Humanidad, las relaciones sociales, los medios de producción, entre otros parámetros económicos y sociales que cambiaron para siempre.
Origen de la Revolución Industrial
A pesar de que la mayoría de fuentes coinciden en señalar el comienzo de la Primera Revolución Industrial en la Inglaterra de las últimas décadas del siglo XVIII, así como su finalización en 1840, aun cuando hay historiadores que extienden este final incluso hasta 1870, sigue existiendo un profundo debate entre las autoridades de la Historia, pues no existe un acuerdo en las fechas que se encuentran implicados en esta serie de cambios profundos.
No obstante, algunos historiadores han querido relacionar con el inicio de la Primera Revolución Industrial a la invención misma de la Máquina de Vapor, por parte del inventor James Watt, el cual se produjo entre 1762 y 1769, año éste en el que Watt patentó su invento y comenzó a producirlo, recibiendo miles de pedidos para las principales fábricas europeas, quienes incorporaron esta tecnología, lo cual disparó la producción, dando origen –para algunos- a la Revolución Industrial.
Por otra parte, algunos historiadores han llegado incluso a colocar en discusión el propio término de Revolución, pues considera que los cambios relacionados con esta etapa histórica, en realidad fueron dándose de forma progresiva, y no de forma contundente e inmediata, por lo que algunos historiadores como por ejemplo Nicholas Crafts y John Clapham han considerado entonces que el concepto de Revolución no vendría a calzar del todo bien con lo realmente sucedió durante los cien años que se toman para englobar este proceso. Por su parte, la Historia también concibe el principio de la Segunda Revolución Industrial a mediados del siglo XIX hasta terminada la Primera Guerra Mundial, en el año 1914.
Impacto histórico de la Revolución Industrial
En este sentido, la Revolución Industrial marcó un punto de no retorno entre una sociedad rural, acostumbrada a la producción manual y el transporte basado en la tracción animal, y una sociedad que comenzó a desarrollar una tecnología que le permitía reducir los tiempos de producción, multiplicar vertiginosamente los productos fabricados (producción en masa), medios de transporte con tracción mecánica, así como un aumento en la calidad de vida y la acumulación de riquezas, nunca visto en una sociedad en donde los únicos con riquezas eran los nobles, en contraposición del grueso de la población que vivía en condiciones más bien de pobreza.
Así mismo, la tierra dejó de ser la única fuente de ingresos, convirtiéndose la manufactura de bienes en otra importante entrada de Recursos. Igualmente, se dejó un poco de lado el trabajo del artesano o de la pieza hecha a mano, para comenzar a decantarse por la producción en masa de los insumos. Esta aceleración de la producción, no sólo trajo consigo un mejoramiento en el nivel de vida de un grupo social, dueño del capital y la maquinaria, sino que produjo grandes cambios sociales como la existencia de la clase obrera. Al tiempo se tradujo también en la aparición de tiempo de óseo, el cual favoreció el desarrollo de Artes y actividades de entretenimiento en el cual invertirlo.
Filosóficamente, el grueso de la sociedad concibió al progreso y la tecnología como el nuevo Dios a seguir, pasando entonces a ser la Ciencia y la Tecnología los valores a seguir, sentimiento que abarcaría hasta tiempo después de concluida la Primera Revolución Industrial, llegando incluso a extenderse durante todo el siglo XX, aun en época de posguerra. En conclusión, en cien años, un siglo, la Humanidad avanzó –en los términos en los que la visión de Progreso concibe el crecimiento- más de lo que lo había hecho en todos los siglos, desde su aparición sobre la faz de la Tierra.
Principales consecuencias de la Revolución Industrial
Dentro de las consecuencias más representativas o importantes que tuvo el proceso histórico denominado Revolución Industrial se pueden citar los siguientes:
- Cambio de una sociedad rural a una sociedad industrial.
- Aumento de la riqueza y el Producto Interno Bruto (PIB) de una forma exponencial, haciendo que el nivel de vida de las masas aumentara como nunca antes en la Historia.
- Paso de la producción manual a la manufactura realizada por máquinas.
- Multiplicación de las fábricas, reducción del tiempo de producción, aparición de medios de transporte.
- Expansión del comercio, concepción de la mercancía.
- Surgimiento de las ciudades, como forma de tener mano de obra cercana a la fábrica.
- Crecimiento demográfico de la población urbana.
- Abandono del campo.
- Surgimiento de nuevas clases sociales: proletariado (campesinos y obreros) y la burguesía propietaria de los medios de producción y el capital. Esto último implicó el nacimiento también de la lucha de clases, lo cual originaría posteriormente en 1848 el surgimiento de la filosofía marxista.
- Igualmente, la Revolución Industrial originó el surgimiento del modelo liberal o capitalista.
- Se incorporó también la noción de la producción en masa, así como la aparición de grandes empresas.
- La Revolución Industrial vino a mejorar el nivel de vida de la población, pero también originó grandes diferencias en la distribución de las riquezas.
- En términos ambientales, el planeta se vio fuertemente afectado, pues el combustible de esta época es básicamente el carbón, por lo que cientos de toneladas de gases con efecto invernadero fueron lanzados de forma sostenida por más de un siglo a la atmósfera, produciendo deterioros en la atmósfera, así como una progresiva deforestación de los principales bosques.
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