Definición de Soberanía
De acuerdo a las definiciones aportadas por las Ciencias Políticas se conoce como Soberanía al Poder ejercido por una población o Estado, por medio del cual éste decide de forma independiente y autónoma los pasos u orientaciones que tomará, en cuanto a su modelo económico, medios de producción, sistema de Gobierno, así como las Leyes y Derechos por medio de los cuales se regirá. En este sentido, la mayoría de los politólogos también coinciden en señalar que la Soberanía no se trata de un Derecho otorgado por las Instituciones nacionales o internacionales, sino de un Poder ejercido por decisión propia de un pueblo o Estado.
Evolución del concepto de Soberanía
Así mismo resulta importante destacar el aporte hecho por el jurista alemán Georg Jellinek, quien apunta a que la noción de Soberanía no es una concepto proveniente de la antigua Grecia, como la Democracia, sino que tiene sus inicios en la Edad Media, como una respuesta en contra de poderes como “la Iglesia, el imperio romano y los grandes señores”. Así mismo, durante su evolución ha sido usada con varios enfoques. En primer lugar, fue ejercido por los Reyes, quienes se declaraba soberanos como sinónimos de absolutos, es decir como entes independientes que decidían sin consultar con nadie sus decisiones.
Más modernamente, el concepto de Soberanía ha tenido dos enfoques: uno conservador, cuyo foco recae en un parlamento que toma decisiones soberanamente, basados en su concepto de Democracia Participativa. Y otro un poco más revolucionario y de izquierda que plantea que la Soberanía reside en el Pueblo, y es éste el que debe decidir sobre sus gobernantes, políticas, bienes y destinos.
Sin embargo, resulta pertinente remontarse a 1576, para revisar cómo era entendido en ese momento el concepto de Soberanía por Jean Bodin, autor de Los seis libros de la República, quien definió la Soberanía como el poder “absoluto y perpetuo” que reside y es ejercido por una República, sin que éste se encuentre sujeto a más que a las leyes divinas o naturales. De esta forma, casi ochenta años después, Tomas Hobbes retoma la noción de Soberanía de Bodin, despojándola de la supresión a las leyes naturales, conformando así la idea de autoritarismo estatal, al cual dibuja como soberano y autónomo, incluso de la voluntad del pueblo.
Nuevamente, casi un siglo después de Hobbes, en 1762, Jean-Jacques Rousseau reformularía la noción de Soberanía, promulgando que esta es un poder que debe residir en el pueblo, conformado a su vez por sujetos que englobarían la situación de soberanos y súbditos al mismo tiempo, puesto que por una lado ejercerían la soberanía y por otro deberían acatar sus mandatos, dando como origen un colectivo de iguales, donde ningún individuo mandara sobre otro. En este sentido, algunos autores coinciden en señalar que esta visión rusoniana de la Soberanía influyó de forma crucial en las concepciones de la Revolución Francesa, permeando a su vez las revoluciones liberales que viviría el continente americano, tanto en el caso de la Independencia de los Estados Unidos, como en la Guerra de Independencia en contra del imperio español, protagonizadas por los pueblos suramericanos y liderada por Simón Bolívar.
No obstante, en la praxis histórica, la concepción rusoniana de la Soberanía devino en abusos, crueldades y asesinatos sangrientos, en nombre de la voluntad del Pueblo, por lo que otro autor francés, llamado el abate Sieyès promulgó un concepto de Soberanía en el cual esta reside en la nación, para que sea esta entidad la que filtre, a través de las leyes y tradiciones, la voluntad del pueblo, para que la efervescencia popular pueda ser pensada analíticamente antes de su aplicación. Así –señalan algunas fuentes- se generan dos importantes conceptos que regirán la mayoría de los Estados modernos: la soberanía popular de Rousseau y la soberanía nacional del abate de Siéyes.
Actualmente, la mayoría de las Constituciones de los Estados modernos contemplan la palabra “Soberanía” dentro de sus estatutos principales. Un ejemplo de esto puede ser la Constitución de la República de Colombia, la cual en su artículo 3 reza textualmente:
“La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público. El pueblo la ejerce en forma directa o por medio de sus representantes, en los términos que la Constitución establece.”
Otro ejemplo puede ser también, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la cual dice en su artículo número 5:
“La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público.
Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos.”
Así mismo, para ir a otras regiones, la Constitución española también engloba la palabra “soberanía” en el numeral 2, del artículo 1, el cual dice textualmente:
“La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.”
Debate sobre Soberanía
Sin embargo, aun cuando la palabra Soberanía residen en casi todas las Constituciones de países democráticos, en las últimas décadas, sobre todo en algunos países de Suramérica se ha planteado un fuerte y amplio debate al ejercicio de dicha Soberanía. En este sentido, algunos pensadores de izquierda señalan que en un Estado no se puede hablar de Soberanía real, cuando la economía de dicho Estado se ve sometido a la voluntad de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial. Por otro lado, pensadores de Derecha afirman que la Soberanía se refiere netamente a los político, es decir, al poder que tienen los ciudadanos de elegir a sus gobernantes, por lo que según esta visión el concepto de Soberanía es casi un sinónimo de Democracia representativa.
De esta forma, la noción de Soberanía también se ve dividida según la tendencia política, siendo entonces o un ejercicio democrático o una independencia absoluta, basado principalmente en la Independencia económica, que obliga a los Estados entonces a construir modelos económicos sostenibles y sustentables, que los lleven a ser realmente independientes, a través de los productivo.
Fuente de imagen: elpensante.com